Las enseñanzas del Covid-19

por ahernandez@latitud21.com.mx

Desde el camerino

Alejandro Rosel

Comunicador y conductor

Twitter: @AlejandroRosel7

Me da mucho gusto saludarles y espero se encuentren muy bien de salud, al igual que sus familias. Como ya hemos platicado en meses pasados, el Covid-19 llegó a cambiarnos la vida, como nunca pensamos que ocurriría. Las películas de ficción se hicieron realidad. Hoy convivir con humanos es algo que muchos hemos hecho muy poco en nuestra vida diaria. El confinamiento nos demostró que apoyados con la tecnología, muchas cosas son posibles sin la necesidad de salir de casa. Lo primero fue asistir a clases y a trabajar desde casa, algo que sonaba estresante desde el inicio, pero que no lo fue tanto; no para todos. Aprender estas nuevas formas de hacer las cosas sí costó trabajo, pero se logró. Poder convivir en familia, pero trabajar o asistir a la escuela al mismo tiempo, fue un gran reto del que muchos salimos adelante. Las diferentes plataformas nos permitieron estar en diversas reuniones, conferencias, seminarios, fiestas familiares o de amigos y hasta conciertos, sin más que usando el celular o una computadora. ¿La lección? Muchas cosas se pueden hacer sin tener que estar cerca de otros o movernos de lugar. 

Por otro lado y cuando el confinamiento avanzaba y las necesidades básicas aumentaban, la tecnología nos volvió a salvar. Ni siquiera es necesario ir a un supermercado o a alguna tienda a comprar algo, gracias al desarrollo de diversas plataformas alguien más, a quien ni siquiera tenemos que ver, se encargaba de hacerlo por nosotros y ni para pagarle era necesario interactuar en persona. Hoy está demostrado que los avances tecnológicos han sido para beneficio de todos, lo importante es utilizarlos y ayudarnos en estos tiempos en los que la convivencia en persona está limitada. 

Quizá el esparcimiento y diversión están limitados en la tecnología, pero eso no impide que podamos también hacerlo. En un principio fueron los tradicionales juegos de mesa los que salvaron las horas de hastío y aburrimiento; después, las plataformas digitales de películas, videos y por último visitas guiadas a ciudades o museos ayudaron a pasar el tiempo de una manera provechosa. 

El ejercicio también se vio afectado y fue necesario utilizar de nuevo lo digital para interactuar con algún entrenador o ver videos de diferentes rutinas que nos permitieran no perder lo ganado. Cocinar algo nuevo, reparar cosas, tomar cursos de alguna actividad no aprendida en el pasado, fueron posibles gracias a la tecnología. Mi pregunta en este momento, es muy particular: ¿qué sigue? Pronto lo sabremos, pero sin duda el gran aprendizaje de esta pandemia, ha sido aprovechar todos los recursos en favor de la adversidad para salir adelante y de la mejor manera. Que el camino sea divertido y exitoso. Hasta la próxima.  

Alejandro Rosel
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