Sobre aviso no hay engaño

por ahernandez@latitud21.com.mx
  • Carta de la Editora
  • Nelly García
  • ngarcia@latitud21.com.mx

 

Más claro no puede estar: hasta hace pocos años, sólo había alrededor de 100 destinos turísticos en el mundo que ofrecieran servicios, infraestructura y atractivos capaces de atraer a millones de visitantes. Hoy, son más de 300, y todos compitiendo al tú por tú, con los recursos posibles, ingenio y estrategias diversas, para llevarse una buena tajada del pastel. Y los más ganones, sin duda, serán los que sepan meterse al mercado, con disciplina y constancia, con acciones concretas, respondiendo a los desafíos que plantea la industria sin chimeneas, atendiendo las nuevas tendencias de los viajeros, enfocados en la sustentabilidad y sostenibilidad. Un turismo más consciente, pues. Pero sobre todo, y sin duda, los destinos que lograrán salir airosos serán, por mucho, los que inviertan recursos y esfuerzos a la promoción, mucha promoción.

¿Qué rumbo tomará México en este escenario? ¿Será que el próximo gobierno federal, encabezado por la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, tendrá la suficiente voluntad para, de una vez por todas darle su justo valor al turismo? Ya es momento de que se le trate con la importancia debida a esta industria generadora de más de 7.5 millones de empleos, el 13 por ciento del total de puestos laborales en nuestro país. Además, representa el 14 por ciento del Producto Interno Bruto de la economía mexicana, y que, según las previsiones, en los próximos años podría incrementar hasta 16 por ciento. El potencial es enorme, pero el desafío es mayor, por eso, los hoteleros, restauranteros, cámaras empresariales y todos los que integran la cadena de valor que se beneficia directa o indirectamente del turismo, están ávidos de conocer la política turística de Claudia Sheinbaum. Sobre todo, porque en el sexenio que está a punto de concluir, el turismo quedó más que relegado, ninguneado. Se acabó el recurso para la promoción, para estrategias y acciones; se disolvió el CPTM y, para muchos, la Secretaría de Turismo no funcionó como debiera. El presidente López Obrador se llenó la boca diciendo que sí apoyaba el turismo, con el pretexto de haber destinado millones de pesos a un Tren Maya que se ve muy lejos que vaya a generar utilidades y multiplicar el turismo; a un aeropuerto Felipe Ángeles que está muy distante de captar lo que se espera (después de cancelar el NAICM en Texcoco) y, recientemente la inaugurada terminal internacional en Tulum, también bajo polémica.

Esperemos que esta vez, sí sean escuchadas las voces de expertos, que no se hagan realidad los rumores de que el nuevo gobierno pretende desaparecer la Secretaría de Turismo y pasarla como una dirección a la Secretaría de Economía, que estará liderada por el excanciller Marcelo Ebrard.

Las cifras logradas están ahí, el potencial de lo que se puede alcanzar también; y lo que podría suceder si se toman decisiones erróneas. Por el bien de México y los millones de personas que dependen de esta industria, esperemos que el camino elegido sea el mejor.