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Revista Latitud 21
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Qué mundo convulsionado

por Latitud21 Redacción 30 octubre, 2017

Difícil, muy difícil, me ha resultado encontrar por una parte el título para esta columna, y más aún la temática ante tantos y tantos acontecimientos de todo tipo que nos han sacudido, uno más que el otro.

No acababa de sorprenderme y preocuparme por los embates meteorológicos, que si bien nos tienen acostumbrados en esta época del año no dejan de ser impresionantes y tristes, sobre todo cuando se suceden tan repetidamente como ha ocurrido con los huracanes por el Caribe en este año, cuando en medio del asombro y la frustración nos golpea de nuevo la tierra y la madre naturaleza con dos indescriptibles sismos, por decir lo menos, uno el 7 de septiembre y uno más de características y consecuencias dramáticas, el inolvidable 19 de septiembre, apenas 12 días después y a 32 años exactos de idéntica y fatal catástrofe en nuestro querido México.

Como en aquel año, el pueblo mexicano se volcó en ayuda interminable, solidaria, valiente y desinteresada para ayudar a los más necesitados, para asombrar al mundo con esa única, insoslayable, ejemplar y valerosa actitud de los mexicanos que ante la catástrofe se hacen grandes, enormes, gigantes.

Pensé durante varios días en dedicar una reflexión sobre lo que acontecía y lo que me maravillaba ver la solidaridad a flor de piel por todas partes, pero sin duda hubo tantos y tantos que se me adelantaron, desde el maestro Juan Villoro, quien nos hiciera vibrar con su retórica, hasta los jóvenes y mexicanos aquí y allende las fronteras, que llenaban las redes sociales y las páginas de muy diversas gacetas con sus elocuentes relatos, sus reflexiones, sus mensajes llenos de fuerza y convicción, todos coincidiendo en que MÉXICO, así con mayúsculas, está hecho de gente grande, y que ante las adversidades nuestro corazón es más grande que cualquier huracán o terremoto. Pensamientos de ingenieros, arquitectos, estudiantes, cónsules y embajadores; amas de casa, amigos de cerca y de lejos, todos se prodigaron tanto en las palabras y parabienes que me fueron dejando mudo el habla y la pluma.

Me parecía que unas líneas escritas eran nada, o casi nada, para reconfortar, para sensibilizar, para animar, y sobre todo me parecían tardías ante tantas y tantas muestras de afecto y solidaridad, así como tantas también las pifias, los errores de la política y la falta de sensibilidad de los insufribles gobernantes, que una vez más van dejando a un pueblo entero a la deriva.

Pensé entonces que el tema para expresarme oportunamente sería sobre el único, auténtico, histórico y generalizado reclamo de la población mexicana hacia el financiamiento injusto, excesivo e inmoral hacia los partidos políticos en un momento en el que el país requiere de incontables recursos para la reconstrucción. Histórico lo hace el que millones de firmas se han recabado para validar esta justa petición, e histórica también la oportunidad que tienen frente a sí gobierno y partidos para demostrar que en verdad están para servir; oportunidad única para el impopular gobierno de mostrarse sensible ante un México más necesitado que nunca.

Así que basta, me dije, basta ya de reclamos y sufrimientos que han sido ya mejor relatados con las más elocuentes plumas de este y vergonzosamente también de otros países, y ponte a pensar, escribidor, en nuevas letanías para tus ocho lectores; y en eso estaba, cuando resulta que infelizmente nos siguen alcanzando los sucesos de este convulsionado mundo que nos hacen vibrar, temer y reflexionar nuevamente…

Las Vegas, sin palabras…

¿Qué se puede decir o pensar frente a la locura?, pero no solo la de un psicópata, sino la de un gobierno y un estilo de gobernar que permite la venta y el manejo impune y sin control de armamento de todo tipo; qué se puede pensar frente a un gobierno, o un loco al fin, que pretende construir un muro para evitar la migración, que evade su responsabilidad frente al calentamiento global y el deterioro del lugar en el que vivimos todos; de un insensible que se permite “alertar” a sus compatriotas de no viajar a “lugares inseguros”, cuando en su propia nación hay tantos y tantos enfermos mentales, víctimas de los horrores de las guerras que ellos mismos fabrican, tantos y tantos consumidores de estupefacientes que fomentan el tráfico y distribución, generadores de violencia sin límites. ¿Qué gobierno es ese que mira con ojo crítico al mundo, sin ver lo que ocurre en su propio territorio?

