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Según la IAAPA, este año se espera un incremento del 18% en la asistencia a parques en América Latina y 23% en el gasto
Enmarcado en el paradisiaco Caribe Mexicano y con una asistencia récord de más de 140 empresas de todo el continente, se realizó el Encuentro de la Asociación Global de Parques y Atracciones (IAAPA, por sus siglas en inglés) para América Latina y el Caribe.
El evento se realiza año con año en diferentes sedes (en 2024 será en Colombia), con el fin de conectar a la industria de parques y atracciones en la región, reuniendo a los líderes y a todas aquellas empresas y personas que forman parte de ella, para acceder a nuevas ideas y perspectivas, compartir conocimientos, encontrar valiosas oportunidades comerciales y crear relaciones duraderas.
Jim Pattison, Jr., presidente de Ripley Entertainment y presidente del Consejo de IAAPA; Jakob Wahl, presidente y CEO de IAAPA; y Paulina Reyes, vicepresidente de IAAPA para América Latina y el Caribe, encabezaron los trabajos y dieron muy buenas noticias del sector.
En la inauguración, a la que asistieron la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, y la edil de Benito Juárez, Ana Patricia Peralta de la Peña, Xavier López Ancona, CEO de Kidzania y presidente del Consejo Asesor de IAAPA, destacó que “el récord de participación en este encuentro, 300 líderes, es una prueba del crecimiento de la industria de parques y atracciones en América Latina y Caribe. Es una gran oportunidad para que los líderes de la industria compartan experiencias y generen conexiones y negocios”.
Visión y perspectiva
En tanto, Paulina Reyes, vicepresidenta de la IAAPA para América Latina y el Caribe, anticipó que el organismo realiza estudios sobre el impacto económico de la industria, para tener una visión clara del sector, que incluye proyecciones económicas, gastos y asistencia.
Por su parte, Xavier López Ancona, miembro global de la IAAPA, destacó la labor de la asociación como el organismo más grande e incluyente del sector.
“La gente está regresando, están buscando salir, socializar, estar con familia y amigos, y están gastando más en atracciones, en alimentos y bebidas en los parques, estamos en buen momento de recuperación y crecimiento”, dijo López Ancona, CEO de Kidzania.
Coincidieron en destacar la recuperación de México y Quintana Roo, con muchos nuevos negocios a la vista.
Como miembro de la IAPPA, The Dolphin Company estuvo presente con una activa participación en la convención del organismo realizada en Cancún.
Eduardo Albor, CEO de la compañía con 28 años de solidez, nacida en Cancún y con presencia en ocho países donde tienen hábitats de animales marinos, así como parques temáticos, acuáticos y de aventuras, estuvo en el panel “Liderazgo que inspira: convierta los sueños en experiencias para construir una carrera exitosa”.
A pregunta expresa sobre la experiencia de expansión en otros países, Eduardo Albor destacó que si bien es muy complejo, es importante entender la cultura de cada ciudad, para garantizar el éxito. “Llevas la esencia de tu negocio y la tropicalizas, así la gente no se siente intimidada. Con esa mentalidad hemos crecido a otros países. Incluso, también hemos tomado prácticas de otros lugares y las hemos traído a México. Es importante conocer el lugar a donde vamos para poder crecer, esto ayuda a la integración… Nos enfocamos en un liderazgo incluyente”.
Agregó que incluso dentro de Latinoamérica y el Caribe, son culturas diferentes, “lo único en común es que la gente quiere ir a divertirse, entretenerse, por eso es importante dar servicios de calidad y experiencias agradables para que la gente se lleve”.
En entrevista posterior, adelantó que a sus 33 locaciones a fin de año sumarán un delfinario en Puerto Plata, República Dominicana.
También tienen en puerta cerrar una operación para una adquisición en Malta, en el Mediterráneo. Sería el cuarto parque en Europa, porque ya tienen tres en Italia.
Aseguró que el ADN de la empresa es siempre crecer y expandirse, buscar otros mercados. “Yo siempre le digo a mi gente que lo único que no cambia en la compañía es que todo puede cambiar, eso nos mantiene a todos en estado de alerta, eso hace que la gente esté lista para reaccionar de manera rápida a los cambios”.
