- Carta de la Editora
- Nelly García
- ngarcia@latitud21.com.mx
Cada vez es más notoria la presencia de la mujer en muchísimos aspectos, tomando decisiones y liderando proyectos en la ciencia, los negocios, la salud, la cultura y un largo etcétera. Sin embargo, es preciso señalar que falta mucho tramo por recorrer.
Por eso, en el marco del Día Internacional de la Mujer que se conmemora este mes, analizar qué estamos haciendo para que esta situación mejore es el mejor camino; sin importar si somos hombres o mujeres, lo importante es garantizar igualdad de oportunidades, no es una cuestión de lucha feminista mal entendida por pretender que las mujeres son mejores o más capaces que los hombres; se trata de aprovechar las fortalezas de cada quien, en la búsqueda de soluciones cotidianas, individuales y colectivas.
De que se puede, se puede; como ejemplo, una entrevista con Gerardo Contreras e Iracema Lara, CEO y COO respectivamente de Century 21, una empresa que entre sus filas reporta más del 80% de mujeres; mujeres que han encontrado en el sector de bienes raíces la mejor plataforma para desarrollar su potencial.
Además, platicamos con Emmanuel Grimbaum, recién nombrado cónsul honorario de Francia en Cancún, quien destacó las oportunidades que se abren para la comunidad francesa radicada en el Caribe Mexicano, así como los beneficios para sus connacionales que visitan nuestro país o que vienen para hacer negocios.
La realidad es que Quintana Roo, y particularmente Cancún, cuenta con un amplio potencial en materia de inversiones en muchos rubros, más allá del turístico, que por supuesto es el principal imán.
Sin embargo, es menester que tanto el sector privado, como las autoridades y los habitantes en general, entendamos la importancia de cuidar nuestros recursos para que las posibilidades sigan siendo ilimitadas.
El desarrollo no tiene por qué significar forzosamente el daño a lo más buscado y valorado por los visitantes, que son nuestras playas, cenotes, selvas y riqueza cultural.
Hoy más que nunca es necesario que se tomen decisiones acertadas que contribuyan a la preservación de nuestros recursos, que todas las acciones sean planteadas con base en la sustentabilidad y sostenibilidad, y sobre todo, que sea una cultura y una filosofía que permee a las nuevas generaciones, porque de las buenas prácticas que promovamos dependerá que todos tengamos un mejor presente y un futuro más próspero y prometedor.
Se trata de que las nuevas generaciones crezcan con un chip de mayor conciencia, más compromiso y más responsabilidad respecto a lo que les toca hacer para cuidar el entorno; que entiendan que en ello va el bienestar común.
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