Las Vegas, sin palabras… mis condolencias

Ante la pléyade de acontecimientos, todos tan penosos, en Quintana Roo por lo menos nos queda la enorme tarea y la gran responsabilidad de hacer una muy eficaz promoción de nuestros atractivos, de nuestras bellezas naturales y de nuestra mexicanidad.

Nos toca ser solidarios con todos y demostrar nuestra calidez y reconocida hospitalidad con propios y extraños.

Somos un destino seguro, cálido y atractivo en todos sentidos, tanto para turistas como para inversionistas, y ese debe ser el mensaje.

Somos México también y estamos de pie.

 

Poderoso caballero es don criptodinero

por Latitud21 Redacción 30 octubre, 2017

Pues les cuento, mis queridos lectores, que recientemente he dado un gran paso tecnológico en esa obsesión que traigo por entenderlo todo. Un paso, dicho sea de ídem (de paso), que ni acabo de entender a cabalidad y por lo mismo no podría explicarles cuál será la utilidad práctica que tendrá, en mi caso, aventurarme en estos terrenos desconocidos. Pero me he lanzado temerariamente.

Resulta que en mi Ipad ya pueden ver ustedes la aplicación llamada ‘Jaxx’, que no es otra cosa que una cartera (wallet) digital, en la que a partir de ahora podré manejar lo mismo bitcoins que Ethereum(s), Dash(es), Augur(es), litecoin(s), ZCash(es), Doge(s) y otras varias criptomonedas más.

Así como lo oyen, ‘Jaxx’ es una cartera desarrollada por el equipo de Decentral que puede ser usada en los grandes sistemas operativos disponibles y permite almacenar hasta 10 criptomonedas en un mismo lugar. Con ello el usuario puede tener sus divisas digitales en cualquier lugar. Y es una de muchas opciones para participar activamente en este excitante mundo financiero y tecnológico.

He de confesar que nunca había abordado en este espacio un tema cuya comprensión a detalle me haya resultado tan difícil, por eso los invito a que incursionemos juntos en este fenómeno de las criptomonedas y de los sistemas de blockchain, tan novedosos como disruptivos en el entorno financiero global. Empecemos por mencionar que el bitcoin es la moneda digital (más propiamente conocida como criptomoneda) cuya adopción más extendida como divisa para comerciar ha permitido aumentar su valor. Algunas de sus ventajas son la certidumbre en las transacciones y el pago a través de fronteras. Esta divisa hace posible transferir una cantidad de dinero a otro usuario sin la mediación de una institución financiera.

Bitcoin funciona como una base de datos de firmas electrónicas asociadas a una unidad de valor. Solo existe un número limitado de estas unidades en el mercado que un usuario puede comprar. Al cambiar dinero por estas unidades se establece el tipo de cambio entre la moneda y el bitcoin. El creador del bitcoin, Satoshi Nakamoto, diseñó una ampliación de las firmas electrónicas para hacer una cadena con ellas cada vez que se realiza una transacción. Para realizar una operación, los usuarios unen sus firmas individuales en una sola ‘cadena’. El comprador une su firma privada con la firma pública del vendedor. Los servidores verifican la validez y la solvencia de la transacción con la base de datos de bitcoins.

Las transacciones unen estas firmas a una estampa temporal que les asigna un valor irrepetible. Esta transacción se vuelve un ‘bloque’ de una ‘cadena’ almacenada en el pasado. Esta ‘cadena’ es el historial de transacciones que los usuarios pueden verificar, pero no alterar. A pesar de ser una base de datos pública, como lo dijimos, cada ‘bloque’ es irrepetible. La estabilidad de la divisa se basa en archivos compartidos que todos pueden observar.

Bitcoin ha generado un incentivo para participar en esta red y ser parte de la infraestructura tecnológica que procesa la cadena. La divisa necesita de servidores para operar, por ello algunos usuarios prestan sus computadoras a cambio de un pago en bitcoin.