En el panel estuvo acompañado por René Aziz, presidente y director ejecutivo de Grupo Divertido;
Luciana Periales, directora ejecutiva de Neverland;
Miguel Quintana, fundador y director general de Grupo Xcaret, así como Valeria Cañón, directora administrativa y de recursos humanos de Aquopolis, como moderadora.
En otro panel, Claudia Sosa, directora Comercial de The Dolphin Company, habló de las cualidades de liderazgo que se necesitan para liderar en la industria del entretenimiento y mencionó que la compañía es incluyente, siempre abierta a nuevas ideas y a integrar nuevos talentos.
Leopoldo Cruz asumió su tercer mandato al frente de la Barra de Abogados de la Riviera Maya
Con más de 30 años en el oficio de abogado, con especialidad en derecho penal, Leopoldo Cruz Navarro asumió por tercera vez la presidencia del Consejo Directivo de la Barra de Abogados de la Riviera Maya.
Su principal objetivo es aportar beneficios a los asociados, que sea un gremio fuerte y participativo, así como contribuir con la sociedad que requiera sus servicios, demostrando su compromiso con la sociedad y uniendo esfuerzos para brindar certeza jurídica a todos los ciudadanos de Quintana Roo.
¿Desde hace cuánto forma parte de la Barra de Abogados de la Riviera Maya?
La Barra de Abogados de la Riviera Maya se constituyó en 2005; actualmente soy el único asociado fundador, de los que iniciamos, que queda en la agrupación.
¿Cómo se da su nombramiento?
En 2005, cuando se formó la agrupación, los asociados me dieron el honor de ser el primer presidente. Mi periodo fue de 2005 a 2007.
Después, en 2011, cuando se realiza la asamblea, me solicitaron nuevamente que lidere el consejo directivo.
El proceso, según los estatutos, es que en diciembre de cada dos años se convoca a una asamblea para renovar el consejo directivo; 15 días antes, los que estén interesados registran su planilla, y el día de la asamblea los asociados votan por la planilla que más les convenza.
Este es el tercer periodo, la asamblea fue en enero pasado y fui la planilla que quedó electa.
¿Con cuántos asociados iniciaron y cuántos son ahora?
Iniciamos con 24; actualmente somos 35. La razón de no ser tantos es que en cada asamblea se verifica si los integrantes han cumplido con asistir a los eventos, el pago de cuotas y la participación cuando se les requiere, que son las obligaciones que marcan los estatutos. Si no cumplen, en cada asamblea vamos depurando la asociación.
El fin de esto es que quienes estén inscritos realmente sean activos, sean propositivos y ayuden a la sociedad con asesorías gratuitas y con eventos donde damos ponencias en universidades.
El asociado que no participa o no está al corriente de sus cuotas, pues no tiene caso que continúe en la asociación.
¿Cuáles son los principales beneficios de los afiliados?
Son tres básicamente: El primero es la capacitación continua. Somos de las asociaciones que más eventos jurídicos realizamos (foros, ponencias y asistimos a eventos a nivel nacional), así que la capacitación es uno de los principales beneficios.
El segundo es el apoyo entre asociados, porque nos volvemos una red de abogados, y cuando la gente nos busca por correo o por Facebook para pedir asesoría gratuita o algún especialista, los canalizamos con algún abogado de la barra que se enfoque en el asunto, según la especialidad de que se trate.
El tercero es ayuda en casos extraordinarios que tenga el abogado; por ejemplo, hace dos años falleció uno de los integrantes de la Barra y con los fondos de las cuotas se pagaron todos los gastos funerarios, porque la viuda y los familiares no estaban en condiciones de pagarlo.
En estos 18 años ¿cuáles han sido los principales logros?
Uno fue cuando en el caso de impunidad del exgobernador Roberto Borge, fuimos la única asociación que juntó firmas ciudadanas y presentamos al Senado de la República una petición de desaparición de poderes; influimos en muchas de las decisiones de la Fiscalía General de la República. En ese entonces juntamos más de 3,500 firmas ciudadanas, sin apoyo de ningún partido, sólo sociedad civil organizada.
Otro logro fue el foro jurídico que se hizo aquí en Playa del Carmen hace cinco años, es uno de los más grandes que ha habido en el estado, en el cual nos juntamos seis colegios de la zona norte, con una asistencia aproximada de 400 abogados por día. Trajimos ponentes de la Ciudad de México, de La Salle y de la UNAM; fue todo un éxito.
