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Revista Latitud 21
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Sergio González

  • Al buen entendedor
  • Presidente de la AMATUR
  • Presidente del centro de atención de salud mental y prevención de adicciones «Vital»
  •  sgrubiera@acticonsultores.com

Crónica de Europa Parte I

por NellyG 1 diciembre, 2022

Además de contarle a mis ocho lectores de mis andanzas por el Viejo Continente, trataré de hacer cabal referencia a empresas y personas que nos hicieron posible y feliz la experiencia. Quiero empezar por reconocer a Best Day; particularmente al joven Jesús Aranda y por supuesto a mi gran amigo, Julián Balbuena. Gracias a ellos, pude conseguir algunos de los hoteles y vuelos siempre a buenos precios; es muy placentero llegar a los alojamientos y que siempre esté tu habitación sin contratiempos, ¡muchas gracias!

Reservamos nuestro primer vuelo en Air Canada, con rumbo a París, vía Montreal. Sobra decir que lo único incómodo de ir a Europa son las consabidas 10 horas en esos cada vez más estrechos aviones, pero bueno, es el precio que hay que pagar para llegar allá.

Finalmente pudimos ponernos horizontales en el muy cómodo Hotel Marceau, muy próximo a la emblemática avenida Champs Elysees y a unos pasos del Arco del Triunfo.

Luego de tres merecidas horas de placentero sueño y aún con los estragos del cambio de horario, dirigimos nuestros pasos al primer Brasserie que encontramos; justamente también de nombre Marceau, para degustar los primeros Escargot’s del viaje, simplemente deliciosos, como sólo los franceses saben hacer; luego un Boeuf Bourguignon, que debe su nombre a sus dos principales ingredientes: carne y vino; ambos emblemáticos de Borgoña, exquisito, acompañados de unas copas de Cote Du Rhone. Ahora sí empezaba la vacación y Alice empezaría junto conmigo la dieta mediterránea, en la que no falta el vino.

Siempre es un placer regresar a la Ciudad Luz y visitar la Torre Eiffel, la catedral de Notre Dame, Los Inválidos y por supuesto el Louvre; aunque debo reconocer que esta vez, sólo por fuera, almorzar un Entrecote y Frits, muchas frits con más vino francés.

La escala en París era casi técnica, dos noches, para reponernos del viaje y continuar hacia Praga.

De la capital checa escuchamos recientemente decir que existen ciudades bellas, ciudades obscenamente bellas y Praga, y es verdad; aunque guardaré esta frase para retomarla en la tercera entrega de esta crónica, con referencia a otra ciudad de la que ya les contaré. Lo que es un hecho es que resulta impactante encontrarte de frente con esas fachadas de arquitectura romanesca, gótica, barroca, rococó, de casi 10 siglos de historia. En esta ciudad histórica, lugar de múltiples acontecimientos y también sufrimientos, como la dictadura comunista y la represión, resulta sobrecogedor atestiguar las vistas del río; uno de los castillos más grandes de Europa, si no el que más; su impresionante catedral gótica y por su puesto el famoso y emblemático reloj astronómico de Praga; todo rodeado de fachadas y más fachadas como salidas de un cuento.

A pesar del frío, cerca de 11 grados, hicimos la expedición guiada a pie por toda la ciudad, que concluye con un paseíllo en barca por el río; ¡maravillosa experiencia! No así la comida, que francamente no nos gustó y en tales circunstancias cenamos dos de nuestras tres noches en un restaurante indio, que no hindú, porque lo último se refiere a la religión y lo primero al gentilicio; en donde nos dimos vuelo con los currys y la cerveza checa; esa sí muy buena.

La tercera noche la reservamos para una experiencia de lo más recomendable, una cena con concierto de Mozart. Se trata de una pequeña selección de óperas del gran compositor que pasó varios años de su vida en Praga; un fragmento de Las Bodas de Fígaro, otro de La Flauta Mágica y algunas Arias, con un quinteto de cuerdas y las mágicas voces de un barítono y una soprano, nos hicieron una noche mágica, en el balcón privado del hermoso teatro del Gran Hotel Bohemia, construido en 1927; una experiencia sublime.

Luego de la hermosa Praga y su fascinante historia, emprendimos nuestros pasos hacia Bélgica.

Al cabo de un vuelo de una hora con 40 minutos, en Air Brussels, aterrizamos en Bruselas, para hospedarnos en el súper cómodo y bien ubicado hotel NH Collection, gracias a la recomendación de mi buen amigo Alex de Brouwer; belga, por cierto.

Apenas llegamos al hotel, dejamos las maletas y nos dirigimos al Grimbergen Café, un restaurante a unos pasos del hotel, para probar los clásicos mejillones con ajo, acompañados de las infaltables frites (papas a la francesa), que en Bélgica parecen ser el deporte nacional; y como complemento, la especialidad de la casa y de Bruselas: una Carbonada Flamenca, una carne a la cerveza obscura en cocción lenta.

