(Segunda de tres partes)
“Amén de su singular belleza, su privilegiado entorno, ubicación geográfica y el talento y tenacidad de su gente, en su paso de territorio a estado, Quintana Roo fue obsequiado con el impulso que le dio la creación del primer destino turístico integralmente planeado en el mundo. Es así como Cancún se convierte en el impulsor no solo de Quintana Roo, sino de una gran parte del quehacer económico y por ende político y social de la Península de Yucatán, y en cuanto a su industria turística, la de todo Mexico. Su creación y desarrollo están íntimamente ligados a dos grandes cataclismos nacidos de dos expropiaciones que tuvieron una profunda influencia en el desenvolvimiento regional peninsular y del país: la expropiación de las haciendas henequeneras de Yucatán en 1936 y la expropiación bancaria de 1982.
“La primera dejó a Yucatán sumido en singular miseria. De ser una de las regiones más ricas del hemisferio se convirtió en una de las más pobres. Decenas de miles de jefes de familia pasaron a ser parte del presupuesto del gasto nacional. Jornaleros a quienes se les pagaba disque por quitar la hierba. Todos sabían que en realidad no hacían nada. Ejidatarios, cordeleros, y la sociedad que los envolvía, en decadencia. En 1964 el gobierno federal crea Cordemex, monopolio controlador de toda la industria henequenera, esto genera más miseria y lleva la situación económica de Yucatán a un caos. En un puñado de años se desangra el erario, pasando a ser la península una pesada carga en los gastos de la nación. Este es el motivo por el cual durante la administración del presidente Gustavo Diaz Ordaz se encomienda al Banco de Mexico, nuestro banco central, a resolver el problema. La alta dirección del banco asume el reto. Nace el concepto de crear un destino turístico capaz de dar empleo a un vasto sector de la población, sobre todo a aquellos ciudadanos que por muchos años habían estado ligados a una industria henequenera que se percibía sin futuro.
“Al final de la década de los 60, el Banco de México crea Infratur, y con ella se da a la tarea de estudiar cuál sería el sitio más apropiado para crear el primer Destino Turístico Integralmente Planeado. En 1969 visité con mi padre las oficinas de la creativa firma de arquitectos Landa y Asociados. El concepto del primer DTIP nacía en papel. La antigua hacienda Chunchucmil, localizada en las inmediaciones de Celestún, en la frontera entre Yucatán y Campeche, y la entonces referencia geográfica llamada Punta Can-Cun compiten por ser el lugar a elegir, y los directores del Banxico designados para desarrollar el proyecto, entre ellos don Antonio Enríquez Savignac, escogen realizarlo en las bellas playas de esta última, en el entonces Territorio de Quintana Roo.
“La inversión que se ejerce para el desarrollo de Cancún permite la generación de los empleos deseados y gradualmente le devuelve a las familias que abrazan el reto y se envuelven en el quehacer de la creación de este destino turístico, los ingresos por su trabajo, no por subsidio, y el caos henequenero comienza a revertirse. El compositor yucateco Luis Felipe Castillo gana el concurso de la canción que invitaría a la población de la península a considerar reubicar a sus familias, su quehacer y su vida. La popular banda cozumeleña Chicken y sus Comandos la interpreta. Los isleños invaden los espacios radiofónicos con la pegajosa melodía Me está llamando Cancún. El nuevo destino crece. Rebasa toda expectativa. El Banco de México se anota uno de sus más grandes éxitos. Yucatán sale de la miseria gracias a un esfuerzo realizado en lo que otrora había sido parte de su extensión territorial, desgarrada de su seno por otra de las aristas de su antaña, singular estatura en el México feudal.
“La segunda expropiación de referencia, la bancaria, tiene un par de muy profundos efectos en Quintana Roo. En febrero de 1982 se da la primera de una serie de devaluaciones del peso mexicano, que lo lleva, solo en ese año, de unos 27 pesos por dólar estadounidense a 147.50, y a más de 150 en el “mercado negro”, cerca de un 600% de devaluación anual. Quintana Roo, a pesar de la grave inflación que vivió ese año, se convierte en el destino turístico más barato del Caribe y por ende el más demandado. La industria turística despega con ímpetu. La entidad se convierte en generador de divisas sin paralelo en México. Ese difícil año de 1982 ve en el mes de septiembre la expropiación bancaria. Las devaluaciones se aceleran, los inversionistas ven en Cancún y Quintana Roo entero la oportunidad de participar en una industria generadora de divisas, se multiplican participantes, empresas de toda índole. Las que albergan, entretienen, transportan, dan alimento y sustento a todo este desarrollo.
“Un par de años después, en 1984, la banca internacional tiene la oportunidad que le brindan las autoridades hacendarias mexicanas de convertir sus préstamos al gobierno de dólares a pesos y “mexdólares”, siempre que éstos se invirtieran en México. Este acto le da oxígeno a Quintana Roo y propicia un acelerado desarrollo jamás antes visto. La banca internacional financia, y en algunos casos invierte directamente como socio en la construcción de hoteles y desarrollos turísticos de gran envergadura.
“En la década siguiente, apoyada en la infraestructura de Cancún, especialmente la aeroportuaria, Playa del Carmen es considerada la ciudad de mayor crecimiento en el mundo durante cuatro años consecutivos. Las bondades de un Cancún sólido contribuyen al desarrollo de la Riviera Maya de hoy, y consolidan a Quintana Roo como uno de los destinos turísticos más importantes del orbe…
(Continuará)