Biomaya: Aprovechando la marea

por ahernandez@latitud21.com.mx

Biomaya es un movimiento que cumple con un doble propósito: generar ingresos en sectores necesitados y promover la conservación del medio ambiente y el aprovechamiento del sargazo

Que afea el mar Caribe, que impacta al turismo, que daña las playas e incluso que afecta a varias especies de seres vivos, incluyendo al ser humano. Estos son los comentarios recurrentes acerca del sargazo, ese visitante incómodo que en los últimos años llega de forma masiva a las costas de Quintana Roo. Sin embargo, el recale de la macroalga significa oportunidades y ya generó varios emprendimientos, uno de ellos, que ha tenido muy buena aceptación, es Biomaya.

Este movimiento surge gracias a la iniciativa de Erick Parker, un joven playense que a sus 21 años, se ha ganado un lugar como impulsor de estrategias ecologistas y proyectos de otros emprendedores.

Respaldo científico

A raíz del recale masivo de la macroalga, en 2018 empezó a investigar “para ver si de verdad era tan malo”; acudió con laboratorios en Cancún, Playa del Carmen y Morelia. Descubrió que este desecho marino trae muchos nutrientes que lo convierten en un valioso hidratante para productos cosméticos.

Entonces poco a poco fue madurando la idea, “buscamos cambiar la perspectiva de ver el sargazo a una manera positiva, generando fuentes de ingreso para las amas de casa, apoyando la limpieza y conservación de las playas”.

Incluso, descubrió que en ciudades de Chile o China lo consumen; “no es malo, lo que pasa es que no sabemos cómo manejarlo; pero nosotros vimos esa amenaza como una oportunidad”. 

Crearon un producto hecho por amas de casa de comunidades mayas, en Sahcab Mucuy, Tulum, cerca de Cobá, para darles una fuente de ingreso.

Ahora, en una segunda etapa, ya trasladaron esta oportunidad a mujeres de Playa del Carmen que viven en colonias (Colosio y Villas del Sol) donde ellas o sus parejas se quedaron sin empleo a raíz de la pandemia y que por tanto están en situación de vulnerabilidad.

Las apoyan a que obtengan recursos económicos desde sus casas, donde pueden continuar cuidando de sus hijos.

“Así que tenemos tres puntos muy importantes en Biomaya: ayudamos a la limpieza y conservación de playas, creamos fuentes de ingreso para amas de casa y promovemos la cultura del reciclaje, porque el empaque es hecho a partir de plásticos que recogemos en la limpieza de los arenales, a fin de que no haya un mayor consumo de este tipo de materiales, sino el que ya fue usado y tirado”, destaca Erick.

Aval de Cofepris

Después de los estudios correspondientes y varias pruebas, obtuvieron el permiso de la Cofepris y hace seis meses sacaron al mercado los jabones, que han tenido muy buena aceptación.

“Ya estamos a nivel nacional, llegamos a siete estados, muchos hoteles, spas, e incluso negocios que no tienen nada que ver con cosméticos, como zapaterías; hay universidades, hospitales y centros ópticos que quieren ser parte de este proyecto con doble propósito”, destaca.

Proceso y presentación

Señala que recogen el sargazo a mano, para que no lleve tanta arena; luego lo lavan para quitarle los contaminantes que haya arrastrado con la corriente. La arena que retiran la devuelven al mar. 

De base son siete personas, más 15 amas de casa que realizan el trabajo artesanal; contando puntos de venta y distribuidoras, suman alrededor de 100 personas involucradas.

Aclara que no usan el sargazo como tal, sino el extracto, obtenido con una máquina de vacío que lo macera para separar el líquido del sólido. Después le agregan el aroma: miel, rosas y coco; al final, le colocan una hoja de sargazo como decoración y símbolo.

“Cuando las personas lo ven en hoteles, spas o cualquier negocio, les llama la atención porque no se imaginan que algo que consideran nocivo y que apesta en la playa, se puede convertir en un producto bueno, que huele bien y sirve para hidratar la piel y como antiarrugas”, destaca Erick.

Tienen puntos de venta en Mérida, Holbox, Bacalar, Veracruz, Ciudad de México, Villahermosa, e incluso Monterrey y Baja California. “tristemente donde menos estamos es en Tulum y Cancún, destinos donde hay mucho problema de sargazo”, lamenta.

Hasta ahora no tienen apoyo de autoridades, pero sí de empresas que creyeron en el proyecto y les donaron herramientas para limpiar playas; “cada vez se suman más personas a la limpieza”.

Señala que además del jabón sólido, ya está en proceso de estudios uno líquido, un bloqueador solar y materiales para construcción, asfalto y un impermeabilizante.

Además de los laboratorios privados con los que trabajan, buscan reconocimiento de la UNAM.