El turismo vive un auge global y la atención al cliente es hoy el verdadero diferenciador
Las nuevas generaciones ya no solo buscan destinos, esperan experiencias personalizadas y fluidas antes, durante y después de viajar.
Viajar se transformó en algo más que un itinerario: cada interacción cuenta. Desde un chatbot que resuelve dudas en segundos hasta un upgrade inesperado, la clave está en anticiparse a las necesidades.
En un mercado donde el gasto en viajes alcanzará cifras históricas, la experiencia se vuelve el terreno donde se gana o se pierde lealtad.
La inteligencia artificial, la personalización y el servicio inmediato ya no son futurismo: son la expectativa mínima. Automatizar sin perder empatía es el reto, porque los viajeros valoran tanto la eficiencia como el toque humano que hace memorable cada momento.
En esta nueva era, la atención puede ser la diferencia entre un viaje frustrante y el viaje de ensueño que se queda en la memoria.