Puede gustarnos o no, pero fue una promesa de campaña, fue una iniciativa de su gobierno y le puso todo el peso del gobierno, se creó el Pacto por México y para variar lo boicotearon y supuestamente se acabó y hasta lo enterraron, pero ahora, a un año de distancia, se da por terminado el periodo reformista del gobierno de Peña Nieto con la promulgación de la más compleja de las reformas: la Energética.
Lo avisaron desde campaña, nadie lo creyó; lo dijeron en la toma de protesta, todo el mundo lo dudó; lo dijeron cuando se firmó el Pacto, nadie le hizo caso; lo repetían cada vez que se promulgaba una nueva reforma, y la duda siguió. Hoy, a un año de distancia, a la hora de escribir esta columna la reforma es un hecho, y no se acabó el país, ni hubo muertos, ni gritos, ni sombrerazos, al parecer por primera vez desde hace muchos años hubo un diálogo real y una mayoría contundente en el Congreso.
Hace un año realicé un análisis sobre el camino de las reformas, en ese documento mencioné que la estrategia no era solo de sacar reformas por sacarlas, tenía un mapa de ruta muy claro; por una parte, el ir destrabando sector por sector que tradicionalmente representaban un monopolio o una concentración económica, y por el otro cada uno de esos sectores tenía un grupo económico, político o social que representaba un freno, no en balde al parejo del trabajo de las reformas vimos cómo fueron cayendo líderes sindicales, empresarios o hasta mismos gobernadores o políticos. Hemos presenciado en el último año y medio una de las operaciones políticas más completas y sofisticadas que se hayan tenido en México.
En total 11 reformas desfilaron por el Poder Legislativo y se aprobaron: Educativa, de Procedimientos Penales, de Amparo, Política Electoral, de Transparencia, Financiera, Laboral, de Competencia Económica; y las tres más complejas: la Hacendaria, la de Telecomunicaciones y, finalmente, la joya de la corona, la Energética. No se podrá negar que es y será el periodo reformista más grande en la historia moderna del país.
Si todo sale bien, estas reformas le darán un giro a nuestra economía y al país entero; pero no todo es chamba del gobierno, a partir de ahora el trabajo será de todos: del gobierno, sí, en su implementación, pero el resto está en manos de todos nosotros, habrá que informarse, cuidar que todo se implemente y ser parte del cambio, porque no solo es un cambio en el gobierno, es un cambio de mentalidad en todos los mexicanos, las leyes son para todos, son derechos y obligaciones, retos y oportunidades, ahora es cuando con estos cambios nos toca a todos los mexicanos trabajar en conjunto, el nuevo marco legal ya está listo.
Empecemos por informarnos, cuidar las inversiones, los plazos y la transparencia, que se cumpla la ley y después ¿por qué no?, hay que analizar qué oportunidades de trabajo, asociación e inversión permiten las reformas, y también hasta qué oportunidades de trabajo para empresas o personas se generan en los sectores reformados; ayudemos a generar oportunidades para todos, ya no es papi gobierno que regala cosas, hay mercado que debemos todos de ayudar a construir, trabajemos por nosotros y trabajemos al mismo tiempo por el nuevo México.