A los amigos no se les espía…

por Latitud21 Redacción

 

Esta frase no sale del argot de consejos a mis hijas, ni tampoco la escuché de Esposas Desesperadas, sino fue la respuesta de la canciller alemana Ángela Merkel, cuando el pasado 24 de octubre se le cuestionara respecto de la supuesta intervención que le hiciera la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de los Estados Unidos de America a su teléfono celular.

Claro, con esta frase Ángela Merkel da a entender que los EU son aliados y amigos (por algo es la canciller y jefa de la diplomacia germana) o al menos así lo considera ella. Este país, reyes del espionaje durante la Segunda Guerra Mundial y apenas 68 años después de que en 1945 terminara completamente destruida y derrotada, se erige como la más importante economía de la comunidad europea y objeto de espionaje de su amigo americano.

Pero, ¿cómo se supo todo esto? Por Edward Snowden, este joven americano que ha sacado a la luz mucha información confidencial de la NSA y quien ha sido, el solo, motivo de más jaquecas a la administración del presidente Obama que todos los congresistas republicanos juntos. Hoy, refugiado en Rusia, Edward Snowden es parte de una crisis internacional de credibilidad que enfrenta la nación americana por su simple obsesión de meterse en todas partes y su afán de erigirse en la policía del mundo. A pesar de que Snowden quiso defender los derechos de los mismos civiles americanos al exponer estos y muchos más actos de espionaje y de violaciones a  su privacidad, es el mismo pueblo norteamericano el que lo crucifica ahora por traicionar a su país y a su gobierno.

Bueno, qué hace el gobierno norteamericano con sus conciudadanos, supongo que es un asunto totalmente interno y ajeno a los mexicanos. Bastante tenemos ya para ocuparnos con lo que hace y deja de hacer nuestro gobierno con sus conciudadanos. Pero, qué hace el gobierno norteamericano con sus aliados y vecinos, como lo es México, que también ha sido víctima de actos de espionaje por parte de la NSA, eso sí es algo que nos debería de ocupar y, más aún, de preocupar. Y es que todo parece apuntar a que el presidente mexicano anterior y el presidente actual han sido objeto de intervenciones y de actos de espionaje de los norteamericanos. Una vez más.

Bueno, esta telenovela diplomática está aún lejos de terminar. En tiempos de Nixon le hubiera costado la presidencia a Obama, pero después del 9/11 cualquier acción se justifica por la seguridad nacional en Estados Unidos hoy en día, inclusive la de espiar amigos. Aunque esto no es algo que haga la nación norteamericana, Sra. Merkel. Ellos no espían amigos. Más bien no tienen amigos. Solo aliados. Y cuando les conviene. God bless America.

Eduardo Albor
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