Sería reiterativo. Pero sí. La presencia de Enrique Peña Nieto en la décima primera edición del Foro Nacional de Turismo dejó optimismo en su compromiso con el sector que representa la tercera fuerza económica de México. Optimismo también porque cuatro días antes había anticipado en Nayarit los cuatro ejes que regirán su política turística nacional: cuatro (versus 10 de la administración calderonista).
Esta coincidencia se reafirmó porque la nueva administración escuchó las voces de los actores turísticos para dar continuidad a las estrategias con la designación de personajes claves en las principales instancias que rigen el motor turístico nacional, en el caso particular de Rodolfo López Negrete como titular del Consejo de Promoción Turístico de México, o de Héctor Gómez Barraza al frente del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, sin dejar de lado la apuesta generalizada a favor de la titular de la Sectur, Claudia Ruiz Massieu, quien aunque no tiene pasado turístico, sí la cepa política para coordinar a las diferentes agencias gubernamentales, como oímos en todos los paneles del encuentro, que conformarán el gabinete turístico, que se espera no naufrague como el propuesto en la administración Foxista.
Otra más de las coincidencias fue la del protagonismo del Foro Nacional de Turismo, cuya convocatoria nacional e internacional le ha concedido un significativo peso dentro del sector, como eje rector de discusión y de análisis serios, concisos y concretos, y en lo mediático por arriba ya del Tianguis Turístico de México, y desde hace ya varios años. Esta obra es de un hombre, Fernando Martí, quien ha sacado del sombrero todo tipo de suertes mediáticas y empresariales para concretar a 11 años de su creación este espacio ya como un organismo permanente, con un consejo integrado por personalidades de respetable trayectoria en el sector, y abocado a efectuar foros y seminarios destinados a generar propuestas en materia de turismo a lo largo del año. Se apuesta porque éste se convierta en un organismo autónomo que permita, de alguna manera, tomar continuamente el pulso a las iniciativas expuestas.
Así que, sin más contratiempo que el tiempo, las cloacas burocráticas y la inyección de recursos financieros tendrán que destaparse de frente a la nueva política pública turística, si es que realmente hay ese compromiso de regresar a México al top ten del ranking mundial.
Bienvenido a bordo Sr. Presidente.
[editor]mariana-orea[/editor]