Inicio esta colaboración que he querido titular “El turismo sirve”, con esta columna titulada igual, pero en modo de pregunta. ¿El turismo sirve? Si es así, ¿para qué sirve? ¿A quién le sirve? Sin la pretensión de repasar la historia sobre los orígenes de esta actividad, baste recordar que conocemos como turismo a la estancia temporal en lugares diferentes a donde una persona reside con fines recreativos o de descanso, y donde se desarrollan actividades propias de la región visitada. Este desplazamiento temporal permite al visitante conocer diferentes climas, geografía, lenguas, culturas (incluyendo música, danza, bebidas y comida), así como otras personas que se encargan de atender al viajero o que también se encuentran de visita.
Identificamos entonces varios elementos que forman parte de esta experiencia de viajar. El viajero mismo y quienes le brindan los diferentes servicios que ocupa, como transporte, hospedaje, alimentación y entretenimiento. La actividad comercial que se realiza cuando el visitante paga por los diferentes servicios recibidos, genera ingresos que no existirían sin la visita de los viajeros y generan también un beneficio que se extiende a la comunidad visitada con todos aquellos que de manera secundaria se benefician de esos ingresos captados por los prestadores de servicios. Los proveedores de alimentos, bebidas, los trabajadores de diferentes especialidades cuyos servicios son requeridos para construir y mantener las instalaciones.
Esta bonanza generada por un visitante provoca también que se busquen maneras de aumentar los beneficios, ya sea a través de buscar que aumente el número de visitantes o de que su estancia dure más días. Esto requiere, entonces, dedicación en las tareas de promoción para que más foráneos se interesen en visitar nuestra región.
El bienestar generado despierta el interés en regiones vecinas que quisieran participar de esos beneficios y se preparan para incorporarse a la oferta de los servicios que han probado ser atractivos y recibir también ingresos adicionales a los que sus actividades regulares producen.
Cuando la suma de buena experiencia del viajero compartida a su regreso con sus conocidos y los esfuerzos de comunicación de los atractivos logran aumentar el número de viajeros, los prestadores de servicios requieren de ayuda para atenderlos y ocupan a su familia y luego requieren contratar personal adicional.
Esta descripción básica de la actividad turística nos permite responder las preguntas iniciales, ¿el turismo sirve? ¿Para qué? ¿A quién le sirve?
Le sirve primero al viajero en su necesidad de descanso, diversión o interés cultural. Le sirve a los prestadores de servicios y a quienes le proveen de los insumos para su trabajo. Le sirve a la región, al generar empleos y derrama económica que mejora las condiciones de vida de sus habitantes. La Organización Mundial de Turismo, brazo especializado de las Naciones Unidas, declaró al turismo como una herramienta para combatir la pobreza.
Termino con una nueva pregunta, ¿en México, el turismo sirve?. Intentaré responderlo en una próxima colaboración.