- Reporte Washington
- Rubén Olmos Rodríguez
- CEO de Global Nexus
- Analista y Consultor Internacional X:@rubenolmosr
Escribo mi colaboración de octubre a la mitad de septiembre en un momento crítico para México y para el mundo. Hace unos días estuvo en nuestro país el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, en lo que fue su segundo gran periplo por el continente americano. Cabe resaltar que en las últimas dos décadas no habíamos visto este nivel de interés estratégico por América Latina de parte de Washington. Rubio llegó a nuestro país 24 horas después de que el presidente Trump había decidido bombardear una lancha rápida en costas de Venezuela que presumiblemente transportaba droga y narcotraficantes pertenecientes a la organización criminal “Tren de Aragua”, cuyo líder, según el gobierno de Estados Unidos, es el presidente venezolano Nicolas Maduro. El arribo del secretario Rubio a México se daba en medio de intensas negociaciones entre ambos gobiernos para apaciguar los ruidosos aranceles que se han convertido en la mejor herramienta de diplomacia -coerción- dirían algunos- de nuestro principal socio comercial.
El tono del secretario Rubio después del encuentro privado con la presidenta de México y del tradicional intercambio entre comitivas, resultó en un par de gestos y declaraciones que dieron aire fresco a las tensiones. Hubo acuerdos y compromisos privados -seguramente exigencias tajantes del gobierno de Trump hacia nuestro país- pero en el mensaje a medios y en declaraciones posteriores, Rubio habló de un trabajo en conjunto, de aliados, de socios y de vecinos. Las palabras del jefe de la diplomacia estadounidense reafirman una vez más el pragmatismo que desde el día 1 de su administración ha mostrado Claudia Sheinbaum en su trato con el presidente Trump. De México, Rubio viajó a Ecuador, donde de la mano del joven presidente Daniel Noboa firmó acuerdos importantes en materia de seguridad.
Días después sucedieron cosas inéditas en el país que para muchos fueron reflejo de los acuerdos con Washington. El Gobierno de México a través del secretario de Seguridad Pública, Omar Garcia Harfuch, daba a conocer una investigación, arrestos y medidas serias en contra de una red de servidores públicos de la Secretaría de Marina y otras áreas del gobierno federal que traficaban combustible ilegal el llamado “huachicol”. Entre las acciones que se dieron a conocer fue el arresto de un contraalmirante y otros altos mandos de la SEMAR presumiblemente ligados al exsecretario del ramo.
Además, se localizó en Paraguay al exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco, Hernán Bermúdez, presunto líder del “Cártel de la Barredora”, cuyo crecimiento se dio durante el gobierno de quien hoy es líder de la bancada del partido en el poder en el Senado de la República.