Al día siguiente, luego de maravillarnos con la Grand Place de Bruselas y su magnificente arquitectura, en donde te quieres hacer todas las fotos del mundo, terminamos la caminata en el Bier Central Café, un lugar que además de bonito, tiene un menú de 333 cervezas. Lógico que apenas pude probar tres o cuatro de ellas, pero en ese magnífico marco cervecero, preparé para Alice y para mí nuestro propio tartar filet américain (si alguno de mis ocho lectores quiere el video de esta experiencia, me lo pide y se lo comparto con gusto) … Al final me compré la Enciclopedia de las Cervezas de Bélgica, por 9 euros.

En toda Europa, caminar es lo usual, lo más práctico y lo de moda, pero en Bruselas es una delicia. Además de que la gente es cálida y amable, como lo fue una joven que al vernos con el mapa en la mano, no sólo nos ofreció ayuda, sino que nos llevó hasta el sitio donde se encuentra la famosa estatuilla del Manneken Pis (hombrecillo que orina) y sobre la que giran diversas leyendas, entre ellas, la de que en el siglo XIV, Bruselas fue atacada por enemigos y cuando estos colocaban pólvora bajo las murallas para hacerla volar, un niño llamado Julián vio la mecha a tiempo y la apagó orinando, y es por ello considerado un héroe.

Esa es simplemente leyenda, como hay otras en torno a la estatuilla que está colocada ahí desde el año 1618 o 1619, y que es mucho más pequeña de lo que uno imagina, mide apenas 65.5 centímetros, situada en el centro histórico de esta hermosa ciudad.

Nuestro tercer día lo dedicamos a Brujas, y es aquí donde empiezan las conjeturas y las dudas para decidir si es más bella o no que Praga; vaya predicamento…

Luego de un cómodo viaje de una hora en tren desde Bruselas, llegamos a Brujas y al salir de la estación no sabíamos lo que nos deparaba el destino; tomamos un taxi abierto en forma de triciclo híbrido de pedales, conducido por una guapa señorita inglesa, que originalmente me dijo que el viaje al centro sería de 14 euros.

Al llegar a la gran plaza de Brujas, quedamos atónitos, impactados; la arquitectura gótica y los colores se nos venían encima. Al final descubrí que la inglesita me cobró 22 euros; en fin, taxista.

La Grote Markt o Plaza Mayor se caracteriza por su arquitectura gótica y sus edificios medievales, rodeados por canales que hacen de esta mágica ciudad una pequeña Venecia, que podría inspirar los más dulces cuentos de hadas o de romances.

La dieta se limita a chocolates; eso sí, los más ricos, papas fritas y buenas cervezas, pero a las cámaras les falta espacio para la cantidad de fotografías obligadas en este mágico rincón de Europa. Aún no sé si me decanto más por Brujas que por Praga, aunque me parece que esta pequeña ciudad de canales románticos, en donde se habla flamenco (holandés-belga), va ganando la contienda.

Al siguiente día partimos en avión hacia Lyon, para iniciar un recorrido por el sur de Francia, pero eso, se los dejo para la siguiente parte.

El Cielo, un orgullo de México

por NellyG 1 noviembre, 2022

Nos cupo la dicha de haber sido invitados al noveno aniversario del viñedo El Cielo, en el Valle de Guadalupe, a unos minutos de Ensenada, Baja California Sur.

Sin duda es un sueño hecho realidad; sueño que inició hace una década Gustavo Ortega, al que se sumaron con entusiasmo José Luis Martínez y Dolores López Lira, todos amantes del vino, que han logrado no solo un maravilloso resort-viñedo, sino que son ejemplo para muchos, por sus buenas prácticas de sustentabilidad, su compromiso con la comunidad, y de manera especial el éxito que han tenido con sus vinos, varios de ellos ganadores de medallas en el Concurso Internacional de Bruselas, entre otras cosas.

El evento de tres días estuvo lleno de sorpresas, maravillosas degustaciones y maridajes, divertidas actividades y mucho aprendizaje, todo organizado por el equipo de Gustavo con la siempre cálida y cariñosa anfitrionía de Lolita.

Ya estábamos cómodamente sentados Alice y yo en uno de los restaurantes del resort, dispuestos a degustar los primeros platillos, acompañados de la primera copa de un Pleiades, Cabernet Sauvignon, bien frío, cuando llama Lolita y dice “vénganse para acá” … sin más explicaciones. Y allá vamos; se trataba de una comilona en su casa, donde pudimos departir con el Padre de la capilla construida por ellos mismos en el viñedo, el enólogo Jesús Rivera y su hijo Chuy, mejor conocido como “Chuyito”, enólogo también, Gustavo y Gina, Dolores y José Luis, entre otros. Las viandas se acompañaron con el chispeante Hypatia, un espumoso brut 2018 que Gustavo y los enólogos produjeron a insistencia de Lolita, una amante de las burbujas.

