Decidida a trazar su propio camino en un destino turístico como Cancún, Martha Patricia Lara Flores, coordinadora de gerencias de Mayaland Resorts, emprendió hace 26 años su aventura en este destino, donde las oportunidades de trabajo no tardaron en llegar para desenvolverse en diferentes áreas de la hotelería, un sector que le daría aprendizaje, solidez y crecimiento profesional.
Amante y celosa de su propio espacio, Lara Flores, quien desde hace 16 años colabora en Mayaland Resorts, empresa fundada en 1921, se considera una mujer bendecida por encontrar “piedritas” en el camino y personas con buenos sentimientos y valores que le ayudaron a emprender nuevos episodios de su vida en Cancún.
Con licenciatura en Administración de Empresas Turísticas, Martha Patricia combinó sus estudios con el primer trabajo que obtuvo en el hotel Holiday In de Mérida, para desenvolverse en diferentes áreas, y posteriormente, a los seis meses de terminar la carrera en el Instituto Tecnológico de Yucatán, decidió venir a probar suerte a Cancún.
“Hubo una revolución en mi casa cuando les dije a mis papás que me iba a trabajar a Cancún. Era la hija más chica, la única mujer, y de una familia muy tradicional y católica. Al principio no me apoyaron porque consideraban que este destino era un lugar de perdición y tenían temor de que pudiera ser presa fácil del estilo de vida de la ciudad. Sin embargo, al final me brindaron su ayuda para salir adelante”, relató.
Originaria de Mérida, la ejecutiva recuerda: “La primera vez que entré a trabajar a Mayaland Resorts fue en 1992 como asistente de excursiones. Era un puesto de nueva creación debido a que la empresa tenía poco de haber iniciado operaciones en el sector turístico. La misma dinámica del trabajo me obligaba a aprender muy rápido y asumir el área de excursiones y posteriormente la de reservaciones de los hoteles de la misma compañía”.
Luego de trabajar con otras cadenas como Misión y Posadas de México, Martha Patricia Lara pensó “que la hotelería siempre sería mi futuro, pero la ruleta giró hacia otro rumbo y me ubicó en Mayaland, una empresa familiar sólida con mucho potencial y en la que he aprendido mucho durante estos 16 años. Me gusta mi trabajo, actualmente más enfocado al área de recursos humanos”.
Con el deseo de retomar en alguna ocasión el camino de la hotelería, Lara Flores comenta que “Mayaland tiene hoteles en Chichén Itzá y Uxmal, y eso me atrajo para reincorporarme a la empresa. Es un producto muy interesante con el que me identifico muy bien, porque me gusta y me apasiona. Valoro mucho la oportunidad que me dieron de incursionar en otras áreas, que si bien no estaban relacionadas con lo que yo hacía me permitían aprender cosas nuevas”.
Orgullosa de los logros alcanzados recomienda a las nuevas generaciones tener paciencia y humildad para aprender del que sabe. “Los jóvenes de ahora disponen de algo que nosotros no tuvimos en su momento, las nuevas tecnologías, información en tiempo real e inmediata y redes sociales. En nuestra época no contábamos con nada de eso y la información que teníamos era más depurada y respaldada por catedráticos”. (Marlene Hernández)