Historia sin fin

por Latitud21 Redacción

En espera de un plan a seguir para atender la problemática del sargazo en las playas del Caribe mexicano, el sector hotelero pide acción inmediata pues el tema “no está resuelto”

Mucho ruido y pocas nueces parece ser la frase que aplica al tema del sargazo en las playas de Cancún y otros destinos turísticos de Quintana Roo, pues después de la contingencia por la presencia atípica del alga en los litorales a través de un programa emergente que se implementó para hacerle frente, e incluyó una aportación del gobierno federal de hasta 150 millones de pesos, el tema sigue flotando.

Pese a ser un fenómeno natural común en las zonas costeras, la acumulación masiva de sargazo en las playas que se potenció desde el verano de 2015 en litorales de Cancún, Puerto Morelos y Cozumel, entre otros destinos del área,  levantó una nueva alerta para la industria sin chimeneas y empresas afines al sector, ya que incidió en forma directa en la imagen de uno de los principales activos que Quintana Roo vende al mundo: las playas de blanca arena.

Al ser Cancún la joya de la corona en materia de turismo y generación de divisas para el país en su conjunto, el gobierno federal a través de las secretarías del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de Turismo (Sedetur), entre otras instancias, coordinó acciones y recursos para la recolección y otros menesteres, pero la realidad al paso de algunos meses es que al igual que sucede con muchos otros proyectos prioritarios, como lo es también la erosión de la playas, quedó en suspenso.

El sector hotelero pide a las autoridades acciones, pero también transparencia, pues no solo el tema no está resuelto sino que a decir del propio presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos, Carlos Gosselin, tienen razón del uso de 43 de los 150 millones de pesos anunciados para atender esta contingencia, y nada sobre un plan a seguir para resolver el manejo y disposición de las toneladas de algas que se acumulan en algunas de las playas de los litorales quintanarroenses.

Los hoteleros hablan

La problemática del sargazo en las playas de los destinos turísticos del Caribe mexicano “no está resuelta”, aseguró el presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos (AHC&PM), Carlos Gosselin, por lo que el sector hotelero urgió a las autoridades correspondientes actuar con “prontitud, claridad y oportunidad” ante la problemática.

“Seguimos viviendo el problema del sargazo, no está resuelto todavía hasta que no se defina sobre la disposición del alga, es decir, qué se hace con el sargazo, y mientras no tengamos recursos para atenderlo, a pesar de que  aportamos con el pago de derecho de playa a la Zona Federal Marítima y Terrestre (Zofemat)”, añadió.

Dijo que hasta ahora no hay una cuantificación real de los daños al sector a causa del fenómeno natural,  pero “la contratación por parte de las agencias mayoristas para el periodo vacacional de fin de año fue lenta.

“No quiero decir con ello que la ocupación para la temporada no fue buena, pues se logró un buen cierre de año, incluso algunos hoteles tuvieron ocupaciones del 100%, pero probablemente los mayoristas quieren asegurarse de que las playas estarán limpias, de ahí la importancia de que el tema se agote y pedimos de manera formal a quien corresponda que se defina qué se hará con el sargazo”, apuntó el directivo.

En términos de recursos comentó que se destinaron 150 mdp para la contingencia y hasta ahora se erogaron 27 millones como parte de la estrategia de empleo temporal para la recolección del sargazo y 15 millones más para un plan “piloto” en Puerto Morelos, “pero no sabemos más del resto del recurso”.

El presidente de la AHC&PM añadió que de manera adicional los hoteleros del norte (Tulum, Solidaridad, Benito Juárez y Cozumel) aportan más de 600 millones de pesos por concepto de uso de zona federal, recurso que entregarán como corresponde a partir de enero de 2016 y buscarán que dicha cantidad se destine a proteger los arenales y atender el tema de sargazo y limpieza de playas.

Las propuestas

“Se habla de barreras para contener, la utilización de barcos para su recolección y luego llevar el material a sitios indicados para su utilización, pero esto es lo que aún no se resuelve, participarían aparentemente Hacienda, Medio Ambiente y Marina, pero no sabemos cuál será el procedimiento.

“El sargazo no puede volver a tocar la arena, de ahí que la definición del uso de barreras es importante, se presentaron más de 20 proyectos, los cuales están en análisis todavía en la delegación de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para evaluar cuáles serán aceptados, es un tema que debemos agotar”, concluyó.