Bitcoin estabilizó su precio frente al dólar entre 2014 y 2015, pero creció exponencialmente a finales de 2016. El tipo de cambio de un bitcoin representaba 250 dólares en 2015, pero en 2017 un bitcoin representa cuatro mil 379 dólares. Una explicación de la apreciación es el aumento en inversionistas institucionales. Por ejemplo, Japón legalizó las transacciones en bitcoin en abril, mientras que Rusia considera introducir la moneda en su sistema financiero para evitar el lavado de dinero. Sin embargo, esta apreciación no solo se debe al uso extendido, sino a un debate sobre cómo reformar las cadenas para permitir más transacciones. Los compradores han apostado a la estabilidad del mecanismo actual de cadena.

La estabilidad y la apreciación de esta divisa residen en la confianza que genera la irrepetibilidad y verificabilidad de las transacciones más que en la naturaleza electrónica de la divisa. El sistema de blockchain sustituye al tercer partido (el Estado o una institución financiera) que da certidumbre a la transacción por un procedimiento. Bitcoin se sitúa como una alternativa cuando la confianza ciudadana en gobiernos e instituciones financieras disminuyó tras la crisis de 2008. Sin duda, un cúmulo de novedades tecnológicas que parecen amenazar a todas las convenciones anteriores en materia monetaria. Más vale que no quitemos el dedo del renglón para acabar de comprender el fenómeno y sus implicaciones.

La importancia del compromiso 

por Latitud21 Redacción 30 octubre, 2017

“El compromiso individual con un esfuerzo colectivo es lo que hace que un equipo, una empresa o una sociedad funcionen”. – Vince Lombardi.

La relevancia del compromiso dentro de una organización se refleja cuando las personas que la integran tienen una implicación total con la misma. En términos prácticos, significa que se entusiasman con su trabajo, hacen más de lo esperado y, con ello, contribuyen al éxito de la compañía.

Según las encuestas de Scarlett Surveys, “el compromiso es un dato que mide el grado de vinculación emocional positiva o negativa de un empleado en relación con su puesto de trabajo, su jefe, sus compañeros y la empresa, y este compromiso influye profundamente en su voluntad de aprender y mejorar en el trabajo”.

Las personas comprometidas son eficientes, productivas, generosas, ayudan a los demás y generan un clima laboral saludable. A través de su desempeño diario contribuyen a la seguridad, la captación y retención, la satisfacción, permanencia y lealtad de los clientes. Sin embargo, el estudio ‘Gestión del talento, un factor clave para acelerar el desempeño empresarial’, de Right Management, afirma que en el mercado laboral cuatro de cada cinco empleados tienen la intención de buscar empleo en otro lugar.

Frente a esta realidad, es fundamental que las empresas –sin importar el tamaño- empiecen a implementar estrategias que se enfoquen a optimizar el compromiso de los colaboradores.

¿Qué significa para Grupo Argos el compromiso?

Para Grupo Argos, el compromiso es un camino de doble vía entre empresa y trabajador. A la empresa le conviene el compromiso de los colaboradores y a éstos ser convenientemente retribuidos por ello. Más allá de programas superficiales que comienzan cuando la motivación es baja y se detienen a la más ligera mejoría, las empresas tienen que crear entornos apropiados para que el compromiso se produzca a largo plazo.

Nuestro objetivo es que los colaboradores vivan este valor y se vea reflejado en la satisfacción y eficiencia laboral, en la fidelidad a la empresa, y en el hecho de actuar como auténticos embajadores de Grupo Argos.

Las organizaciones comprometidas con su gente normalmente reúnen las siguientes características:

Tienen objetivos claros: los colaboradores conocen lo que se espera de ellos.

Proporcionan esquemas de capacitación, actualización y orientación: los colaboradores tienen las herramientas que necesitan para hacer su trabajo.

Reconocen el esfuerzo de las personas: los colaboradores sienten que pueden lograr las metas y conseguir un impacto en la empresa.

Impulsan una comunicación transparente y colaborativa: los colaboradores confían en la directiva, sus compañeros de trabajo y se sienten seguros.

