“Es recomendable tener más de una fuente de ingresos con el fin de evitar depender de un solo empleo”
Si deseamos que nuestras finanzas personales sean saludables, lo primero que debemos hacer es un análisis de nuestros ingresos, gastos, ahorro e inversión, entre los aspectos más importantes a considerar.
En ese sentido, sin duda es recomendable tener más de una fuente de ingresos, no importa que generen distintos niveles de retribuciones, lo importante es estar diversificados en la obtención de recursos.
Por el lado del gasto existen diversas maneras en las que podemos emplearlo, pero en todas ellas debemos hacerlo de manera responsable.
No es de extrañar que algunas personas trabajen únicamente para pagar sus deudas o que gasten en productos o en actividades innecesarias dejándose llevar por publicidad engañosa o por la euforia de las temporadas de rebajas y descuentos.
Las personas con educación financiera –la cual no siempre está ligada a la educación académica- establecen un presupuesto a partir del total de sus ingresos.
En dicho presupuesto están contemplados todos los gastos mensuales fijos (como los servicios, la escuela de los hijos, la despensa, las mensualidades de los seguros de salud, de vida y de auto), el ahorro con sus metas específicas (vacaciones, un nuevo celular o computadora, cambiar de auto) y la inversión (en un nuevo negocio o como socio en uno que ya está establecido, en un fondo de inversión, en deuda de gobierno y/o de empresas, en depósitos a plazo, etc.) en actividades que les traerán rendimientos en un futuro…
Sin embargo, a la mayoría de las personas se les dificulta ahorrar debido a que no perciben esta actividad como una prioridad en su vida, y más aún si ya se comprometieron con una serie de deudas que deben cubrir, pero no hay que olvidar que nunca es tarde para recuperar la paz y la tranquilidad económica… ¿Cómo lo hacemos?.
En primera instancia revise su patrimonio, haga una lista de los gastos y divídala entre los obligatorios (o necesarios) y los innecesarios; observe los gastos innecesarios y decida de entre ellos cuáles son aquellos que puede dejar de hacer sin que eso afecte sensiblemente su calidad de vida, y transfórmelos en ahorro.
Además, analice minuciosamente cada uno de los créditos que tiene contratados y reflexione si realmente necesita pagarlos en cuotas o si acaso puede liquidarlos en menos de un año, aprovechando ya sea el aguinaldo, el pago de utilidades, los bonos extra, las primas vacacionales, o cualquier situación por la cual reciba mayores ingresos.
Conjuntamente se debe conocer cuáles son las herramientas financieras con las que contamos al momento de adquirir un automóvil, una vivienda, un negocio, acciones, etc., ya que de esta manera se podrá planear, así como establecer los gastos que son prioridades y especialmente usted podrá ahorrar para enfrentar situaciones inesperadas, lo que le permitirá vivir con bienestar y tranquilidad económica.