“En el Cielo los vinos los hace Jesús”…

Por la noche la cena para degustar otros vinos y el día concluyó con un recorrido nocturno por el viñedo para observar estrellas y constelaciones, copa llena en mano por supuesto con explicación astral incluida, haciendo cabal referencia a las 22 etiquetas vinícolas del Cielo, todas alusivas a estrellas, astros y constelaciones.

Iniciamos el siguiente día desayunando unos huevos benedictinos con borrego, para después realizar un muy interesante recorrido en carretas por todos los laberintos de la vinícola, en donde fuimos afortunados de tener la explicación personal y amable de Gustavo Ortega, acerca de las características de la tierra, de los diferentes varietales que se producen en sus 22 hectáreas, que incluyen los Cabernet, los Pinot Noir, los Malbec, los increíbles Tempranillos y muchos más; de los retos y oportunidades, de los secretos y de los logros. Durante el trayecto degustamos un Rosé frío, simplemente exquisito.

Durante la muy campirana comida en un jardín, tuvimos la oportunidad de probar por primera vez el Galileo, un delicioso y muy aromático Tempranillo 2018, que se asemeja a los vinos corposos de la Ribera del Duero. Eventualmente el camarero quería cambiarme a Copernicus, pero nada, una vez que probé el Galileo, se convirtió en mi favorito.

Luego de la comida a base de asados a la leña, pasamos a la cava subterránea, en donde tuvimos una increíblemente divertida experiencia en la actividad  “Arma tu propio vino”…

Ahí estábamos varios de los invitados al evento, en su mayoría periodistas e influencers, en una hermosa mesa de madera larga tipo tablón, en donde fuimos provistos de un par de botellas de vino sin etiqueta, una tenía escrito en marcador Cabernet y la otra Malbec; fuimos dotados también de una probeta, un embudo, una jarra de plástico con medidas y dos hermosas copas de cristal bohemia, por supuesto por persona.

Con la gentil, paciente y muy profesional explicación de Natalia, nuestra sommelier particular, procedimos a la degustación de cada uno de los tintos provistos. Hicimos la prueba de la vista, descubrimos el cuerpo del vino, su corona al servir y todos esos detalles que uno observa en la copa, para pasar al olfato y finalmente la exquisita prueba del gusto. Ejercicio que hicimos lo más serios que nos fue posible con cada uno de los dos caldos; sobra decir que en medio de risas y bromas de todos los practicantes.

Una vez concluida la degustación seguía la tarea de decidir cómo habría de ser nuestro particular ensamble a gusto de cada participante; es decir, teníamos que decidir qué porcentaje de cada uno iría en nuestro propio vino, cantidades que verteríamos en la probeta primero, para luego pasar a la copa y probar nuevamente.

Decidida la mezcla, se vertía la misma en la jarra de un litro con medidas. Hecho esto, el contenido de la jarra se vertía ahora con el embudo cuidadosamente, tratando de no reír mucho, en la botella limpia que se nos había asignado. La botella, como es lógico, era de 750ml. Por lo que, al vaciar la jarra, quedaban en la misma aún 250 ml de nuestro propio ensamble, así que no quedaba más remedio que usar las copas y beber de nuevo para celebrar el fin del proceso. Ya imaginarán lo divertido.

Posteriormente llevamos nuestra botella personal, al punto en el que se coloca el corcho, en el aparato manual; hay que pisar un pedal y jalar con fuerza con ambas manos para que baje el corcho y entre en la botella, por supuesto con un ayudante; a estas alturas, ya llevamos varias copas de vino en el vientre.

Por último, regresamos con Natalia, quien nos proporcionó etiquetas y un marcador, para poner nombre a nuestro ensamble; el mío se llamó Apasionado, y el de Alice, Aire; ambos 75% Cabernet y 25% Malbec, 2019, la mezcla perfecta. Creo que esta tarde, luego de escribir esto, voy a descorchar Apasionado y brindaré con él.

Si vas al Cielo, querido lector, no te pierdas esta experiencia; está disponible previa reserva, a precios muy razonables.

El siguiente día pudimos atestiguar el compromiso con la comunidad de José Luis, Dolores, Gustavo y Gina, al ser invitados a la firma del Convenio de Colaboración entre El Cielo y la Universidad CETYS, Campus Ensenada. La firma se llevó a cabo en el recién inaugurado Auditorio El Cielo donado por la vinícola y en el marco de la firma, entregaron un cheque simbólico de 500 mil pesos a la Universidad, el primer donativo en apoyo a la institución para la formación de jóvenes en el desarrollo de la vitivinicultura.