Otro logro fue en la administración anterior, con Laura Beristain, durante la pandemia. Tránsito Municipal indebidamente empezó a detener vehículos por placa vencida, lo cual era un abuso de autoridad, porque no tenían facultad para ello si no había convenio con el Estado; entonces, aunque suene mal, fuimos los que obligamos a Tránsito a devolver todos los vehículos sin costo alguno a los ciudadanos, sin pago de multa, sin pago de arrastre de grúa y corralón; afectaban a las familias porque les estaban cobrando entre 5 mil y 6 mil pesos por recuperar sus vehículos.
¿Cómo es la relación con las autoridades y sociedad civil actualmente?
Es excelente, la razón es que somos muy respetuosos y nos enfocamos en cuestiones jurídicas y sociales, no somos parte de ningún partido político. Siempre hemos sido apartidistas totalmente, aunque sí promovemos el voto y procesos judiciales cuando es necesario, así como denuncias cuando vemos compra de votos.
¿Tu compromiso en este tercer mandato, con los asociados y con la comunidad playense?
Recuperar la posición que teníamos y que de alguna manera empezamos a perder; actualmente soy el administrador de un grupo de WhatsApp donde están todos los presidentes de colegios y barras de abogados del Estado, y en junio y septiembre próximos vamos a hacer dos foros jurídicos en el Teatro de la Ciudad de Playa del Carmen, en coordinación con todas las universidades que hay en Quintana Roo.
La segunda es incrementar el número de asociados; nos estamos acercando a las universidades para que los egresados se interesen en la colegiación. Con todas las reformas que ha habido en todas las áreas del derecho (civil, penal, etc), la colegiación es la única forma de estarse actualizando, porque los procedimientos ya cambiaron mucho en los últimos 10 años.
Con la comunidad, el compromiso es el de siempre, apoyar a la gente vulnerable, a las personas que requieren una asesoría y que no tienen recursos económicos; además, robustecer la defensoría pública, vamos a tener reuniones con el Tribunal del Poder Judicial, porque faltan defensores de oficio (ya una de las asociadas ingresó como defensora de oficio hace unos días).
Sobre todo, mi interés personal es hacer cosas positivas por la sociedad, que podamos apoyar a las instituciones; independientemente de las obligaciones que tienen ellos, nosotros podemos contribuir a mejorar el estado de derecho.
En esta nueva era de globalización, de visión holística de la realidad, nos parece que los problemas son de todos y, por ende, a todos nos corresponde resolverlos. Pero para ello tenemos que considerar las diferencias económicas de los tres grandes bloques que hemos analizado: primero, tercero y quinto mundos, pues tanto los problemas como las posibles soluciones son completamente distintos en cada uno de ellos. La globalización, que ya es inevitable, no da los mismos resultados en ellos.
Hace 200 años, el Támesis ya era un río contaminado; y hace 100, una cloaca que contaminaba el mar. Lo mismo ha ocurrido después con el Missisipi y más recientemente con el Volga. Ningún río actual del tercero y quinto mundos contamina tanto como lo hicieron y siguen haciendo los ríos de los países del primer mundo.
El 85% de la contaminación mundial se produce en el primer mundo, básicamente por el consumo de depósitos fósiles de petróleo y carbón, pero también por desechos de una producción industrial y agrícola sin precedente.
El consumo energético en el mundo se triplicará en los próximos 50 años, en que la población llegará a 10 mil millones de habitantes, pero los consumos tienden a incrementarse también en todos los países del mundo: mayor población que consume más energía.
Con los procesos de producción, distribución y consumo de la actualidad y sus residuos contaminantes, simplemente el mundo no podrá resistir, ni en el aire, ni en el agua, ni en la tierra, sin sufrir cambios que son de verdad incalculables. Y nadie sabe tampoco si serán irreversibles.
Sabemos que la conciencia ecológica de hoy, que cada vez se generaliza más, no está tomando las medidas adecuadas para el futuro y las cuestiones económicas están prevaleciendo sobre las ecológicas. Los políticos del primer mundo aprovechan ese marasmo, esa inconciencia general, para no incluir en los costos de producción el precio ecológico. Mientras los procesos de producción no afecten sus costos con ese factor y se lo repercutan al consumidor, la contaminación será creciente y cada vez más acelerada. El problema será cada vez más agudo, hasta ser irreversible y, por lo tanto, más costoso de solucionar. Simplemente, el mundo todo está cometiendo el enorme y egoísta error de dejarles a las próximas generaciones una carga económica de proporciones desconocidas.
