Escribo estas líneas con cierto ánimo renovado, después de hacer un corte de caja y analizar algunas noticias positivas sobre el sector de viajes y turismo, después de los terribles efectos de los primeros dos años de Covid-19. Me viene a la mente primero el concepto de “resiliencia”, y es que francamente no veo otro sector en la economía que haya sabido adaptarse, renovarse y salir adelante de manera tan eficaz, como el sector turístico global.
A lo largo de la historia, los diversos segmentos han enfrentado fenómenos provocados por la naturaleza, crisis económicas constantes, guerras, cambios tecnológicos y generacionales, y por supuesto, pandemias que han transformado al mundo. Este proceso de adaptación y capacidad de respuesta ha sido gracias al interés que hoy despierta un sector de la economía que genera empleo, que trae esperanza y que une a todos los actores involucrados. Pero vamos al análisis de estas buenas noticias.
Participé hace unas semanas en la conferencia anual Sea Trade Cruise Global, que es la feria de cruceros más importante de las Américas -existe otra que suele ocurrir en Europa o Medio Oriente-. Este año se habló de cambio y adaptación y de una rápida recuperación de uno de los segmentos que más sufrieron por la pandemia. Vemos que durante 2022 habrá un repunte entre 60%-70% de reservaciones en comparación con 2019, y que 2023 será de plena recuperación, con números mayores que antes de la pandemia. Hoy el consumidor se siente seguro de viajar en crucero, quiere cruceros que contaminen menos y sobre todo quiere visitar más destinos. La primera buena noticia es que Quintana Roo sigue siendo y será el líder regional en los próximos tres años. Somos el único país de las Américas que recibe a todas las líneas provenientes de Estados Unidos.
Las buenas noticias vienen también de la mayor OTA a nivel internacional, Expedia Group, que en su reporte del primer trimestre denota un 25% de incremento en la búsqueda de viajes a nivel global. Cancún, seguido de Punta Cana, Honolulu y Miami, fueron los destinos más buscados. En el caso de México, el mercado doméstico muestra una mejora importantísima y el turismo extranjero también va al alza, sobre todo porque somos de los pocos países en donde no hubo restricciones radicales que obligaran al pasajero a cancelar o decidirse por otro destino.
En el frente aéreo también hay noticias positivas, aunque sufrió una dura crisis previo al Covid-19, que impactó de manera considerable. La cancelación en la producción de ciertos equipos de la compañía Boeing después de una serie de accidentes provocó inquietud del viajero y los mercados. No es fortuito que el gobierno de Estados Unidos haya salido a rescatar a las líneas aéreas echando mano del presupuesto extraordinario para evitar la quiebra de las compañías. Hoy a pesar de otra crisis en ciernes -la guerra de Ucrania- con aumentos considerables en los precios de combustibles y boletos, vemos una mejoría en los viajes de placer y un repunte en viajes internacionales -sobre todo a México- y aquellos considerados de negocios hacia Europa. La llamada “virtualidad” en materia laboral está para quedarse y por supuesto tendrá un impacto en la recuperación del sector.
Con estos tres ejemplos y muchos más que pudiera anotar, puedo concluir que vamos por buen camino, que no se puede aflojar el paso, que la sinergia entre sector público y privado es toral para una recuperación plena. Después de estos dos largos años, creo con firmeza que hay esperanza sobre el futuro del sector de viajes y turismo a nivel internacional.