Tributo a un viento que dejó sombra

por ahernandez@latitud21.com.mx

Inna German Gómez

Empresaria

@Innagg

HHace algunos días falleció el escritor español Carlos Ruiz Zafón; hoy, con la libertad que me dan en este espacio, me encantaría hacer un tributo a su obra y contarles un poco de mi experiencia lectora.  En algún momento de mi vida, y esto, recuerdo, fue muy pequeña, me gustaba leer. Me acuerdo vívidamente de libros con dibujos con los que aprendí a leer; es más, me acuerdo de un libro con una portada rosa en donde las frases eran: “mi mamá me mima”; no recuerdo el nombre del libro; sé que podría buscarlo por internet, pero prefiero fomentar su memoria o curiosidad. 

Ya como estudiante de segundo de primaria recuerdo vívidamente la cara de mi maestra cuando le comuniqué que ya había leído todos los cuentos que venían en el libro de texto para el segundo o tercer mes del curso.  Me encanta leer, es como transportarte a otra época, vivir otras vidas y saborear espacios.   Últimamente me ha dado por leer libros más técnicos o relacionados con negocios; el tiempo limitado me ha mantenido un poco al margen de las lecturas recreativas. Pero siempre hay un libro pendiente en mi mesa de noche.  Bueno, ya regreso a contarles de Carlos Ruiz Zafón y mi experiencia con él;  cuando entraba a la librería o pedía los libros que llegaran por correo, casi nunca me fijaba en los títulos, siempre leía la reseña; si me “latía”, lo compraba. Ahora con los libros electrónicos es mucho más fácil, porque tienes comentarios en línea de otros lectores y estrellitas que los evalúan.  Pero esa vez, entrando a una librería vi sobre la mesa un libro cuyo título era: “La sombra del viento”. Me agarró desprevenida, y claro, me enamoré a primera vista. ¿El viento no tiene sombra? ¿Las nubes son viento? Esas sí generan sombra. ¿Cómo me imagino la sombra del viento? 

Tomé el libro y lo compré de inmediato; me senté un momento para ojearlo y la primera frase: ‘Cementerio de los libros olvidados’, ¡ya, listo!, me tenía completamente atrapada en la primera hoja.  Eso ya no me había pasado hace mucho, te vuelves cínica y medio escéptica cuando lees mucho; olvidas esa primera frase que te sale de corrido. Una historia de amor trágica y con una narrativa increíble.  Luego, después de ese, que sigue siendo mi favorito, vinieron todos los demás: “Marina”, “El prisionero del cielo”, “El juego del Ángel”, “El laberinto de los espíritus”, entre otros. Así que les dejo con esa chispa de curiosidad por leer a uno de mis autores favoritos. Lamento su muerte, porque eso quiere decir historias que ya no estarán. Así la vida y lo que se lleva con ella la muerte.  

Inna German Gómez
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