Convenio con Universidad A&M

Por su parte, Máximo García, vicepresidente del organismo, que aglutina a 99 centros de hospedaje de Cancún y Puerto Morelos, indicó que este tema será recurrente en las costas de Quintana Roo, el Caribe y otras partes del mundo por el cambio climático, calentamiento global, y “la asociación a través de la presidencia y los comités hacen un esfuerzo extraordinario para atender el asunto, al establecer un acuerdo con la Universidad A&M de Galveston, Texas, especialista en el monitoreo del sargazo, de tal forma que satelitalmente sabremos dónde está el sargazo y con ello poder anticiparnos al problema. El sargazo debe recogerse en el mar, y devolverle al mar lo que es del mar, y en este caso esta sería la política a seguir y recomendación por parte del sector hotelero”.

Señaló que las instancias de protección ambiental como la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría de Protección al Ambiente (Profepa) han reaccionado en este sentido, pero “aquí el tema es la falta de transparencia, es una preocupación no solo empresarial sino de la ciudadanía saber qué pasa con los recursos”.

Coincidió en que “se cobra una cuota para mantenimiento de playas  concesionadas a la hotelería, de la cual no sabemos su destino y hay que recurrir al apoyo del gobierno federal para atender la problemática de la principal actividad económica del estado”.

Agregó que “el tema se debe atender con prontitud, claridad y oportunidad, pues una cosa es la norma ambiental, que se aplica bien, y otra tener que recurrir siempre al centro para pedir apoyo extraordinario y resolver un tema cuando los hoteleros generan los  recursos para que esto se resuelva”.

Visita a Galveston

El organismo hotelero se dio a la tarea de buscar opciones que permitan monitorear y conocer más acerca de este fenómeno, pues la invasión del alga en el verano pasado dejó en claro que Quintana Roo no está preparado ni ambientalmente ni operativamente para atender y resolver la situación.

Christopher Payne y Lucelly Rosado, del comité ambiental de la AHC&PM realizaron en julio de 2015 una visita de trabajo a la Universidad A&M en Galveston, para obtener información sobre la metodología y tecnología que emplean para el manejo y disposición del sargazo, así como establecer convenios de colaboración en esta materia.

La Universidad A&M es una academia marítima en la que se llevan a cabo numerosos estudios relacionados con el mar y en la que los científicos, Dr. Thomas L. Linton, del Departamento de Ciencias del Mar, y el Dr. Robert Webster, quien recientemente falleció, del Sea Aggie Center, en colaboración con la NASA monitorean el arribo del sargazo a través de una aplicación llamada SEAS (Sistema de Alerta Temprana del Sargazo) mediante la que pueden proporcionar información sobre la dirección y hora en la que el sargazo arribará a las costas de Texas. Esta aplicación funciona a través de un modelo predictivo basado en imágenes satelitales, http://sargassum.tamug.edu/.

El trabajo en esa entidad norteamericana se realiza en conjunto, ya que con base a la información obtenida sobre el arribo del sargazo, las autoridades se responsabilizan del manejo y disposición de él a través de las máquinas para la limpieza de playa conocidas como Barber Surf Rake.

Actualmente realizan una prueba piloto para utilizar el sargazo compactado para las dunas en la playa. Parte de estas dunas se refuerzan con un material hecho a base de algas compactadas, con lo que crean resistencia a la erosión de la playa y estimulan el crecimiento de la vegetación en la duna.

Aunque en Galveston, Texas, reportan la presencia de algas apiladas con casi 10 pies de altura, provocando malos olores, durante la visita no se observó el fenómeno, pues los especialistas indicaron que ha disminuido su presencia en las costas del estado debido a un ciclo natural del alga.

Conclusiones de la visita  

1. La universidad ofreció apoyo para el monitoreo de la llegada del sargazo a las costas de Quintana Roo, para lo que requirieron el envío de fotografías del arribo de las algas en diferentes horarios y puntos de llegada. Con esta información podrán desarrollar un modelo predictivo.

2. En Galveston se apreció un trabajo en conjunto desarrollado por científicos de la universidad y autoridad, que además de ser eficiente es oportuno.

3. El uso de las máquinas Barber para la limpieza de la playa en Galveston es responsabilidad de las autoridades, por lo que es permitida. La condición de su playa difiere de los arenales de la entidad ya que la arena en Galveston es compacta, permitiendo el tránsito de vehículos y maquinarias.