Esas generaciones nos juzgarán y habrán de determinar la culpa histórica que nos corresponde. Pero esta culpa no es pareja: le corresponde más al que más la ha provocado y que, por otro lado, es el que más recursos tiene.
Pedirle solidaridad al quinto mundo es un absurdo. Exigírsela al tercer mundo es detener y prolongar más su arribo a la modernidad. Son los dueños de los excedentes reales de capital y tecnología del primer mundo los que, realmente pueden -y deben- actuar, pues ellos son los que se desarrollaron sin pagar el precio ecológico que les correspondía y que hoy exigen al resto del mundo. Esta injusticia se revertirá, y yo sé que no será el amor y la solidaridad los que los convenzan de pagar el precio, sino el miedo y la degradación de su propia existencia.
En los problemas de la ecología del futuro se verá lo avanzado de nuestra conciencia y solidaridad humana, pues su solución requerirá un inmenso esfuerzo económico y social que los 1 500 millones de habitantes del primer mundo del año 2050 tendrán que acometer o simplemente se generará un genocidio como el que ahora contemplamos en África con el AIDS (y con el cual ningún país del mundo se hace solidario) pero a escala mundial. La única alternativa para entonces será: solidaridad u holocausto.
El dinero lo tendrán que poner los ricos, porque son los únicos que lo tienen, pero la solidaridad es obligación de todos, pues todos somos responsables de la absurda forma en que procesamos las 120 millones de toneladas diarias de desechos que producimos y que contaminan nuestro mundo, sin contar las emanaciones de los coches y de las fábricas, los fertilizantes e insecticidas contaminantes que todavía se consumen, etcétera.
Pero ya están llegando las primeras generaciones afectadas por esta contaminación. Los efectos iniciales se empiezan a sentir, las alteraciones climatológicas que provocan igual tormentas que sequías, cada día nos afectan más. Los inconscientes quieren echarle la culpa al «niño», fenómeno natural que ha existido desde hace miles de años y cuyas travesuras se han venido a convertir, «quién sabe por qué», en verdaderas diabluras.
Las razones por las cuales el primer mundo no actúa son puramente económicas y políticas, sustentadas en una inconciencia generalizada que les abre campos de acción a los políticos. Sin embargo, ya en los próximos 25 años se verá lo egoísta y equivocada que es esta actitud.
El mundo actuará por temor, no por amor, y entonces se verá si la civilización y su globalización desarrolló la conciencia y preparó al espíritu humano para salir del hoyo al que su propio egoísmo lo precipitó sin valorar las consecuencias.
Notas al margen.
Holístico. Perteneciente o relativo al holismo, sentido de la unidad total
La división actual entre países del primer mundo y del tercer mundo es arbitraria y simplista, pues se reduce a clasificar a los países en pobres y ricos. Pero para nuestro objetivo yo propongo ampliar la clasificación a tres categorías, agregando la de quinto mundo, categoría a la que pertenecerían aquellos países (la mayoría) cuyo ingreso per cápita diario estuviera entre uno y tres dólares, o sea, menos de 1 100 dólares al año. Quinto mundo. En muchos de estos países hay gobiernos tiránicos y dictatoriales, y el promedio escolar es mínimo.
Las riquezas se concentran en menos del 5% de la población, generalmente relacionada con las fuerzas políticas que controlan el país. El pueblo carece de seguridad social y no se respetan los derechos humanos. La economía se basa en procesos ancestrales de cultivos de la tierra y de producción de materias primas, por lo regular en manos de extranjeros. El consumo de energía per cápita es bajísimo, dependen totalmente de tecnologías extranjeras (en un 95% de países del primer mundo) y tienen deudas impagables con la banca mundial e internacional. Las personas preparadas se integran a la élite o emigran. No hay una clase media que consuma y estimule la producción interna, no hay ningún tipo de investigación científica; el poco profesorado es deficiente por la baja paga que reciben y por la emigración y fuga de cerebros. Carecen de planes de desarrollo económicos, sociales o urbanos y de producción, y la población crece desmesuradamente generando graves problemas; por ejemplo, en treinta años, la población de viejos se multiplicará y no dispondrá de servicios médicos ni de seguridad social. Sus realidades sociales, políticas, económicas y ecológicas les dan poca esperanza para las próximas 10 generaciones y nadie es capaz de predecir su futuro. No pueden ni tienen posibilidad de integrar planes ecológicos ni de corto, mediano o largo plazo, porque ningún ser humano es capaz de sacrificar a sus propios hijos por la salud del planeta. Su analfabetismo llega a ser hasta de un 95%.