El evento por el noveno aniversario del Cielo, concluyó con una increíble cena gourmet de cinco tiempos en el Restaurante Latitud 32.

Precedió a la cena un coctel de bienvenida en donde se presentó la sorpresa de la noche y sin duda del año, el nuevo espumoso de la casa, un Rosé 2019, que lleva por nombre Lira, un Pinot Noir, Chardonnay, burbujeante, con deliciosa acidez.

Atestiguó el acto Julien Debarle, vicepresidente de Operaciones de Hoteles El Presidente, cadena que orgullosamente opera el resort desde tiempo reciente.

Aproveché el acto para obsequiar a los fundadores de El Cielo en nombre de mi esposa y de su hija, Alexa Gargari, un óleo en madera, inspirado en una de las fachadas de la vinícola, obra de Alexa, quien lo pintó en agradecimiento a las atenciones que recibió en su visita al Cielo, meses atrás.

Entregué también algunos ejemplares del libro “LOMAS cerca del Cielo, un Sueño Mexicano”, la historia de la vida de José Luis y Dolores, de mi autoría; firmé algunos libros con gran satisfacción.

Sobra decir que la cena maridaje dio inicio con el nuevo Lira 2019, para acompañar un tartar de chutoro.

Seguimos con el más delicioso Crab Cake que he probado acompañado de Capricornius 2016, chardonnay; continuó la fiesta con una lubina con salsa de coral y cognac, maridada con Cassiopea 2014, Savignon Blanc.

El platillo estelar sería un Short Rib braseado con especias en excelente cocción lenta, que iba perfecto con una copa de un gran vino tinto, Polaris 2018, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot y Malbec, simplemente exquisito.

El gran final fue un mousse de chocolate amargo y foie, sublime con un Sirius 2017, Nebiolo; francamente inmejorable.

Deliciosa cena, a cargo de los chefs Alex Daboub y José Luis Ronquillo y fantástico maridaje a cargo de la sommelier Georgina Estrada. ¡Felicidades!

Visitar el Cielo, es una experiencia gastronómica, enológica y cultural sin duda. No hago mención de las fantásticas suites con sus chimeneas y fogatas incluidas, porque lo dejo a la imaginación de los curiosos lectores.

El Cielo, en el Valle de Guadalupe, es sin duda un orgullo de México. En cuanto les sea posible a mis ocho lectores, dense una vuelta.

Los absurdos de las líneas aéreas

por NellyG 1 octubre, 2022

En Volaris, supuestamente de bajo costo, lo barato sale caro; especialmente por los malos ratos que te hacen pasar.

Primero, saque usted su pase de abordar en el quiosco “inteligente”, porque de no hacerlo tendrá que pagar la absurda cantidad de 150 pesos, pero eso si es que funciona correctamente, porque en algunos aeropuertos ni encienden y en otros el sistema manda “errores”; si ese es el caso tómele usted una foto a la pantalla, que será el justificante para que no le cobren los 150 pesos (vaya cantidad por imprimir un pedacito de papel); inútil además, pues todo puede ser digital.

En mi último viaje en esta fatídica aerolínea de a peso, al llegar a documentarme, luego de pasar por el dilema del quiosco y no haber podido imprimir uno de los dos pases de abordar (el de mi esposa sí se pudo), me dijo el empleado del mostrador que el problema es que no pagué por un asiento y que por eso no se ha podido imprimir mi pase de abordar; imaginarán mi cara mis ocho lectores; y entonces me suelta la siguiente: “el vuelo está totalmente lleno”…

– Pues vea usted cómo lo resuelve, yo pagué por dos boletos y aquí están las claves.

– Voy a consultar con mi supervisor.

Los minutos pasan inexorablemente y nosotros esperando; mi esposa ya tiene su pase de abordar y su equipaje documentado, falto yo.

Regresa el ilustre y mal encarado vestido de moradito junto con la supervisora y se ponen muy serios a teclear frente a la pantalla sin decirme una palabra. Finalmente me da un pase de abordar en la fila 30, el de mi esposa está en la 13; ante mi reclamo de que nos ponga juntos, el tipo me dice casi haciéndome el favor que me ha dado una oportunidad y que además ya casi perdemos el vuelo, “será tu culpa”, le dije molesto, pues el tiempo perdido era por sus procedimientos. Nunca entendí cómo es que si compramos juntos nos tocó separados.

Luego viene el abordaje, ese que según ellos hacen por grupos; todo tan mal organizado y lento, que no hay grupos ni filas que se respeten. Por altavoz te piden llevar en mano el pase de abordar y tu identificación a la vista, misma que al final no te piden, pues ante la prisa por abordar a todos, el que recoge los pases sólo los escanea, sin revisar la identificación; en fin.

Una vez a bordo, nuevas sorpresas con Volaris, los nuevos asientos de piel marca recaro, no reclinan; no imagino el porqué de esta nueva configuración. Aunque traigo mi computadora en el avión, me costó un montón escribir esto, pues el teclado lo tengo casi en el ombligo.

