Entre los cambios y controversias que trajo la pandemia, sin duda destaca el aspecto laboral, no sólo por la modalidad de home office que muchas empresas tomaron ya como parte de su día a día, porque les representa ahorros, sino también abrió el debate para que los trabajadores reduzcan su semana laboral a cuatro días, y en modelos flexibles; es decir, una parte de la jornada en casa y otra presencial. Esta idea se está analizando en México para estudiar qué tan viable es implementar este esquema de trabajo en nuestra nación.
Y es que la realidad, dicha por expertos y sustentada con diversos estudios, es que nuestro país es uno en donde la gente trabaja jornadas más largas y con menos salario, lo cual genera estrés y diversas complicaciones a la salud.
Lamentablemente un empleo no garantiza la estabilidad económica, incluso la mayoría de los mexicanos se tiene que amarrar el cinturón en las compras de supermercados.