Tercer mundo. Estos países, cuya población total es de dos mil millones de habitantes, tienen ingresos per cápita que oscilan entre 1 200 y 12 000 dólares anuales. Se caracterizan porque sus estructuras y políticas económicas, sociales y ecológicas están en permanente transición, a veces avanzando, a veces retrocediendo. Padecen una enorme dependencia económica y tecnológica del exterior, aunque algunos son autosuficientes en materia de alimentos. Sus exportaciones son básicamente de materia prima o de productos maquilados. Sus estructuras políticas tratan de ser modernas y generalmente tienen pseudodemocracias que son más bien partidocracias. Sus legislaciones son obsoletas y confusas, difíciles de interpretar y aplicar. Su dependencia tecnológica es total y gastan un mínimo en investigación (por lo regular obsoleta) comparado con los países que hacen investigación formal. Cuentan con sistemas educativos estructurados: la mayoría de los niños van a la escuela, pero reciben una educación torpe y obsoleta, casi siempre en instalaciones pésimas y con profesores mal pagados. En todas esas naciones la corrupción es muy alta y con frecuencia organizada en torno a las fuerzas políticas. Cuentan con una mayor o menor clase media, que se prepara y estudia en niveles superiores. Hay periodos de bienestar económico que animan y fomentan su desarrollo y otros de desastre o crisis económica, como hoy se le conoce, que lo frenan. En la actualidad, en estos países hay una tendencia hacia la modernidad de sus sistemas políticos (hacia la democracia) y económicos (hacia el libre mercado), y sociedades liberales que van superando los paradigmas del subdesarrollo. Todas han padecido desastrosos aumentos demográficos que han mantenido a la mitad de la población en la pobreza y a una cuarta parte en la miseria, creando sociedades de grandes contrastes económicos y sociales, con una incontenible migración del campo a las ciudades, cuyo resultado es metrópolis gigantescas e incontrolables, en donde la inseguridad y la sobrepoblación son problemas diarios. Tienen una deuda y una dependencia tecnológica muy grandes con el primer mundo. En fin, están en proceso de desarrollo, y sus posibilidades de progresar dependen en gran medida de que logren estabilizar sus poblaciones. Su analfabetismo es en promedio de un 50%.
Primer mundo. Estos países tienen ingresos per cápita de 12 000 a 36 000 dólares anuales, y sistemas políticos totalmente establecidos; a la fecha, todas son democracias, republicanas o parlamentarias. Sus leyes son claras y sus sistemas judiciales han superado en un 95% los mecanismos de corrupción. Sus economías han establecido los ciclos de producción y consumo que les permiten a las empresas y al gobierno mantenerse en la competencia de las diversas áreas tecnológicas; son dueños del 98% de las actuales patentes del mundo. Sus sistemas sociales están totalmente estructurados y se basan en una gran clase media que tiene un ingreso del orden de los 24 000 dólares anuales y que abarca el 90% de sus poblaciones, un 8% tiene ingresos de 12 000 dólares anuales o menos y el 2% restante corresponde a una élite que está por encima de la alta clase media. Todos estos países, donde viven mil millones de personas (el 17% de la población mundial), practican el libre comercio y juntos poseen el 85% del capital mundial circulante. Tienen cubierta la educación básica en 97% de su población, la secundaria en 70% y su índice de analfabetismo varía entre menos de 1 y 5%. Sus sistemas políticos, económicos y sociales son estables. Son los causantes de las lluvias ácidas, productores del 85% de la polución del aire, el 95% de la contaminación radiológica, el 70% de la contaminación del agua y consumen también el 85% de la energía del mundo.
La proporción en cuanto a producción y consumo per cápita de los países del primero, tercero y quinto mundos es, respectivamente, de 90, 9 y 1%. Estas diferencias abismales provocan contrastes y problemas enormes de migración y de inconformidad social que con la globalización del mundo está tomando caminos imprevistos. Hay un nuevo mundo que ya no mantiene aisladas estas diferencias, sino que las confronta y que requiere una nueva visión del mundo para enfrentarlas.