Si tienes suerte hay un menú en la bolsita, para pedir algo pagado por supuesto, ya que con las prisas para documentar no hubo tiempo de desayunar en el aeropuerto, aunque si hay menú o no es lo de menos, pues en Volaris nunca hay en existencia en el avión, lo que figura en los menús con foto y todo, así que mejor le preguntas a la sobrecargo qué hay.

Sacan su maquinita, te cobran, te traen lo que quieren, que por supuesto está feo y frío.

Luego les cuento si se resuelve otra novelita con Aeroméxico. Pagué por unos boletos redondos; por cuestiones de agenda perdí la ida, pero quiero conservar el regreso; ya me anticiparon que si no me presento a la ida me cancelarán todo, aún avisándoles con antelación. Me parece injusta y absurda la política. Lo estamos negociando con la ayuda de una súper agencia de viajes; esperemos que resulte bien y no tenga que pagar de nuevo por el regreso.

Las líneas aéreas a veces son tan absurdas que generan molestias, disgustos superlativos y gastos injustificados.

¿Cómo les explico eso de Calidad en el Servicio Turístico y Gestión de las Emociones?…

Los grandes proyectos viales anunciados en Cancún

por NellyG 5 agosto, 2022

El título debería decir no solo anunciados, sino iniciados. Por supuesto me refiero a esas tres grandes obras tan esperadas: la rehabilitación del Blvd. Colosio (que no debería llamarse así), el distribuidor vial del aeropuerto, mejor conocido como “el puente del aeropuerto” y el puente sobre la laguna Nichupté, que conecte la zona urbana de Cancún con la zona hotelera.

Los tres anhelados, los tres muy esperados desde hace años, los tres indiscutiblemente muy necesarios para Cancún, su movilidad y su competitividad.

Por supuesto que se reciben con aquiescencia, luego de casi 20 años sin obra pública de relevancia en el Estado.

Lo político

Desde luego que nunca sabe bien, que se guarden los grandes proyectos, sobre todo los necesarios, para anunciarse y emprenderse cuando mejor conviene al escenario y el entorno político. La rehabilitación del mal llamado Boulevard Colosio, o su remodelación, como se le quiera llamar, es algo que los cancunenses hemos reclamado por años, que no se llevaba a cabo por falta de voluntad, por mezquindad política, por falta de visión y además por falta de compromiso con la ciudad, de tantas y tantas administraciones municipales. Mal haríamos ahora en quejarnos por las obras, cuando al fin “nos hacen caso”, aunque nos quede claro que tenga tintes y oportunismos políticos. Pareciera inoportuno el momento, ante la impresionante temporada alta que vivimos y lo inconveniente de las obras, pero es, al fin y al cabo, infraestructura para la ciudad y para el estado, que sin duda se agradece y es bienvenida, aunque tenga un alto ingrediente político.

Lo positivo para Cancún

Sin duda, algo que Cancún ha explotado bien siempre, es el hecho de su constante evolución. Las obras viales que se han emprendido son y serán sin duda motivo para presumir ante los mercados emisores y ventaja competitiva frente a otros destinos del caribe internacional. La inversión, infraestructura, la mejora y el embellecimiento son sin duda argumentos no solo de promoción, sino de mejora en la calidad de vida para la población, aunque por hoy tenga que soportar las tremendas incomodidades que las obras implicarán.

La parte operativa

En lo operativo es preciso que el Gobierno, en sus tres niveles, opere adecuadamente en la implementación de medidas que aminoren las cargas vehiculares, que instrumente vías y medidas alternativas y que comunique en tiempo y forma.

De la sociedad se espera, que aún en medio de las molestias y el caos, sea receptiva, empática, comprensiva y cooperativa.

En cuanto al turismo, es menester que hoteles, tiempos compartidos, agencias de viajes y todos los actores instrumenten operativos en los que se privilegie la anticipación en tiempos y horarios para evitar en lo posible demoras, retrasos e inconvenientes mayores. Será esta una nueva realidad por más de 15 meses.

La comunicación

Una sociedad bien informada, si bien sufrirá los inconvenientes, podrá entender que al final redundará en su beneficio. Es imperativo que el Gobierno utilice todos los medios a su alcance y disposición para comunicar debidamente al ciudadano, no sólo los beneficios, sino las implicaciones, los alcances y las alternativas que tenga en materia de movilidad, durante el periodo que impliquen las obras.

De cara al turismo es imprescindible una campaña de marketing dirigida tanto a los mercados emisores, como a los turistas en casa, que explique con claridad que estos son proyectos de mejora para el destino, que informe de los alcances, de los impactos y de los beneficios, en idiomas, con toda oportunidad y continuidad.

