Todos experimentamos obsesiones o compulsiones; así funcionamos como seres humanos. Acciones que nos provocan cierto placer, pero cuando empiezan a controlar nuestros momentos, entonces se convierten en un trastorno. Por mucho que queramos justificar, recuerden la famosa frase: ‘Cualquier cosa buena, en exceso es mala’.
Quiero contarles del libro DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales, quinta edición); es como un diccionario que recopila y clasifica los trastornos y disfunciones mentales. Aunque no todos los expertos están de acuerdo con las definiciones y los criterios establecidos en él, es una publicación donde se definen comportamientos similares que proveen una guía a psicólogos y psiquiatras para diagnosticar.
Parafraseo la definición de obsesión que se establece ahí: “Las obsesiones o compulsiones son pensamientos, impulsos recurrentes y persistentes que se experimentan, son intrusivos y no deseados, y que en la mayoría de las personas causan ansiedad o angustia. Consumen mucho tiempo (por ejemplo, toman más de 1 hora al día), causan deterioro significativo en los comportamientos de una persona ante la sociedad, problemas o desempeños ocupacionales, relaciones de pareja, problemas financieros o cualquier otra área funcional de una persona”.
Voy a poner ejemplos de algunos comportamientos obsesivos que hacemos todos nosotros:
-Estar en el teléfono viendo tik-tok o cualquier otra red social por varias horas consecutivas al día.
-Workaholic
-Compras sin sentido y demasiadas.
-Jugar juegos en internet y gastar dinero (demasiado) para pasar niveles
Ver TODOS los partidos de deportes.
Obvio hay muchas obsesiones más negativas, pero hay que estar conscientes de que algunas de las cosas que parecen inofensivas no lo son; para crecer y mejorar como seres humanos debemos ejercer el autocontrol y tener disciplina.
Dejar que estas obsesiones tomen los espacios de nuestra vida puede llevarnos a consecuencias graves: Si todos los domingos estoy metido en la TV viendo deporte, descuido mi familia. Las redes sociales me dan una perspectiva irreal del entorno y puedo llegar a obviar mi propia realidad. Paso más tiempo en el teléfono que interactuando con mis amigos.
Si no ejercemos un autocontrol, el Manual indica: ‘Se puede experimentar una destrucción paulatina de la personalidad, pérdida o conflictos en el entorno familiar, pérdida de grupos sociales que hagan crecer y validen al individuo, y pérdidas patrimoniales severas’.
¿Cuántas veces no hemos oído que la gente prefiere ya no salir y sus interacciones sociales son sólo por internet?, ¿No creen que esto daña las habilidades sociales?, ¿Cuántas horas al día pasas en el teléfono viendo cosas que no te aportan nada?, ¿No creen que esos contenidos disímiles merman nuestra capacidad de discernimiento?
Ahora… ¿Se pueden controlar estas compulsiones? Sí, el primer paso es reconocerlas. Observen en su teléfono las estadísticas de uso y estoy segura que se van a llevar un gran susto por el tiempo desperdiciado en Instagram, Tik-tok, etc. Hagan un balance (siendo honestos con ustedes mismos) de cuánto gastaron en cosas que realmente no necesitaban.
Estos comportamientos toman de pronto control: ‘Qué tanto es tantito’, y los justificamos diciéndonos que nos ayudan a eliminar factores de ansiedad y estrés. Sin embargo, se convierte en un círculo vicioso porque entonces nuestra ansiedad viene exactamente de que no pudimos controlarnos, y afectamos otros aspectos de nuestra vida que son más importantes.
El factor del tiempo es otra forma de ayudarnos a ver la incongruencia de nuestro comportamiento obsesivo. Si consideramos 50 años de edad adulta, hablamos de 18,250 días; y si pasamos un tiempo promedio de 3 horas diarias dando rienda suelta a nuestra obsesión, desperdiciamos el 25% de cada día, es decir ¡4,565 días!. Imaginen si lo ocupáramos en hacer ejercicio, seguro que estarías con un cuerpo de campeonato. O invirtiéndolo en la gente que nos importa, jugando con tus hijos o explorando actividades con tu pareja.
¿No te gustaría tener el tiempo y la disciplina para lograr más y mejores metas? Pues ándale, en esto propósitos de año nuevo, conviértete en el 7% de los que SÍ los cumplen. ¡Feliz 2025!