Por Katya Andreina Alcocer Cuxim
Maestra en Derecho Constitucional y Amparo, Licenciada en Derecho. Maestrante en Derechos Humanos de la H. XVII Legislatura del Congreso de Quintana Roo.
Twitter @KatyaAlcocer
Mucho hemos oído hablar de la participación de las mujeres; ahora los tiempos acompañan con grandes resultados el llamado a superar participación con presencia.
Transitando de diversas ideas, luchas, demandas y mecanismos implementados que han logrado “visibilizar” y “empoderar” como se le denomina en el lente del derecho internacional y los derechos humanos al reconocimiento de los resultados obtenidos por las mujeres para no ser explotados como adornos, sino impulsados como logros, en donde por sus actividades y decisiones la mujer trasciende de ser partícipe a ser autora.
Acompañar este empoderamiento en el ámbito económico, desde la presencia que hoy tienen en la toma de decisiones en el ámbito político, podría permitir, desde su ejercicio responsable, alcanzar el acceso pleno y presencia de las mujeres en la economía. A través de las propuestas e incorporación real de políticas públicas y leyes que conduzcan la lucha de todos los días, no sólo porque una voz sea escuchada o un trabajo exhibido, sino que sean diseñadas desde distintos contextos, haciendo frente a desafíos e identificación de las oportunidades para recorrer las barreras legales, regulatorias y políticas.
Transcender del “emprendimiento” a promover la condición de las mujeres en el mundo empresarial, y es aquí donde se estrecha la conjunción del aprovechamiento y resultados del ámbito público, pues la historia que se recorre nos presenta cada día desafíos técnicos y legales que exigen leyes y políticas con relación a la garantía de los derechos socioeconómicos de la mujer.
Con destacados precedentes en la difusión de diversos logros profesionales en la regulación respecto a la igualdad de género, erradicación de la discriminación y violencia contra la mujer, incluso en la promoción de las producciones realizadas por las mujeres, es preciso dirigir los esfuerzos del lápiz que presentan las normas, al desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas, así como el impulso del papel empresarial de la mujer, acortando y reduciendo las barreras que enfrentan, para establecer, mantener y hacer crecer sus negocios con esquemas de inclusión financiera, obligaciones fiscales y legislación bancaria especializada para la obtención no sólo de programas, sino de créditos, acortando los requisitos y carga de documentación en las poblaciones vulnerables, protegiendo la presencia de la mujeres con poco o ningún historial crediticio en el mundo económico con alternativas expresas.
Se requiere avanzar en el fortalecimiento de capacitaciones para el uso y acceso de las nuevas tecnologías, de las finanzas digitales o incentivos para usar productos financieros digitales, formación en gestión y conocimientos financieros.
Sobre los derechos humanos, jurídicamente se deben: respetar, promover, proteger y garantizar.
De razonamiento libre
¿Un enfoque especializado podría ser justo, si el orgullo de portar el trabajo y promover los logros de las mujeres, se combina con la verdadera esencia de las obligaciones sobre los derechos humanos?
Portando y empoderando; a través de la regulación técnica y legal, podría ser un camino.