Los proyectos no deberán ser una sorpresa desagradable, sino un anuncio oportuno de que Cancún está mejorando siempre.

Al Buen Entendedor…

sgrubiera@acticonsultores.com

México descompuesto: Todos contra todos

por NellyG 1 julio, 2022

México ha vivido desde el siglo XIX bajo un sistema y un régimen presidencialista, que ha hecho mucho daño y que ha limitado el crecimiento intelectual, la cultura y la educación; ha restringido las libertades y ha controlado de manera deliberada el desarrollo de la democracia. Han sido casi 150 años de alabar la figura presidencial que contribuyó a lo que acertadamente llamara el escritor peruano Mario Vargas Llosa, “la construcción de una dictadura perfecta”, que tanto molestara a los priístas de entonces, pero que describía a cabalidad el sistema político prevaleciente en México.

Irónicamente, el presidente López Obrador, quien enarboló la bandera del cambio y la transformación de México, que prometió erradicar la corrupción y que en su discurso permanente exalta los valores y la historia de México y que proclama la libertad y la abolición del régimen que todo controlaba, ha sido quien más ha elevado a su máxima expresión la cultura del presidencialismo, al confrontar de manera enérgica y frontal a quienes se oponen, a quienes disienten y a quienes pudieran expresarse en contra de lo que él ha bautizado como la cuarta transformación; una que aún no se entiende a más de tres años de su gobierno. Pareciera que el presidencialismo hoy es más fuerte y sólido que nunca, que la represión de los 70 hubiera regresado y que las instituciones que se construyeron con tanto esfuerzo para erigir una nueva democracia, están al borde de la extinción, con el apoyo y complacencia no sólo de quienes le siguen y guardan desde las estructuras del poder, sino de un enorme conglomerado de millones de ciudadanos que le siguen ciegamente porque han creído en su discurso, en sus proclamas.

Contrario a la unión, opuesto a la integración de los mexicanos, antagónico a los propósitos de solidaridad y hermandad, el proyecto 4T, desde la voz de su gran líder ha desunido a los mexicanos, y así hoy tenemos a chairos contra fifís, a legisladores de oposición perseguidos y hasta amenazados, a periodistas amedrentados, a instituciones en la mira y a todos los críticos del régimen señalados con el brazo fulmíneo del presidente y sus allegados.

Hoy tenemos al presidente al frente de los ataques a empresarios y constituido en legislador, juez, árbitro de las contiendas, promotor de campañas y proyectos, defensor de los desvalidos de su propio régimen, crítico de otras naciones que no son favorables a su proyecto, humorista mañanero y director de todas las orquestas, aunque carezcan de instrumentos.

Su discurso de exaltación a la pobreza o la riqueza, su firmeza para defender los proyectos nacientes de sus propias ocurrencias y su deseo genuino o no de la transformación como él la entienda, ha propiciado no sólo un nuevo y fortalecido presidencialismo, sino un triste y eventualmente riesgoso encono entre los mismos paisanos, entre los mexicanos que debiendo ser hermanos se han dividido entre ricos y pobres, neoliberales y transformadores, opositores o fieles, seguidores o contrarios. Quien no esté con la 4T, es llamado antipatriota, con todos los riesgos que eso conlleve.

Confieso que simpatizo con la izquierda y por supuesto con las causas de los más desvalidos, personalmente apoyo en cuanto me es posible y esté a mi alcance tales causas, ¿quién podría estar en su sano juicio en contra de que sean primero los pobres?; lo que me parece es que la cuarta transformación ni representa a cabalidad a la izquierda, ni ha significado una verdadera transformación positiva para México. Sí que se ha transformado en sólo tres años, pero para destruir, más que para construir; se ha transformado México más para exacerbar las diferencias que para unificar, y el tan anhelado combate a la corrupción no sólo no se ha dado, sino que se han

evidenciado excesos y abusos que más parecen de ese priísmo de los 60 y 70, que en una reforma positiva y transitoria hacia la transparencia y el gobierno abierto.

Hoy se habla de reformar los libros de texto de la educación básica porque “son neoliberales”, para encaminarlos hacia la ideología de la 4T; hoy los legisladores que han votado en contra de la iniciativa presidencial son llamados traidores a la patria y serán perseguidos.

Hoy se exhiben las cuentas de los detractores, se clausuran empresas de quienes resulten incómodos, se señala y se denosta a quien opine diferente y se persigue de oficio…

Tristemente, hoy pareciera que somos “todos contra todos”… El gran líder al frente de la cacería.

Nos corresponde a los electores, y a quienes pudiésemos influir sobre otros, una profunda tarea para encontrar liderazgos, para sensibilizar, para reducir los niveles de encono y de manera especial para promover la participación ordenada y sana en los procesos electorales.