Son coherentes: los colaboradores saben que la empresa cumple lo que promete.

Beneficios del compromiso

Está probada la relación entre el compromiso de los colaboradores y otros aspectos clave como:

La eficiencia

La productividad

La retención de talento

Es decir, impacta directamente en la rentabilidad de las empresas.

En tanto que los colaboradores deben entender que comprometerse con lo que hacen no es solo por el beneficio de las empresas, sino por ellos mismos también. Su compromiso no tiene que estar casado con la misión de la organización; cuando se dan cuenta que el trabajo es un medio para cumplir la misión individual se vuelven su propia fuente de energía y avanzan sin trabas.

Después de todo, una tercera parte de nuestro tiempo lo pasamos en el trabajo. No debemos malgastarlo.

Apuéstale al compromiso 

Si las empresas quieren compromiso, tienen que invertir en el salario económico y el emocional. Además, es indispensable escuchar en todo momento –y activamente- lo que los colaboradores tienen que decir y adoptar una estrategia para actuar con base en la retroalimentación.

En este momento te puede parecer imposible otorgar aumentos de sueldo, pero no te preocupes, existe la posibilidad de motivar el compromiso a través del salario emocional. Las personas tienden a percibir positivamente todos los extras que la empresa facilita para mejorar su calidad de vida laboral y lo compensan en forma de esfuerzo y compromiso. A veces, hasta resulta más efectivo que ofrecer un mayor salario.

La palabra compromiso proviene del término latino compromissum, que significa un acuerdo entre dos partes; sin embargo, a muchas compañías les da amnesia en ese sentido. Olvidan que no es obligación del colaborador ser partícipe de una relación laboral injusta; en cambio, sí es obligación de los empleadores mantener a las personas felices y productivas. ¿Qué acciones positivas realizan en tu empresa para generar compromiso?

¿Cantidad o calidad?

por Latitud21 Redacción 30 octubre, 2017

Hace unas semanas el equipo de Sustentur estuvo participando en uno de los eventos de turismo sustentable más importantes de Latinoamérica: la Conferencia Planeta, Personas, Paz (P3) en Costa Rica, uno de los países líderes en este tema.

En uno de los paneles se discutía uno de los temas más relevantes en este momento en el mundo: ¿necesitamos más turistas o necesitamos mejores turistas? En las exposiciones escuchamos cómo Islandia se ha vuelto un destino famoso por sus paisajes, e incluso porque ahí se ha filmado la famosa serie Game of Thrones, pero ha aumentado el número de turistas hasta volverse compleja la gestión y la infraestructura para atenderlos, y situaciones similares suceden en hotspots turísticos como Torres del Paine en Chile, en las Islas Galápagos en Ecuador y en algunas zonas de Costa Rica.

Entonces, ¿deseamos calidad o cantidad?

En realidad es una pregunta difícil de responder. Yo creo que ningún administrador de destinos o de empresas turísticas está peleado con el concepto de recibir visitantes que gasten más, se hospeden más tiempo, hagan más actividades en sitios turísticos y que sean más conscientes durante su viaje, es decir, no estamos peleados con la calidad.

Pero tener un turista de calidad va más allá de solo desearlo: necesitamos conocerlo, atraerlo, cumplir sus expectativas y hacerlo que pase una experiencia a la altura de sus necesidades, y ahí es donde tenemos retos importantes en nuestros destinos turísticos. Hay que preguntarnos, ¿qué tipo de turistas queremos? Pero también, ¿qué tipo de turistas podemos?

¿Estamos realmente preparados para atraer a este turista? ¿Tenemos la conectividad, los servicios, la calidad y sustentabilidad que buscan?

En el tema de la cantidad hay consideraciones de madurez de los destinos y posicionamiento de los mismos. Si en la zona norte de Quintana Roo hacemos la pregunta, tal vez la cantidad no sea un problema porque los flujos que recibimos permiten tener una economía boyante, y la estrategia debe ser aumentar gasto y estancia.

Pero en el centro y sur del estado sí se requiere cantidad, aumentar los flujos y trabajar para ello. Pero ojo, querer cantidad siempre debe ir relacionado con buscar turistas de calidad; desde mi punto de vista, el centro y sur no pueden ni deben crecer como el norte.

