Choco-Story Uxmal es el nuevo atractivo de la zona arqueológica creado por empresarios belgas en coinversión con capital mexicano
De la mano de inversionistas de origen belga, Choco Story Uxmal, El Museo del Chocolate, abrió sus puertas en las inmediaciones de la zona arqueológica yucateca. El inmueble se une a la lista de museos bajo la temática del chocolate, que la empresa Belcolade posee en ciudades europeas como Brujas y Bruselas, en Bélgica, así como en París, Francia, y Praga, capital de la República Checa.
En coinversión con los mexicanos Fernando Barbachano, presidente de Grupo Mayaland, y Agustín Otegui, los empresarios belgas Mathieu Brees y Eddy Van Belle, destinaron tres de siete hectáreas de su propiedad para erigir el museo en Uxmal, área donde además producen cacao de grano criollo.
Irónicamente, la incursión de los empresarios extranjeros en el mundo de la museografía comenzó hace más de 10 años en la ciudad de Brujas, en su natal Bélgica, con un Museo de Lámparas, pese a que ya para ese entonces era proveedores de chocolate en su país.
“Un día mi hijo mayor, quien estaba dedicado al Museo de las Lámparas, me dijo, ‘papá, por qué no abrimos un museo del cacao’, y hace 10 años abrimos el primero en Brujas, cinco años después abrimos en Praga y en París, y hace un año otro en Bruselas. También tenemos un muy exitoso Museo de la Papa Frita en Brujas”, relata.
Actualmente, la empresa cuenta en México con 40 hectáreas destinadas al cultivo de cacao, actividad en la que emplea a 26 colaboradores locales. La producción de granos de cacao se exporta a Bélgica para la fabricación de materia prima para repostería. Asimismo la empresa proyecta la construcción de un museo más en las inmediaciones de la zona arqueológica de Chichén Itzá, y otro en el casco histórico de la Ciudad de México.
Delicia de museo
Tal como lo explican sus principales inversores, el objetivo de instalar el Choco-Story Uxmal es dar a conocer la historia del cacao a las nuevas generaciones, y aportar un atractivo más a la actividad turística en la zona.
“Durante nuestros muchos viajes a la península nos dimos cuenta que las nuevas generaciones desconocen sobre la cultura del cacao, su historia, su importancia; recuerdan el chocolate de la abuela, pero no saben cómo prepararlo, o lo preparan utilizando implementos de plástico, ni siquiera de cerámica; tampoco lo cultivan, la única plantación de cacao en la zona es la nuestra”, agrega.
El museo, operado por 30 personas, se compone de cinco salas de exhibición que muestran la historia de la fabricación del chocolate desde la época prehispánica hasta la actualidad. El acervo se compone de reproducciones de piezas arqueológicas como estelas, vasijas, códices y tapas de incensarios; se suma la recreación de un entierro con su ofrenda y una destacada colección de chocolateras y tazas de cerámica y cobre que datan de los siglos XVI al XVIII, las cuales fueron donadas por los museos ubicados en Praga, Brujas y París.
En suma, es un recinto cultural, turístico y ecológico. El diseño de la recepción y servicios al visitante se inspiran en la antigua Hacienda Uxmal, y las salas de exhibición, son pequeñas chozas mayas construidas a la usanza tradicional, con techos de palma de guano, que se incorporan al paisaje selvático.
Asimismo, el recinto es un albergue que cuenta con las autorizaciones y licencias necesarias para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), que otorga la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), lo que permite albergar y proteger monos araña, venados cola blanca y jaguares, entre otras especies, que tras haber sufrido maltrato por el hombre o crecido en cautiverio no pueden incorporarse a la vida silvestre.
La entrada al museo tendrá un costo de 120 pesos para los turistas extranjeros, y 60 pesos para los visitantes de la zona, por la temporada de inauguración.