Debemos criticar y señalar sin temor las malas prácticas; debemos mantenernos alejados de los actos de corrupción y fomentar la transparencia; lo que no se puede permitir es que siga avanzando esta lamentable y grosera práctica de la compra de votos. Es la compra de conciencias, es el clientelismo, es esa triste y vituperable estrategia de acudir a las regiones más pobres a comprar el favor del voto.

Es también esa práctica de seguir encumbrando al político de turno y eventualmente al candidato ya sea por temor o por el favor político que se convierte en económico.

No se puede seguir así.

Es tiempo de reaccionar…

Se lo dejo pues Al Buen Entendedor…

 

Tianguis Turístico, Acapulco 2022

por NellyG 1 junio, 2022

Luego de casi superada la pandemia, y de no haber asistido al Tianguis en la querida Mérida, Yucatán, en donde me perdí, entre otras cosas, del homenaje al maestro Armando Manzanero, decidí aproximar mis pasos al legendario puerto de Acapulco, para atender a una nueva versión de esta supuesta cita de negocios turísticos.

Caro, carísimo como desde hace unos años, comprar Acapulco cada vez que se trata de un Tianguis. Con lo costoso que resulta, uno pensaría que los hoteles estarán a tope, pero resulta que no es así, cuando menos en mi caso, pero les cuento primero las peripecias del viaje.

Al no encontrar espacios en el único vuelo directo, reservé con Aeroméxico vía la Ciudad de México, error que trataré de evitar en próximos viajes, porque pasar por el Aeropuerto Internacional Benito Juárez es una experiencia lamentable, por decir lo menos.

La saturación del viejo aeropuerto, sin mencionar por ahora, su obsolescencia, está generando que todos los vuelos salgan demorados e incurrir en gastos imprevistos, modificar agendas, cancelar citas y también perder dinero, escenario difícil de entender para los seguidores de la mal llamada Cuarta Transformación y su gran líder, que no pueden entender las críticas por haber cancelado NAIM, en Texcoco.

Ahí estábamos los intrépidos asistentes desde Cancún, rogando por alcanzar la conexión en la CDMX; luego de la demora, los ruegos fueron infructuosos, pues como era de esperarse, nos dejó el avión…

Lo que siguió para algunos, fue dormir en un hotel del aeropuerto, los que alcanzamos; para otros, en uno de la zona rosa, y para otros más jóvenes, rentar un vehículo y lanzarse a la aventura, como cuando teníamos 18 años, y conducir hasta el emblemático y fiestero puerto.

El joven empleado de Aeroméxico me da tres cupones para pagar desayuno, comida y cena en el Hotel Camino Real de la terminal, cada uno por un valor de $300.00 pesitos, y me da mi pase de abordar para el día siguiente a las 10:45 de la mañana, con lo cual ya de entrada me perdía la Inauguración al Tianguis, ya empezábamos mal.

En el Hotel, me dispongo a cenar con mis amigos y compañeros:

– Oiga, caballero, ¿podemos juntar los cupones de Desayuno, Comida y Cena, ¿para pagar este único alimento que habremos de tomar?

– NO. No es posible.

– Que pena, vamos a perder dos cupones. Ni hablar. ¿Nos puede tomar la orden?

  1. No pueden juntar los cupones.

……  silencio…..

– ¿Tenemos que cenar separados?

– NO. Bueno, sí; bueno, no. Pueden cenar juntos y les hacemos cuentas separadas…

– OHHH. Magnífico, eso queríamos…

 

Y así, pasamos la primera noche.

 

A la mañana siguiente, unos en un vuelo, otros en otro. En mi caso y el de mi amigo Phillipe, nuestro vuelo, como era de esperarse, volvió a salir demorado, nos tuvieron en la pista 40 minutos. Los chairos no pueden entender aún mis quejas, algunos me dicen que por qué no me compro mejor un avión…

Ya en Acapulco, me trasladé al legendario y emblemático Hotel Princess, que está cumpliendo 51 años. Es una pena atestiguar que, si bien sigue siendo un gran hotel, el servicio no es el de antes, las instalaciones han caído en el abandono y los precios no están acordes a su nueva y triste realidad.

Los empresarios que han adquirido el majestuoso Princess, que ahora forma parte del Mundo Imperial que comprende al Palacio, el Pierre Marqués, El Centro de Convenciones y el propio Princess, abusan del mercado en una escalada de precios que no corresponde con el servicio que ofrecen. Hay falta de personal, falta de capacitación, de sensibilidad y de criterio.

Estaban al 50% de ocupación, y no me dieron una habitación con vista al mar, habiendo pagado una tarifa más que razonable. Me dieron una con vista al campo de golf, árido, que ya no tiene aquellos céspedes verdes de antaño.

