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- Arturo Medina Galindo
- Periodista, Director NITU.mx • arturo@nitu.mx
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La reciente elección de la nueva titular de la Organización Mundial del Turismo (OMT) ha sido un tema de gran interés y debate en la comunidad internacional, especialmente en México. La candidatura de Gloria Guevara, una figura destacada en el sector turístico, generó una gran expectativa y confianza en su país de origen.
Con una trayectoria impresionante y una vasta experiencia en la industria, Gloria se perfilaba como una candidata fuerte y capaz de liderar la OMT hacia un futuro próspero. Su desempeño como secretaria de Turismo de México y su papel como CEO del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés) la posicionaron como una líder influyente y respetada a nivel global.
En México, la confianza en que Gloria Guevara tenía una oportunidad real de ganar la elección era palpable. La secretaria de Turismo, Josefina Rodríguez, representando el respaldo de México a su candidatura, del titular de ASETUR y secretario de Turismo de Quintana Roo, Bernardo Cueto, y algunas otras figuras del turismo mexicano. Además, su capacidad para establecer alianzas estratégicas y su habilidad para navegar en el complejo panorama político internacional la hacían una candidata ideal para el puesto.
Sin embargo, la elección de la emiratí Shaikha Nasser Al Nowais, no sólo depende de las credenciales y la experiencia de los candidatos, sino también de las dinámicas políticas y las alianzas entre los países miembros. La elección final reflejó un equilibrio de intereses y prioridades que van más allá de las fronteras nacionales.
En conclusión, aunque Gloria Guevara no resultó elegida, la confianza que México depositó en ella es un testimonio de su capacidad y su impacto en la industria, y sin duda, su influencia continuará siendo relevante en el futuro del turismo global.
LAS CARRETERAS PELIGROSAS
Las carreteras que salen de Cancún hacia Chetumal y Mérida son verdaderos peligros; por un lado, si vas rumbo a Chetumal te la juegas ante la imprudencia de los conductores, la nula señalización y las inesperadas y descuidadas e imprudentes incorporaciones desde los retornos o de los costados, pero hoy quiero hablar de la de Mérida.
En general la autopista Mérida-Cancún quedó muy bien, con señalización, barda en medio y muy suave al manejo, pero hay dos trampas mortales: la curva del puente antes de llegar a la caseta es absurdamente cerrada, muy peligrosa, ¿a quién se le ocurrió que luego de 150 kilómetros de recta, en la primera curva en subida y bajada estaría bien poner la desviación a Playa del Carmen? Mal, muy mal. Cuando termina la obra de la nueva carretera porque el Tren Maya se desvía hacia el este en búsqueda de la terminal Cancún, circulamos por la antigua carpeta, absurdamente rugosa, así nos damos cuenta lo mal que estaba y por qué había tantas ponchaduras.
De ida y vuelta a Valladolid, no encontré una sola patrulla que vigilara la vía, la única caseta que pasé cuesta $408 pesos, ¡guau! en 130 kilómetros, la más clara del planeta. Para resaltar, mi regreso fue nocturno, los filtros de seguridad, uno de la policía de Yucatán en la frontera con Quintana Roo, no tiene ni un solo aviso previo, luces parpadeantes, pero eso sí, reducción a un carril con sus barreras amarillas; mismo caso que la policía de Benito Juárez al entrar en la Portillo, ya con alumbrado público, pero justo antes de llegar al filtro, luces apagadas y el filtro sin señalamientos. Trampa mortal.
Para terminar con el anecdotario, sabemos que las rayas en la vía de rodamiento son importantes y evitan accidentes; tal vez en la salida y entrada a Mérida desde el cruce con Tierra Maya deberían tomarlo en cuenta, se vuelve verdaderamente peligroso. ¿No habrá pintura que aguante?