Rolex no solo mide el tiempo, lo reinventa. Durante Watches & Wonders 2025, la marca suiza presentó novedades que confirman su dominio en la alta relojería. La atención se centró en el nuevo Oyster Perpetual Land-Dweller, un reloj con movimiento calibre 7135 y escape Dynapulse, capaz de marcar el ritmo con precisión casi escultórica. Su brazalete de diseño integrado y esfera con motivo de nido de abeja lo convierten en una pieza que desafía lo establecido.
La colección también incluye una evolución del modelo 1908, ahora con el brazalete Settimo, hecho de oro macizo de 18 quilates. Flexibilidad, reflejos sutiles y un cierre oculto lo transforman en un guiño al pasado con lenguaje contemporáneo. En paralelo, el Datejust 31 sorprende con su esfera rojo sombrado y bisel con 46 diamantes: una declaración de sofisticación técnica y visual.
No son relojes para ver la hora, sino para entender el tiempo desde otra mirada.