Por los tiempos que me marca mi editora, escribo esta columna 17 días antes de la elección federal y asumo que la doctora Claudia Sheinbaum Pardo (CSP) es la presidenta electa de México. Toca ahora iniciar el proceso de transición de cara a la toma de protesta, el próximo 1 de octubre. En el concierto internacional hay mucho que hacer, vivimos tiempos convulsos en lo económico-comercial, el mundo enfrenta dos conflictos bélicos, es crítico realinear nuestra relación con Washington y Ottawa; requerimos reorientar nuestra relación política en América Latina; profundizar nuestros lazos económicos con Europa y analizar los riesgos que conlleva nuestra actual política con China y Rusia.
Hace un par de semanas funcionarios y pensadores de la relación bilateral aquí en la capital de los Estados Unidos me preguntaban cómo sería la administración de CSP en comparación con la de López Obrador en la relación con Estados Unidos. Mi análisis fue contundente: “Sheinbaum es una técnica por entrenamiento, conoce EEUA, ya que estudió su doctorado en ciencias en California, conoce la cultura y habla el idioma y sobre todo se ha rodeado de gente que le ha hecho ver la contundencia de cambios y de visión que se necesita”. Auguro entonces cambios de fondo en la relación con la Casa Blanca. Ya sea con un segundo mandato de Biden o el de un Trump 2.0, los diferentes actores que trastocan la relación bilateral esperan mucho de la próxima presidenta de México.
Nuestro país ha perdido espacio de interlocución en lo internacional, como lo tuvo durante décadas. Es imprescindible echar mano de nuestro servicio exterior mexicano ahora más que nunca. CSP tiene que salir más del país, atender compromisos diplomáticos, cumbres y reposicionar la fuerza y la importancia de México. Atender los múltiples retos en lo doméstico no implica descuidar la política exterior, por el contrario, hay que ir en busca de inversiones para generar empleos, es fundamental participar en el debate multilateral y que el resto del mundo nos tome en serio.
En América Latina seguiremos siendo los hermanos confiables, pero la ideologización de nuestra política exterior hacia la región nos ha enfrentado innecesariamente con varios países que esperan madurez de nuestro país. En la región jugamos un rol fundamental de interlocución y diálogo político con el norte, pero debemos aspirar a ser socios comerciales sobre todo en la región del TMEC, en la coyuntura del llamado nearshoring.
Con Europa tenemos un Acuerdo de Libre Comercio que tendríamos que potencializar aún más (Quintana Roo es un receptor muy importante de inversión española); México tiene presencia en capitales clave de Europa y en lo multilateral debemos incrementar nuestra colaboración.
Con relación a China, será fundamental seguir muy de cerca los aranceles que recientemente anunció Biden y que de llegar Trump a la presidencia se incrementarían. CSP tiene que valorar fríamente hasta dónde cede a la presión de Washington sobre China y no perder la oportunidad económica que nos presenta la geolocalización de empresas asiáticas a nuestro país, como ya está sucediendo en el sector automotriz en varios estados del norte y centro de México.
Preveo un cambio importante en la Cancillería, Secretaría de Economía y en varias embajadas clave.
Por Rubén Olmos Rodríguez
CEO de Global Nexus
Analista y Consultor Internacional
@rubenolmosr
- Reporte Washington
- CEO de Global Nexus
- Analista y Consultor Internacional
- X:@rubenolmosr