Lo que primero fue una llegada atípica, luego se convirtió en constante; el sargazo lleva ocho años afectando al Caribe Mexicano y aún no hay soluciones a la vista
Desde 2013, cuando los primeros recales abundantes de sargazo causaron sorpresa porque enturbiaron el azul turquesa de los litorales de Quintana Roo, diversas voces han externado su preocupación y urgencia porque haya estrategias integrales para el control y manejo de esta macroalga marina. Sin embargo, hasta ahora todo ha quedado en palabras.
La oportunidad está ahí, flotando en el océano; lo que se plantea como un grave problema y amenaza al sector turístico, pesquero, al medio ambiente e incluso a la salud, podría traducirse en beneficios económicos, pero las autoridades no han concretado un reglamento que permita un adecuado manejo del desecho marino y que las empresas hagan inversiones en la materia.
A la espera de miles de turistas en las vacaciones de verano, varios sectores de la entidad ya emitieron un S.O.S. al Gobierno Federal para que defina estrategias inmediatas, porque lo hecho hasta ahora es insuficiente y porque los pronósticos de arribo este año amagan con semejar los de 2018, cuando fueron más de 500 mil toneladas.