Existe un dicho popular en México: “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”; es una realidad que entre más experiencias de vida tiene una persona, su capacidad para proponer soluciones se incrementa.
A lo largo de la historia se ha visto a las personas con mayor edad como consejeros naturales de las comunidades. Sin embargo, en este mundo tecnológico que estamos viviendo, se cataloga a la gente adulta como obsoleta. Es verdad que con el mundo digital muchos adultos mayores o no tanto (me incluyo) tenemos menos experiencia para usar las aplicaciones de redes sociales que se ponen de moda, o usar la IA para generar contenidos.
En lo personal no entiendo el afán de todos para hacer pública su vida privada, pero bueno, creo que es parte del problema. Las expectativas o percepciones que tenemos como adultos de cierta edad son diferentes a las de los jóvenes; es normal y es parte de la conformación de la sociedad.
Lo que me preocupa es el análisis de la información que estamos observando, si una persona tiene muchos seguidores se vuelve una voz de razón, aunque sus comentarios sean infundados o incorrectos. ¿Cómo podemos evaluar el contenido publicado en redes? ¿Cómo podemos validar que la información proporcionada sea fidedigna? Lo veo muy difícil, con la edición de videos, cambios de fotografías, filtros y todas las herramientas que existen hoy para falsear la realidad, lo encuentro casi imposible. ¿Que nos queda?… pues el sentido común. Lo malo es que ese sentido es el menos común entre los jóvenes que reciben la información, ahí es donde entra la ‘sabiduría’ de los mayores. Esa gran capacidad que la experiencia nos ha dado para cuestionar, dudar y negar la información. No es fácil, pero por lo general la gente mayor es más escéptica sobre los comentarios emitidos, sobre todo en temas de política y economía.
La tendencia de hoy es la desinformación; salen noticias que se contradicen unas a otras, ¿Cómo combatir? ¿Cómo evitar los sesgos? Imposible si no somos realmente escépticos de lo que se publica. ¿Existen medios sin sesgos que publiquen en redes? No lo creo, todos tenemos agendas. Estoy convencida de que hay periodistas muy objetivos, pero son los menos. Muchos pueden tener opiniones y sus artículos e investigaciones están basados en esa opinión, es ahí donde surgen los sesgos y la era digital nos da a muchos periodistas publicando. Hoy es poco el contenido que existe sólo por informar, ya que todos vendemos algo a alguien. Así que por lo pronto no me pidan que crea en los ‘influencers’ que no aportan nada, o que me una a comunidades que dilapidan ideas o personas; seré obsoleta, pero prefiero ser bien diabla.