Ya en el evento de negocios, pues qué les digo, lo mismo de siempre, amables todos, cordiales todos, desorganizados todos, un desmadre como siempre…

Y los discursos…bueno, para mis ocho lectores, si alguno no asistió les cuento, que el Señor Torruco, ese que tenemos por secretario de Turismo, con la arrogancia que le caracteriza y con su enorme inconciencia en su discurso inaugural, en medio de los halagos a las grandes maravillas de México, dijo que las Barrancas del Cobre en el norte de nuestro país, son de alguna manera, más grandes y más hermosas que el gran Cañón del Colorado, “aunque no le guste al señor embajador de los Estados Unidos”, ahí presente.

Torruco siempre ha sido arrogante e incompetente, ahora demuestra también su falta de educación y de sensibilidad política. Después el caricaturesco secretario de Gobernación, representando a AMLO (hasta en ese acento, salido como de una ranchería, que poco favor nos hace a los mexicanos), ratifica lo dicho por el de Turismo, que, aunque no le guste “se tiene que aguantar embajador”, refiriéndose a la cita sobre el Gran Cañón del Colorado.

 

Insensatos, insensibles, mal educados, groseros y si me permiten la expresión, también nacos, en una demostración más de su soslayo y desprecio por el turismo y de la falta de respeto por el embajador de nuestro más importante socio comercial.

«…Yo quiero nada más hacer una pequeña acotación si me lo permiten personalizar. Sé que no le gustó porque vi su rostro del embajador Salazar cuando Miguel (Torruco) dijo, afirmó con justa razón que el Cañón del Colorado es infinitamente menos hermoso que nuestra Barranca del Cobre, pues hay que aguantar señor embajador, porque es verdaderamente hermosa la Barranca del Cobre, pero es verdaderamente hermoso nuestro país, como todos los países del mundo tienen sus bellezas y tiene sus toquezas, pero nosotros estamos aquí para decir que México es grande, grande por su turismo, sus habitantes, es grande por todos ustedes», abundó.

Sin palabras…

Algunas otras peroratas proclamó Torruco durante el Tianguis, en distintos foros y eventos, todas absurdas, todas excesivas, todas alabando a su gran líder López Obrador, todas ridículas, todas sin sentido.

Si bien el Tianguis sigue siendo el gran escaparate para que todos los turisteros nos reencontremos, es una fiesta que viene a menos, aunque duela. En esta versión por ejemplo no acudieron los grandes touroperadores de Estados Unidos y Canadá, quienes antes hacían lucir el Tianguis. Algunos, porque las fechas entre el Tianguis de Mérida y el de Acapulco estuvieron muy cercanas, situación ampliamente comentada en el evento; otros, porque mejor se reservan para el Gran Travel Mart de Cancún en octubre, y algunos más porque tristemente ya no les gusta Acapulco, o ya no les hace confianza.  Dicho sea de paso, me enteré de que algunos camiones con mercancías para los stands y pabellones del Tianguis fueron asaltados y robados. Una verdadera pena en medio de este país de “abrazos y no balazos”.

En fin, que el querido Tianguis y el legendario Acapulco de mi juventud, parecieran en decadencia. Nostalgia sentí de no haberme aproximado a la Costera Miguel Alemán, ese malecón fiestero que me acogió con mis amigos en mis años de juventud, ese que alojó al Edomme, el Le Jardin, al Bocaccio y el inolvidable Baby O’, entre muchos otros.

Hoy todo transcurre en el Acapulco Diamante, en donde no ves el mar, en donde lo que antes era una carretera incipiente que te llevaba al “revolcadero”, hoy está plagada de negocios, tiendas y malos restaurantes.

Me gustaría regresar, sin tener que trabajar y tratar de encontrar a mi Acapulco, ese bonito y romántico de los atardeceres, en los que te “movían la panza por un peso”, comprabas concha nácar, comías ostiones frescos y te ponías perfume para ir a la discoteca.  Las vistas majestuosas ahí siguen…

 

Y bueno, regresando al mundo real, había que regresar a Cancún, y qué creen, vuelo demorado de nuevo. Eso es ya la constante si has de pasar por el aeropuerto de la Ciudad de México.

Dos horas de retraso en el “medio remodelado” aeropuerto de Acapulco, para llegar corriendo, sacando el aliento en México para alcanzar la conexión, en medio de “me ayuda con su mascarilla”… que aunque no puedas respirar y no haya mas Covid, te la tienes que colocar, aunque como diga mi amigo Phillipe, el Covid esté solo en la puerta, porque una vez cruzando, “no pasa nada”…

Bien por los organizadores en Acapulco por cierto, que contrataron al gran Mijares para la inauguración; es un grande, lástima que el sonido no alcanzara a las butacas de arriba. Mucho dinero invertido y mala sonorización. Generosos fueron en esa fiesta de apertura en la Arena GNP, sobraron sin embargo los discursos de Torruco y la impuesta gobernadora…

En fin…

Aquí les dejo esto…  de regreso en casa con mi Alice…

 

 

 

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