4. Se ha logrado en la entidad norteamericana un trabajo de concientización entre todos los sectores que convergen en la problemática, convirtiéndola inclusive en una oportunidad de negocio. Parte de las estrategias que  utilizan es la difusión del arribo del sargazo como un evento natural, invitando a la comunidad en general para que apoyen para su retiro.

5. Sobre el tema de las dunas, es importante mencionar que la extensión de sus playas lo permite ya que tuvieron el cuidado de no tener construcciones muy próximas al mar.

En veremos

La documentación e información será una herramienta básica para abordar la problemática, de la que hasta ahora solo se sabe que este mes la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA) y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) –instancia federal a la que se solicitó información, pero no hubo respuesta-  firmarán un convenio para que sea esta última la encargada del manejo del sargazo en las playas.

Según el plan, de los 150 mdp que se anunciaron desde agosto como techo para atender la contingencia, 45 millones se asignarán este año a Fonatur para la limpieza de los arenales.

Asimismo, se anunció para 2016 el inicio del monitoreo sobre el desplazamiento y arribo masivo de sargazo a Quintana Roo y el Caribe por parte de la NASA con base en el modelo SEAS que se desarrolló en Galveston.

Opinan los expertos

¿Qué tipo de medidas sería pertinente adoptar en este tema?

“Las medidas ante este tipo de eventos deben ser más tendientes a la parte preventiva que a la correctiva, ya que las acciones de contención del sargazo, manejo y disposición temporal o definitiva son meros paliativos y no solucionan el problema de fondo. Una de las teorías del origen del sargazo es el incremento en la temperatura del agua y el alto volumen de nutrientes en los océanos provenientes de las actividades humanas, por lo que solo controlando estos factores, de origen global, será posible solucionar el problema”.

Recomendaciones

“Cuidado y vigilancia del agua. Los efectos que tienen las acciones del ser humano sobre este recurso impactan de manera directa o indirecta en las condiciones costeras. Uso de materiales biodegradables. Disminución en el uso de energía eléctrica. Consumo primordialmente de productos locales.

¿Considera que se atiende el problema de manera adecuada u oportuna?

-La llegada de sargazo no es un evento nuevo en las costas, e incluso la llegada de grandes volúmenes es algo que ha sucedido en otros años; sin embargo, la dependencia económica de ciertos elementos como son las playas hacen que las alteraciones de estas zonas sean cada vez más sensibles. Es importante destacar que el sargazo es una parte inherente a las playas, las cuales se comercializan como zonas “limpias”, sin estos elementos. Esto tiene como consecuencia que el turista no esté preparado para convivir en un sitio con sargazo que es parte esencial del entorno y que, en condiciones normales, es benéfico para la región”.

El problema es el volumen

“Es posible considerar que el problema se centra no en la llegada sino en el volumen de esta vegetación, el cual es atípico en la zona. Esta condición está por arriba de las llegadas convencionales, lo que lo hace un fenómeno nuevo e implica que no estamos acostumbrados y no tenemos metodologías para atenderlo, por lo que es difícil decir o saber si estamos atendiendo el tema de manera adecuada. Lo que sí es importante resaltar es que los diferentes grupos de la comunidad reaccionaron rápida y coordinadamente ante el evento junto con autoridades de los tres órdenes de gobierno”.

 Registro sistemático

“Por otro lado, la temporada de arribazón viene a la baja, por lo que será hasta la próxima llegada de este volumen de vegetación donde podremos evaluar si nuestras acciones son eficientes, de ahí la importancia de mantener un registro sistemático de nuestras acciones.

“La realidad es que, ante eventos nuevos, lo más importante desde el punto de vista científico es el registro de los datos y el análisis de los mismos. Siento que aquí es donde está una oportunidad, sobre la cual no tengo noticias que se esté trabajando.

-¿Cuáles son desde el punto de vista técnico las recomendaciones para atender la problemática?

“México tiene una gran dependencia de sus zonas costeras y debería tomar una postura firme y de alta visión ante problemas de índole global como este caso. Esta es una buena oportunidad para plantearse estrategias de acción y atención ante problemas ambientales globales que impactan de manera directa a nuestra economía y ecosistemas, reconociendo que no solo somos afectados sino que contribuimos a esta problemática ambiental global”.

