Es tan miserable vivir en la Cuba castrista, que el muy procastrista gobierno de México desplegó especialistas en salud mental para apoyar psicológicamente a los mexicanos residentes en la isla, para atender casos de estrés, tristeza y ansiedad.
Y eso que el día a día de gastos en dólares de los mexicanos que viven en Cuba dista años luz del día a día de hambre y vicisitudes de los cubanos. Aun así, el consulado mexicano subió a sus redes sociales un mensaje inquietante:
“La salud mental es un pilar crucial del bienestar. Si te encuentras viviendo en Cuba y necesitas apoyo psicológico puedes escribir al correo para recibir atención profesional. @SRE_mx @luisgure @JulietaOliviaM1 @09GJimenez @ConsulMexLH”.
Pero los mexicanos en Cuba son privilegiados no porque puedan comprar el papel de baño que es prohibitivo para los cubanos, sino porque son testigos de una realidad histórica que enseña más que miles de libros.
Ven que el florecimiento del populismo desaparece como suelen hacerlo los espejismos del dinero ajeno: porque la miseria cubana cayó al más bajo escalón, después de que Venezuela es igual de miserable y no puede mantener a la isla.
Esa enseñanza histórica, en vivo y a todo calor, es más importante que no encontrar fácilmente croquetas para sus perros, débil acceso a internet o un apagón: ellos pueden volver a las mieles del capitalismo; mientras los cubanos seguirán presos dentro de la isla.
Con la vaca venezolana casi deslechada tras un cuarto de siglo de colonialismo extractivo, Cuba empieza a deslechar a México: la 4T envía a Cuba 3.6 mil barriles diarios de gasolina y otros productos derivados del petróleo.
El presidente mexicano abrió la llave del petróleo mexicano. Según rastreo diario que hace la Universidad de Texas, mandó a los puertos cubanos siete millones de barriles de 2023 a 2024. Sólo de enero a febrero pasados, envió dos millones.
Pero no es sólo petróleo lo que saca Cuba de su nueva vaca lechera: México le compra hasta rocas al régimen castrista para ayudarlo a paliar la miseria. El año pasado le compró 200 mil toneladas mensuales de piedra para las vías del Tren Maya.
Y le paga 10 mil 700 dólares mensuales por cada uno de los tres mil médicos que tiene contratados como esclavos, pues reciben solamente 220 dólares, y sólo al regresar, lo cual viola el artículo 23.3 del T-MEC, que prohíbe el trabajo forzoso u obligatorio.
El presidente compró también nueve millones de dosis de la vacuna cubana anticovid, que es un placebo, pues Cuba se niega a que sea revisada por laboratorios externos, como aceptaron Moderna, Pfizer/BioNTech, AstraZeneca, Sinovac, Novavax.
Y manda psicólogos a los mexicanos en la isla.