Fernando García Zalvidea (1958-2013) deja un impresionante legado empresarial
Fernando García Zalvidea arribó al Caribe mexicano en 1984, y desde su llegada abrazó esta tierra como su segunda patria. Fue un gran estratega en el mundo de los negocios, cuyo gran acierto tuvo una titánica dosis de atrevimiento. Su exitosa actividad empresarial la inició siendo buzo de Aquatours hace muchos ayeres -dos décadas para ser precisos-. Ahí tuvo la visión “accidentada” de hacer tours a la zonas arqueológicas de Tulum-Akumal-Xel Há-Yakul-Xcaret, en sus días de descanso, a bordo de un Fairmont de dos puertas sin aire acondicionado, con una hielera, y con una tarifa de 150 dólares -su sueldo quincenal-, prometiendo “el mejor día” de las vacaciones de los aventurados turistas.
De ello resultó Best Day, su empresa, que en un abrir y cerrar de ojos despegó desde el Caribe mexicano para posicionarse como la primera agencia de viajes virtual del mundo. A través del desarrollo de un software, el cual ha ido evolucionando gracias a un ingenioso equipo de mexicanos, Best Day es un referente internacional con un espectacular motor de reservas envidiado por grandes corporaciones.
En uno de sus últimos encuentros con los medios de comunicación, Fernando García Zalvidea anunciaba junto con directivos del Hyatt la fusión de su hotel Real Resorts con esta marca para operar el primer hotel bajo la marca Hyatt Zilara.
Bajo la consigna de su creador, Best Day sigue su proceso de evolución, ahora al incorporar al proceso de venta 200 tablets en Cancún y la Riviera Maya, que ofrecerán el servicio de Startours para agilizar la comercialización de los diferentes paquetes de la compañía. Este pequeño gran paso permitirá reducir hasta un 50% el proceso de atención al turista, gracias a que los vendedores de la marca podrán llevar a cabo prepagos, cotizaciones, cambios de fechas, catálogo de proveedores al instante.
Altruismo al máximo
Pero también Fernando García Zalvidea tuvo otra clase de atrevimiento, y ese es de naturaleza filantrópica. Hace 12 años confabuló La Ciudad de la Alegría con un grupo de personas que como él han querido devolver la generosidad del destino a su comunidad más vulnerable: niños desprotegidos, mujeres maltratadas, enfermos de VIH sida y personas de la tercera edad en condiciones adversas.
Los benefactores, liderados por él, han llevado a cuestas una titánica labor, cuyo éxito en programas y beneficiados están sentando precedentes históricamente hablando en la región.
Fernando y asociados a últimas fechas buscaron innovadores esquemas para permitir la solvencia para la operación de este centro comunitario con importantes alianzas con medios de comunicación.
Ciudad de la Alegría, pues, fue uno de los legados más preciados de Fernando García Zalvidea, al que logró sumar muchas otras voluntades en la construcción de un mundo menos imperfecto. Fue un fiel devoto del Caribe mexicano. Descanse en paz.