El titular de nuestra portada lo dice todo: En tiempo y forma el mega complejo turístico residencial náutico/golfístico Playa Mujeres concretó exitosamente la comercialización de sus lotes, con todo y la clase de suerte que se manejó una vez anunciado el proyecto de la familia Hank Rhon.
Para los detractores, las cloacas burocráticas impuestas por años a proyectos turísticos y residenciales símiles a Playa Mujeres –léase Puerto Cancún o Lagos del Sol- fueron “tapadas” con importante inyección de recursos financieros que pesaban sobre la empoderada familia del entonces desaparecido empresario y político Carlos Hank González, uno de los más potentados personajes de México, y en quien pesaba una fortuna valuada en mil 300 millones de dólares en el año 1993, de acuerdo con Forbes.
Trascurrieron dos décadas para que la herencia de la familia Hank Rhon, una tierra inhóspita de 376 hectáreas en la zona continental de Isla Mujeres, descubriera su vocación, exponiéndose como uno de los productos mexicanos de mayor lujo en la escala turística mundial.
Sin embargo, la salida al mercado de Playa Mujeres ha tenido más aciertos que desaciertos. Empezando por amortiguar la desfavorable escena económica de Isla Mujeres; de dotar a su zona continental, y al mismo tiempo a Cancún, de una nueva infraestructura turística, a la búsqueda de un mercado de alto poder adquisitivo con importantes contribuciones a los llamados clubs de productos: dos campos de golf bajo la firma Greg Norman (pendiente uno); una espectacular marina de 176 atraques; tres mil llaves hoteleras (en la actualidad dos mil 500), y una oferta de mil 350 unidades residenciales.
El plan maestro de Playa Mujeres, realizado por la afamada firma internacional Hart & Howerton, sentó las bases urbanísticas y ambientales para la gestoría de los desarrolladores, pero más allá de eso procuró a los inversionistas certeza jurídica en la tenencia de la tierra, un añejo problema en el territorio quintanarroense que históricamente no del todo ha sido resuelto por los tres órdenes de gobierno.
Como bien lo compartió hace una década Marisela Hank Rhon, “en Playa Mujeres están invirtiendo importantes y exclusivas cadenas hoteleras europeas, principalmente procedentes de España, las cuales no solo cuentan con todos los permisos y con la infraestructura básica sino que adquieren la tierra que se les ofrece sin ningún tipo de riesgo en aspectos como la tenencia y la seguridad jurídica. Playa Mujeres es un producto cuidado, apegado a las normas jurídicas y ambientales”.
No olvidemos también que Playa Mujeres ha sido fuente de empleo de cientos de familias de ambos municipios; está contribuyendo, incluso financieramente, con la urbanización de la zona continental sin empacho y ha sido un extraordinario detonante de desarrollo turístico sustentable que vendrá a influir en los futuros proyectos para esa zona.
Excellence Group, AM Resorts y ahora Grupo Hermes, capitaneado por Carlos Hank Rhon, por primera vez con participación activa dentro de la industria hotelera, son los grandes jugadores que confían sus inversiones y el retorno de más divisas en este maga proyecto que, en tiempo y forma, se ha constituido como una de las grandes joyas de escala mundial del Caribe mexicano.