Sucedió lo que muchos habíamos previsto; sin embargo, no del tamaño como terminó sucediendo. Donald Trump ganó la Presidencia de Estados Unidos, pero también ganó el voto popular por más de 4.5 millones de votos, pero también ganó 312 votos -de los 270 necesarios- en el Colegio Electoral, por encima de los 226 votos que obtuvo la vicepresidenta Kamala Harris. El Partido Republicano ganó la llamada ‘trifecta’, al mantener el control de la Cámara de Representantes por casi 15 asientos y ganó la mayoría en el Senado por 4 votos. A partir del 1 de enero de 2025 el mando en Washington lo llevarán los republicanos, hoy mejor identificados como “trumpistas” al interior del movimiento MAGA: Make America Great Again (Hacer Grande a Estados Unidos Otra Vez).
Grandes lecciones para la democracia global: las encuestas volvieron a fallar, las instituciones de los Estados Unidos funcionaron; se le podrá criticar de varias cosas a Biden y Harris pero no de antidemocráticos, pasaron 24 horas para que la vicepresidenta reconociera su derrota y llamó por teléfono al presidente y vicepresidente electos para garantizarles un proceso de transición en forma. Donald Trump y JD Vance tomarán las riendas del país a partir del 20 de enero del 2025 y pasarán a la historia como la fórmula que logró ganar la intención del voto de una de las coaliciones más grandes y diversas en la historia de Estados Unidos. Trump conquistó el voto de las mujeres, de las minorías, de los jóvenes y de la gente de la tercera edad. Kamala perdió porque no supo hablarle al votante de a pie de cómo su gobierno sería diferente al de Biden (el gobierno de Biden arrancó bien, pero termina mal).
Viene ahora Trump 2.0, y si noviembre sirvió como muestra de cómo serán los próximos cuatro años: abrochémonos los cinturones. Trump se jugará el todo por el todo, tendrá 4 años para cumplir lo que prometió en campaña, endurecer las leyes migratorias y expulsar a millones de inmigrantes indocumentados, hará que nuestro país los reciba a través de la instauración de la política “Quédate en México”. El nuevo gobierno de Estados Unidos será sumamente duro con México y América Latina en el combate al crimen organizado y sobre todo al tráfico de fentanilo. Desde el Congreso habrá voces pidiendo una intervención más sólida y decretando a ciertos cárteles de la droga mexicanos como organizaciones terroristas. En el frente comercial, viene la revisión del TMEC en el 2026 y no hay que esperar una negociación tersa, Trump ha amenazado con imponer aranceles a diestra y siniestra.
Aun no tengo suficiente información sobre potenciales medidas que pudieran tener un impacto en el sector de viajes y turismo, pero de entrada auguro una relación más complicada con el Departamento de Estado a cargo del senador de Florida, Marco Rubio, que ha sido un duro crítico del partido en el gobierno de nuestro país.
Antes de concluir este primer análisis postelectoral, ya que seguiré escribiendo mucho más de este tema, quiero concluir resaltando que el equipo que armó la presidenta Sheinbaum para encargarse de la política exterior con Estados Unidos es el adecuado y habrá que darles todo el respaldo necesario; se vienen tiempos complejos. Aprovecho para agradecer el favor de su lectura durante este 2024 y por aquí nos leemos en enero.
- Reporte Washington
- CEO de Global Nexus
- Analista y Consultor Internacional
- X:@rubenolmosr