Cuando se trata de recortar gastos en las empresas, a causa de alguna crisis, de una recesión, o de eventos puntuales, no es el caso de todas por supuesto, pero sí de muchas que consultan con sus administradores, y la respuesta de ellos, en muchos casos, consiste en recortar o eliminar los pagos a cámaras y asociaciones.
Algunos de los argumentos de los consultados pueden ser:
– ¿Y cuál es el beneficio de pertenecer?
– Sale muy caro pertenecer
– Hay que recortar gastos, y ese, no es prioritario…
Entre otros de los planteamientos que, sin mayor fundamento se le expresan a los tomadores de decisiones, para así, cortar de un plumazo el asociacionismo, que en muchos de los casos no se entiende a cabalidad.
Pertenecer a determinada asociación civil que defiende los intereses del gremio al que se pertenezca, es mucho más que sólo recibir informes y pagar cuotas. El asociacionismo implica no sólo solidaridad con el gremio y unión, sino la posibilidad de enfrentar de manera colegiada y colectiva enormes retos que sería imposible abordar en lo individual.
En las esferas gubernamentales, por ejemplo, se respeta y reconoce a aquellas agrupaciones de empresarios que, a través de sus líderes, se expresan organizadamente, levantan la voz y opinan con energía sobre los asuntos que les afectan tanto en lo individual como en lo colectivo.
Los líderes de opinión que representan organismos tienen reconocimiento, respeto y un lugar importante en la sociedad, mismo que es usado de manera responsable en beneficio de los agremiados.
Por más valientes y osados que sean algunos adversarios, cuando se enfrentan ya sea de manera verbal o epistolar a los líderes de opinión, demuestran mesura y respeto.
Por otra parte, un organismo logra más, representa más y mejor y es más sólido y fuerte, como es lógico, mientras más grande y unida es su membresía.
Finalmente, cuando algún agremiado requiere de algún apoyo, asesoría o resolución en lo individual y ésta se resuelve favorablemente, en la mayoría de los casos resulta en beneficio de todos los miembros.
En las asociaciones se trabaja igual para los grandes que para los más pequeños empresarios, los logros son compartidos y el respeto que como organismo se exige a gobiernos, instituciones y particulares es un manto protector para la membresía en su conjunto.
Es por ello que es un error eliminar cuotas de la asociación que te representa, regatear sus costos y beneficios sin argumentos sólidos y esperar soluciones inmediatas o de corto plazo. Los grandes proyectos, igual que los grandes retos, tienen su tiempo de maduración y de solución.
Lo que debemos hacer es fortalecer a los organismos, de todas las formas posibles.
Hasta la próxima.
- Al buen entendedor
- Presidente de la AMATUR
- Presidente del centro de atención de salud mental y prevención de adicciones "Vital"
- sgrubiera@acticonsultores.com