Pelea Título Mundial

por Redacción

 

Me declaro afecta al box. De hecho lo practico dos veces por semana. Hace más de una década lo descubrí accidentalmente cuando me estacionaba, literalmente, en las funciones televisivas sabatinas…

Luego me inquietaron las peleas boxísticas organizadas por Pepe Gómez. Fui como espectadora a la primera pelea en el Cancún Center; asimismo a las realizadas en la Plaza de Toros: History in Cancún y Noche de Campeones, y después a la pelea en Xcaret, ya en calidad de periodista.

En la segunda tuve oportunidad de entrevistar al propio promotor amateur, cuyo boleto al cuadrilátero pugilístico fue fortuito al patrocinar a un boxeador con un par de tenis. Era Rudy López. “Este muchacho empezó a ganar funciones en peleas de box; yo lo fui llevando, lo fui administrando, y también lo asesoré económicamente. Le dimos todo lo que necesita un atleta de alto rendimiento para llegar al objetivo final, que es un título mundial… Ahí empezó la historia”…

Las reveladoras declaraciones que me hicieron entonces a la par don José Sulaimán y Don King en relación con la potencialidad que tenía Cancún para desbancar algún día a Las Vegas se me hacían un tanto descabelladas. Ambos coincidieron en que Cancún pudiera ser una importante plaza para el mundo del boxeo, pues lo tiene todo: inigualables playas y arena, cultura, gastronomía… Sin embargo, también coincidían en que lo tiene todo excepto algo más importante que los casinos, una arena de box.

Nunca he dudado de los atributos y de la competitividad de nuestro paraíso. No. Fue mi ignorancia de lo que representa esta millonaria industria. Un interesante dato en este sentido. History in Cancún tuvo alrededor de 600 millones de televidentes en América, Europa, Asia, África y Oceanía. El costo beneficio de  la función fue de mil 207 millones 825 mil pesos, de acuerdo  con el estudio realizado por la empresa de monitoreo, síntesis y análisis informativos RTV & Press News, y fue cubierta por cinco mil 991 medios nacionales e internacionales de prensa escrita, radio y televisión en los cinco continentes. Un total de 250 millones de personas contrataron el Pago por Evento de la cadena Home Box Office (HBO) para ver la transmisión de la función boxística.

Ambos monstruos del boxeo lo sabían. Cancún se les apetecía como una importante plaza para revivir el proyecto boxístico nacional. Y lo consiguieron. A partir de que nuestro destino subió al cuadrilátero, el pugilismo despertó nuevamente el interés de las principales televisoras nacionales y de una de las más influyentes de la Unión Americana, y su regreso a la pantalla chica tuvo un impacto abrumador.

Y sí, con casi una treintena de peleas de gran peso, un par de convenciones de box mundiales y con la mira mundial sobre sí, ha despertado a un mundo de posibilidades para consagrarse como una de las más atractivas arenas del planeta de una industria avasallante, cuya afición procede de un mercado adquisitivo de gran peso y del principal mercado emisor de México, EU. Ya se ve su impacto tras estos eventos en el incremento de ocupación hotelera, de asientos aéreos y el aumento en el cheque promedio de compras. Es una élite fuerte, leal y seguidora. Este impacto tuvo un importante efecto en la industria hotelera para dotar de la arena de box al destino.

Dos importantes grupos quieren también subirse al cuadrilátero pugilístico: Grupo Palace, de Pepe Chapur, cuya inversión rondó  la friolera cantidad de entre 15 y 20 millones de dólares, y antecediéndole con una inversión conservadora, tres millones de dólares, Grupo Oasis, del empresario Pedro Pueyo.

Ahora sí Cancún lo tiene todo para pelear por su título mundial.

[editor]mariana-orea[/editor]