Finalizó una edición más del Tianguis Turístico, sin duda el evento de turismo más importante del país; no daré cifras y datos, porque de eso se encargarán los organizadores que dirán que ha sido el mejor de la historia y que las citas de negocios y el número de participantes aumentaron en relación al año anterior.
Me gustaría dar mi opinión sobre el evento desde una perspectiva diferente, con la visión de alguien que NO tiene como encomienda promover y vender algún destino, producto o servicio, y que se dedica a ver un poco más allá del proceso meramente organizativo. Y hablaré de dos cosas que me parecen muy atinadas y dos que me inquietan en relación a este evento.
Primero, el tema sustentabilidad en la organización del evento fue el gran ausente; ya en 2017 en Acapulco se había dado un paso muy importante en considerar criterios ambientales y sociales en la planeación y organización, y en hacer el evento “carbono neutral”. No termino de entender cómo, de un año a otro, el tema se cae como para que este año no se hiciera nada al respecto; o tal vez sí entiendo, pero no me conformo a que sea un tema del discurso y no de la práctica. Vasos y platos de unicel al por mayor, fuegos pirotécnicos, una cantidad grosera de flyers que terminan en la basura, desperdicio de comida, ruido, entre otros temas, deben ocuparnos mucho más en los eventos, y en especial en el más importante del país en materia de turismo.
Segundo, el programa de conferencias y charlas siempre es bueno, hay espacio para compartir experiencias, pero la difusión es poca, o nula. Creo que debemos trabajar más en consolidar un programa de seminarios de mayor punch, aprovechando a los compradores y vendedores no solo para que anuncien sus productos o servicios y hagan lanzamientos, sino para que compartan experiencias, promuevan el conocimiento de temas estratégicos, y el tianguis sea también un evento de profesionalización del sector.
Tercero, la entrega de reconocimientos. Por supuesto que hay que reconocer a quienes hacen las cosas bien, pero no es posible entregar en un mismo evento tres reconocimientos diferentes, en tres temas diferentes; premiar a más de 100 empresas 6al mismo tiempo le quita todo sentido al objetivo del evento.
En este tema algo que llama poderosamente mi atención: Sectur entrega el ‘Reconocimiento Turístico’ a la observancia normativa, y el fomento a la calidad y profesionalización. ¿No debe ser obligación de las empresas? ¿Por qué premiar a quien cumple la ley si es lo que toca hacer? Creo que los premios deben ser a aquellos que implementan las mejores prácticas por encima de la ley, no a quienes “cumplen con las normas aplicables en su área”.
A destacar: el rol de Quintana Roo en el Tianguis, promoviendo por primera vez destinos con una oferta diferente como Holbox y Maya Ka’an, firmando convenios con otros estados en materia no solo de promoción sino de colaboración turística, y marcando siempre el liderazgo como un estado innovador. La delegación estatal destaca por ser muy chambeadora, mis respetos.
Otro tema interesante es que a pesar de no haber visto sustentabilidad en la operación del evento, sí la veo cada vez más en las empresas que ganan premios, que promueven productos y servicios, que buscan diferenciarse de la competencia, y que buscan seguir las tendencias del mercado, y eso motiva a seguir asesorando y apoyando a aquellos que están marcando el camino de lo que debe ser el turismo.
Hasta la próxima.