Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), dijo que para canalizar más rápido la distribución de mercancías e insumos, realizan un balance entre los daños por la falta de combustible y las formas en que se pueden minimizar mediante un esfuerzo interno de las empresas.
El desabasto en las principales entidades del país comienza a mermar en la distribución de los alimentos, en los insumos en la construcción, en la movilización de mercancías en el campo y en la industria automotriz, ademas del impacto a comercio, servicios y turismo.
Las afectaciones rondan los 10,000 millones de pesos, expuso que de este monto, en torno al comercio es de unos 4,400 millones de pesos y del campo, 5,500 millones.
Entrevistado en el marco del 30 aniversario de la Comisión Nacional del Agua, Juan Pablo Castañón espera que pronto se pueda resolver esta situación, porque se empiezan a tener problemas en la distribución de los alimentos e insumos en la industria de la construcción.
Por ejemplo, se están teniendo problemas para mover mercancías del campo del Estado de México, Jalisco o del Bajío, expresó.
“En una economía, cuando hay escasez, puede existir un problema de precios, pero no lo estamos viendo. Estamos haciendo un esfuerzo de administrar la distribución con inventarios y ser responsables”. Subrayó en relación a la incertidumbre de posibles alzas en los precios.
Por lo que el presidente del CCE hizo un llamado a todos a ser responsables en esta crisis y tratar de salir lo más rápido posible de ella.
“Por eso es importante conocer por parte de la Secretaría de Energía el plan y el escenario de resolución, de tal forma que podamos administrar lo mejor posible con lo que tenemos”, manifestó.
Recordó que los empresarios han puesto a la disposición de Petróleos Mexicanos (Pemex) activos (pipas) para poder coadyuvar; es necesario, añadió, mejorar la logística de los centros de distribución de esa empresa y es importante encontrar una solución para los ductos.
Reiteró que “evidentemente, la estrategia para disminuir o combatir el robo de combustible tiene el mejor de los fines. Hay que combatir el crimen organizado en México. Pero, al mismo tiempo, la otra consecuencia, el desabasto, tiene que solucionarse”.
Comentó que está empezando a haber problemas para los camiones que transportan de 15 toneladas en adelante productos alimenticios del campo a los centros de distribución, a las centrales de abasto, supermercados y pequeños comercios, comentó.
El empresario destacó que si 70% de la distribución de combustibles en México se hace a través de los ductos, será muy difícil sustituirla a través del transporte terrestre y ferroviario.
«Hay que evaluar los costos, pero para una emergencia puede ser una solución de cortísimo plazo usar la plataforma estadounidense de la frontera para traer más rápidamente combustibles».
«Cualquier país tiene 15 o 30 días de inventarios. Nosotros tenemos dos o tres por falta de infraestructura de Pemex, eso nos deja vulnerables. Tenemos que construir más centrales de almacenamiento y distribución públicas y privadas, de tal forma que tengamos más inventario.”, concluyó.