Nuestro paĂs, por tradiciĂłn, ha tenido uno de los Servicios Exteriores de carrera (SEM) más completos de AmĂ©rica Latina, quizá el segundo o el tercero despuĂ©s de Itamaraty, el de Brasil. Entrar al SEM siempre fue complejo y destinado a los amantes de las relaciones internacionales y la historia de MĂ©xico, pero sobre todo a mexicanos decididos a sacrificar tiempo lejos de sus familias y de su paĂs. Hoy nuestro SEM no atraviesa su mejor momento. El gobierno del presidente AndrĂ©s Manuel LĂłpez Obrador tomĂł la decisiĂłn de poner en pausa muchos de los ascensos que por ley se tienen que otorgar a nuestros diplomáticos de manera continua; hay recortes presupuestales importantes que en muchos casos entorpecen no sĂłlo la actividad consular en el extranjero, tambiĂ©n se dejan de hacer eventos culturales, artĂsticos, entre otros, que son la mejor herramienta diplomática que se tiene de nuestro paĂs en el mundo. Pero aun con este escenario y con más trabajo -con la desapariciĂłn del CPTM y PromĂ©xico, los consulados y embajadas tomaron las riendas de la promociĂłn turĂstica y atracciĂłn de inversiĂłn- nuestros diplomáticos de carrera siguen dando la cara de manera decorosa.
En las Ăşltimas semanas el presidente tomĂł ciertas acciones que tienen un impacto negativo en nuestro andamiaje diplomático y generan rispidez con vecinos y socios clave. Todo iniciĂł con el nombramiento incesante de no diplomáticos de carrera en embajadas y consulados clave, contrario a la promesa de campaña de privilegiar el nombramiento de miembros del SEM. Es importante señalar que esta práctica no es privativa de este gobierno; en el pasado reciente, en gobiernos del PRI y PAN los entonces presidentes enviaban tambiĂ©n a polĂticos a ocupar plazas importantes para cubrir compromisos, favores o pagar cuotas, o de plano, enviar lejos a adversarios polĂticos.
Tres incidentes en concreto fueron los más llamativos, empiezo con el más cercano a nuestro Estado: España. Recordemos que el paĂs ibĂ©rico es el segundo socio comercial de MĂ©xico, despuĂ©s de Estados Unidos, sobre todo por la inversiĂłn en materia turĂstica, infraestructura carretera y en materia energĂ©tica. Desde el difĂcil intercambio entre cancillerĂas para la ratificaciĂłn de nuestro nuevo embajador, hasta la llamada “pausa” decretada por LĂłpez Obrador hace unas semanas, tanto Madrid como Tlatelolco -sede de SRE- han tenido que hacer malabares para mejorar este difĂcil escenario.
VendrĂan tambiĂ©n los casos de Panamá, donde designa como embajador a un personaje con acusaciones serias de acoso sexual, que el gobierno panameño rechazĂł inmediatamente, lo que molestĂł a LĂłpez Obrador, quien tuvo que retirar su propuesta y enviar a otro personaje de izquierda con poco tacto diplomático. O ÂżcĂłmo olvidar nuestro aval como paĂs al enviar a un representante del presidente a la toma de posesiĂłn del dictador Daniel Ortega?, por citar sĂłlo dos ejemplos de muchos que hemos visto a lo largo de los Ăşltimos casi tres años.
En conclusiĂłn, tenemos un excelente canciller, que conoce y entiende los costos de las decisiones tomadas en Palacio Nacional. Marcelo Ebrard de la mano de nuestro extraordinario SEM han logrado llevar a la vanguardia la posiciĂłn de nuestro paĂs en muchos foros internacionales y privilegiado el diálogo con nuestros principales socios y vecinos. Será fundamental dejar la polĂtica exterior a los expertos y que el presidente se dedique a lo suyo. Hoy más que nunca, ante un mundo cambiante y complejo, tenemos que exigir el regreso del SEM y de sus mejores cuadros, y reparar estas relaciones fundamentales para MĂ©xico.