Cuando mencionamos la palabra testamento, enseguida se inunda nuestra mente con pensamientos fatalistas, llenos de miedo y preocupación; seamos realistas, “ninguno nos queremos morir” y mucho menos pensar en ese momento.
Pero hay que dejar de lado ese temor, miedo o simplemente apatía de enfrentar la única verdad absoluta que existe desde que nacemos, que es la que algún día, dejaremos de existir. Y qué mejor que pongamos nuestras cosas en orden y les dejemos a los seres que nos han acompañado durante la vida, la certeza, tranquilidad y sobre todo la voluntad de lo que hemos decidido sobre nuestros bienes y que esta decisión será respetada.
Para lograr ese objetivo, existe el testamento, que es un documento personal, libre y revocable. ¿Qué quiere decir esto? Que en cualquier momento lo puedes cambiar, si se modifican las circunstancias de tu vida, o si es tu deseo incluir o excluir a alguien como beneficiario del mismo. Eso sí, debes tener en cuenta que el último testamento que otorgues es el que será válido al momento de tu fallecimiento.
Muchos dudan en acudir a otorgar su testamento argumentando que no poseen bienes inmuebles, pero este documento abarca TODOS los bienes, incluyendo los bienes muebles, los derechos que pudieras poseer, o los que en un futuro adquieras. El testamento lo puedes hacer por la universalidad de tus bienes, presentes y futuros o puedes optar por el legado, que no es otra cosa que definir con exactitud a quién le quieres dejar cada cosa. Y deberás nombrar un albacea, que es la persona que se encargará de ejecutar tu voluntad y será tu representante hasta que se cumplan íntegramente las disposiciones de tu testamento.
Un punto que tenemos que considerar las personas que otorgamos nuestro testamento y que tenemos hijos menores de edad, es que debemos nombrar además del albacea, a un tutor testamentario, quien se encargará de la tutela y de la administración de los bienes heredados a los menores, hasta que estos alcancen la mayoría de edad; y deberá ser una persona distinta del albacea, pues este último vigilará que el tutor testamentario esté cumpliendo cabalmente la voluntad del testador.
Con la finalidad de que cada uno de nosotros tomemos conciencia de las ventajas de hacer nuestro testamento, las autoridades tanto federales como locales, comenzaron campañas del “mes del testamento”, definiendo septiembre como el mes en el que se otorgaban subsidios y descuentos para que pudieras acudir ante el notario de tu confianza a otorgarlo. En el caso concreto de Quintana Roo, ya se había extendido ese plazo a septiembre y octubre. Pero ahora, en 2021, nos encontramos ante una oportunidad única, pues desde junio hasta octubre tendremos el apoyo del Gobierno Estatal para la condonación de derechos y de los notarios de la entidad para la disminución de sus honorarios.
Así que te invito para que acudas al notario de tu preferencia con el objeto de que aclares tus dudas; juntos busquen la mejor opción para que puedas realizar tu testamento y dejes especificada claramente nuestra voluntad. Seamos personas que procuremos una sociedad renovada, consciente y ocupada de hacer las cosas diferentes, para tener un mejor presente. Te mando un saludo cordial y estamos a tus órdenes para cualquier inquietud.