Es duro ser optimista por naturaleza.Â
Ese es mi caso. Asà he sido y asà ha sido por muchos años.
Y digo que es duro pues siempre esperas lo mejor y en ocasiones, frecuentemente, te llevas decepciones de la gente o de los lugares, o de los momentos o de todo esto.Â
Y aunque mi naturaleza, mi ADN, es ser optimista, no por eso puedo dejar de ser realista y considerar que los grandes retos que enfrenta nuestro paÃs me impiden del todo ser optimista.Â
Aun cuando la inminente aprobación del T-MEC inyecta certidumbre a la relación comercial con nuestro principal socio comercial, no parece esto suficiente para inyectar confianza al sector empresarial con las reglas que nuestro gobierno busca imponer en muchos sectores.Â
Desafortunadamente, los números que todos tenemos (o casi todos) nos hacen ver que la inseguridad va en aumento en nuestro paÃs, y ya ni siquiera zonas tradicionalmente seguras como lo era Quintana Roo lo siguen siendo.Â
Desafortunadamente, 2019 será recordado como el año más violento en la historia del paÃs, desde 1997 que es cuando se empezó a llevar este registro, con un promedio de casi cien crÃmenes (denunciados, más los no denunciados).Â
Y si bien el tema de la inseguridad es lo que la gran mayorÃa de los mexicanos mencionan como el que más nos preocupa, temas un poco más complejos pero menos evidentes también deberÃan de ser de gran preocupación.Â
Hablo de los cambios que se están dando en las instituciones en nuestro paÃs, que están haciendo desaparecer (en la práctica) la tan soñada división de poderes que se consagra en nuestra Constitución mexicana y por la que tanta sangre se ha derramado.Â
Vemos una gran concentración de poder en un individuo, como no se veÃa desde el México postrevolucionario.
Pero no quiero hablar de esto ni del sombrÃo panorama que veo detrás de muchas reformas sociales y polÃticas que hemos visto en 2019 y otras más que se perfilan.Â
Quiero pensar que el espÃritu emprendedor de los mexicanos se convertirá, una vez más, en el motor que impulse por el camino adecuado la economÃa de esta gran nación.Â
Es por eso que desde la trinchera de L21 seguiremos impulsando el espÃritu de emprendimiento y reconociendo la labor de grandes emprendedores que siguen luchando por ese sueño que es su empresa.Â
Hoy más que nunca la clase empresarial tendrá que mantenerse unida y congruente para defender y sostener los principios de una democracia que permita desarrollar nuestro espÃritu emprendedor como un derecho elemental de todo ser humano.Â
No es opción, tenemos que hacerlo y seguir apostando por este gran paÃs. Porque México se lo merece y nuestros hijos lo demandan. Y claro, seguiremos siendo optimistas.
Bienvenido 2020.Â