Preguntas por responder 

Alafita Vásquez consideró que “sería muy importante realizar un análisis sobre las aportaciones que México hace de manera local y regional a esta problemática mediante el planteamiento y discusión de preguntas que pueden ser simples, pero que son sumamente importantes para el estado, el país y la región del Gran Caribe, como son:

“¿Hemos rebasado la capacidad de carga de la costa del Caribe mexicano en cuanto al número de cuartos?

“¿Qué participación en los procesos de contaminación de la zona del Caribe tiene el desarrollo habitacional?

“¿Hay leyes y reglamentos que limiten las acciones de las autoridades en cuanto a la contaminación marina, por ejemplo en cuanto al tratamiento de aguas provenientes de las zonas urbanas? ¿Se aplican y ejecutan correctamente?

“¿Existe claridad en la interpretación e implementación de los textos jurídicos relacionados con el impacto ambiental y social? ¿La discrecionalidad en la interpretación y la flexibilización de la ley tiene implicaciones a nivel regional y global?

“¿Cuál es el papel de la sociedad en la eficiencia o desatino de las políticas ambientales en el país y la región y cuáles son las implicaciones de las mismas?”.

Concluye el especialista que “éstas y otras preguntas deberían ser puestas sobre la mesa para abrir una discusión de largo plazo, no solo sobre la  llegada atípica del sargazo sino para atender y entender problemas de fondo, mediante la reflexión y el diálogo continuos con una apertura a la crítica interna y externa, que permita una introspección como nación y como ciudadanía y que nos quite del camino simple de la crítica sin fundamento”.

“El sargazo que cubre el Caribe y el Golfo de México en los últimos años es parte de un ciclo natural. Se origina en el Mar de los Sargazos, en el Océano Atlántico, y se desplaza a través de las corrientes de viento y mar en el Mar Caribe, Golfo de México y, finalmente, vuelve a salir al Mar de los Sargazos. Le llamamos The Sargassum Migratory Loop System en el laboratorio de la Universidad de Galveston. Hay una idea errónea de que la aparición de esta alga cubriendo las playas es un fenómeno nuevo; no es así, ya que este fenómeno de arribo de algas a nuestras playas se ha dado por siglos. Con base en los registros de SEAS sabemos que el sargazo llegó a Galveston en 1864.

“Trabajo como parte del SEAS desde 2012 y tengo una licenciatura en Recursos Marinos y Costeros, y como manager del laboratorio en este proyecto la sugerencia para Cancún es adoptar un enfoque similar a lo que la isla de Galveston ha hecho. El Consejo de Turismo ha tenido un gran éxito aprovechando el ecoturismo y la educación del público. Se pusieron en marcha varias campañas y una de las más exitosas es la del Bucket-brigade (bote-brigada). En ella participan grupos de voluntarios que acuden a las playas con cubetas y material educativo. Los voluntarios se acercan a las familias que disfrutan de la playa y les explican por qué las algas marinas son importantes para el ecosistema y no son algo malo sino natural.

“Deben comprender que el sargazo es realmente muy importante para el ecosistema y debe quedarse en la playa, si es posible. Si se debe mover sugerimos usar rastrillos para recogerlo y convertirlo en un producto compacto móvil que se puede utilizar para composta, fertilizantes, la producción de cerveza”.

Los proyectos alternos 

Con financiamiento privado para su construcción se fabricó una embarcación prototipo para atender la recolección de sargazo que se presenta de manera atípica en destinos del Caribe mexicano, y en particular en Puerto Morelos.

La primera embarcación –y hasta ahora única de seis que se pretendían construir- tiene una capacidad de recolección de casi tres toneladas del desecho marino.

Enrique González, encargado del desarrollo del prototipo, que financió el empresario José Luis Martínez Alday, de Grupo Lomas Travel, explicó que el barco tipo catamarán es de tecnología mexicana, hecho con fibra de vidrio y madera, y tuvo un costo de 200 mil pesos, sin considerar el motor.

Afirmó que la embarcación, de cuatro metros de ancho por seis de largo, al cual se le incorporó una canasta en la proa para la recolección del sargazo, es no contaminante y tiene capacidad para recoger hasta dos toneladas y media de sargazo en 30 minutos, lo que en una jornada significaría hasta 68 toneladas.