Sin entonces pensar en un modelo de negocios de “sustitución de importaciones” como respuesta nacionalista a las políticas públicas del primer mandatario de EU, Donald Trump, un grupo de ejecutivos hoteleros de altos vuelos funda la cadena mexicana Atelier de Hoteles, el tema de nuestra portada, cuyo concepto engloba el talento de un colectivo de creadores, arquitectos, ingenieros, diseñadores y artesanos, que han confeccionado una hotelería sofisticada que representa la riqueza cultural del país con gran orgullo.
El modelo de negocio de este grupo hotelero conducido por Francisco Gutiérrez es respaldado por un fondo de inversión que confió en la experiencia de sus actores, en la rentabilidad de la industria turística y en la integración económica de diversos sectores y comunidades indígenas.
Atelier de Hoteles es un producto 100% nacional con propiedades y gestión hotelera inicial de 20 inmuebles en el lapso de cuatro años, que busca sumarse a un concepto uniqué y sin miedo a medirse con grandes cadenas hoteleras extranjeras.
Su origen tiene que ver también con la construcción de una mejor imagen de México a través de la gran plataforma del turismo.
Atelier de Hoteles busca presumir a un México competitivo, a un México poseedor de grandes talentos -incluso con proyección internacional-, un México que sabe hacer las cosas, y bien, en una industria en la que es un jugador de grandes ligas, gracias a la hospitalidad, a la calidad en el servicio y al profesionalismo de su gente, un México milenario, un México contemporáneo, esa es la manera en que el grupo da golpe a favor de la economía nacional, a favor de la generación de fuentes de empleo, a favor del consumo nacional.
Ahora toca a otros actores participar en sólidas iniciativas pro México más allá de movimientos en redes sociales, más allá de alardes mediáticos.
México requiere una urgente legislación y la implantación de políticas públicas para atraer inversiones al país, requiere las condiciones necesarias que faciliten la apertura de empresas entre los propios mexicanos; México requiere también las condiciones de modelos de negocios y modelos económicos para la generación de empleos, salarios dignos, competitividad, y con ello mover el mecanismo de la economía doméstica.
Será también la ciudadanía otro actor importante en la ecuación para exigir de una buena vez la instalación de esta legislación y políticas públicas a esos servidores públicos, que lo único que han hecho es servirse y con cuchara grande, como históricamente ha ocurrido en Quintana Roo.
Gobierno, Iniciativa Privada y Ciudadanía tendrán que conciliar intereses en pro de México, sí lindo pero no querido por su principal socio comercial.