Al escuchar la canción de Shakira conocida como Bzrp Music Sessions, que en el dicho popular se conoce como ‘Las mujeres no lloran, facturan’, se me vienen a la cabeza una sinfín de sentimientos, Quise abordar el tema en este artículo, ya que definitivamente es una situación y reacción contemporánea ante infidelidades de pareja. La canción es ahora un baluarte feminista, en la cual la mujer se empodera usando la situación a su ventaja, económica primero y como desahogo a la frustración.
Ahora, la pregunta: ¿Es correcto ventilar los sentimientos de esta manera?
Quisiera expresar un pequeño análisis en función de mi propia experiencia al preguntar a un grupo heterogéneo de personas (diferentes edades, diferente sexo y poder adquisitivo). Primero, todos y cada uno conocían la canción, lo cual me indica que efectivamente la música es universal y este tipo de canciones con historia, llaman tanto la atención, que llegan a oídos transgeneracionales. Las reacciones no se dejaron esperar, los comentarios en las redes y las sobremesas para comentar la respuesta a la pregunta planteada fueron diversos, pero en general concluyo que las generaciones mayores critican y las menores alaban.
El tema de esta canción es un fenómeno en sí, aunque no es la primera vez que se expresan sentimientos en canciones. ¿Qué cambia? Pues las redes y la comunicación que tenemos hoy en día; nuestras vidas se vuelven vitrinas, nuestros sentimientos anécdotas y nuestras familias realities.
Así que partiendo de esto, no veo tan grave la expresión mediática de la frustración femenina ante una infidelidad, no es la primera mujer ni será la última. Lo que sí encuentro refrescante es la diferencia en la apreciación general de cómo las mujeres pueden enfrentar el problema. En otras épocas las esposas se quedaban calladas, era totalmente inadecuado demostrar los sentimientos en público. Las mujeres que solicitaban el divorcio debido a una infidelidad se convertían en parias sociales (mi bisabuela, una de ellas). La situación fue cambiando poco a poco y el empoderamiento femenino se empezó a notar. Hoy en día los divorcios son más igualitarios en función a la distribución de los bienes. De hecho, hasta vemos casos en los que la mujer es la que paga la pensión.
Efectivamente, vivimos en una generación donde las mujeres ya no lloran, porque tienen otras opciones disponibles, opciones que les permiten salir bien paradas de un divorcio o simplemente tienen la capacidad de generar su sustento por medios propios.
Aunque el baluarte social de la institución del matrimonio, los celos, la infidelidad, el dolor y los hijos se sigue viendo muy parecido a lo largo del tiempo, lo que ha cambiado es la posición de la mujer. Por mi parte, concluyo que si como mujer puedes expresar esta frustración, ganarte un par de millones y generar una avalancha de publicidad… ¿para qué quiero llorar?
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