No porque no puedan, porque hay estrategias para subir de forma importante el flujo, más bien porque no es lo que buscan los turistas de calidad y los destinos de calidad hoy.

¿Más turistas para el centro y sur? Sí. ¿Cuántos más? Hay que evaluarlo en función de sus capacidades y del posicionamiento y visión de los destinos en el mediano y largo plazo, proceso que se hace muy poco y que, antes de tomar decisiones, debería generarse.

Porque crecer por crecer, sin una visión alineada a lo que hoy busca el turista y por lo que están apostando los destinos, es condenarnos a un rotundo fracaso. Hay tarea que hacer.

*Director general de Sustentur, con más de 15 años de experiencia en el diseño de estrategias de turismo sustentable para destinos, empresas y organizaciones en México y Latinoamérica.

En la 21 y otras latitudes Octubre

por Redacción 2 octubre, 2017

Los inconformes

Y finalmente ocurrió. Los acuerdos entre la plataforma Airbnb y autoridades en diversos destinos, entre ellos Quintana Roo -en donde se dispone de unas 12 mil propiedades en renta-, se realizan de manera acelerada. Recientemente la compañía y los gobiernos de la región del Caribe firmaron más de 10 convenios colaborativos y de recaudación. ¡Bien!

En materia de pago de impuestos, en la zona del Caribe ya hay convenios con autoridades de las Islas Vírgenes, Puerto Rico y Quintana Roo; en este último el acuerdo fue pagar al estado el impuesto al hospedaje (tres por ciento), tal como lo hace la hotelería organizada, que si bien es un avance, al menos en el Caribe mexicano el empresariado del ramo aún no está completamente conforme, ya que afirman sigue siendo una competencia desleal que los afecta directamente, tanto a ellos como a otros sectores de la economía local.

Pero, ¿por qué la inconformidad? Vayamos por partes. Primero que nada, el sector hotelero y otros empresarios siguen considerando que no están en igualdad de circunstancias, ya que el impuesto al hospedaje no es el único que pagan, hay otros como uso de suelo, licencia de funcionamiento y más, que ellos deben tributar y que no se contemplaron en el acuerdo con Airbnb.

Otra cuestión es que ya se empiezan a sentir las afectaciones por la operación de la plataforma, con una baja en el índice de ocupación hotelera, y aunque hasta ahora no es muy grande saben que esto cambiará con el paso del tiempo, según sea el posicionamiento de este modelo de hospedaje. Así es que el sentimiento de inconformidad sigue latente, por lo que seguramente esto seguirá dando mucho de qué hablar, ni duda cabe.

Renovarse o morir

Nunca es más cierta esta máxima en lo que a destinos turísticos atañe, ya que para seguir vigentes es necesario innovar, esto a través de novedosas ofertas en cuanto a productos y servicios se refiere. El Caribe mexicano es punta de lanza en cuanto a innovación de productos para el visitante, al contar con atractivos como las más hermosas playas del país, parques ecoturísticos, cenotes, zonas arqueológicas y una vasta oferta hotelera que se acerca a las 100 mil habitaciones, para todos los gustos y necesidades.

En el tema de innovaciones tenemos el anuncio del proyecto por parte de la empresa Izzzleep de construir el primer hotel cápsula en el Aeropuerto Internacional de Cancún, para lo cual se invertirán cinco millones de pesos. Tentativamente se planea ubicarlo entre las terminales 2 y 3 de la central aérea, y su construcción iniciará a principios de 2018.

Este concepto, que se originó en Japón, consiste en pequeñas cápsulas-dormitorio para una sola persona, las cuales serán de gran utilidad para los pasajeros que deben esperar mucho tiempo su conexión cuando están en tránsito en el aeropuerto. La idea es buena, siempre y cuando el huésped no padezca de claustrofobia, ¿no creen?

Otra novedad en hotelería es el concepto denominado Awakening, el cual ya empezó a desarrollarse con una inversión de 2.7 mdd en un predio de 2.8 hectáreas en la laguna Nopalitos, en donde se contará con 20 habitaciones en forma de capullos, en plena armonía con la naturaleza. El objetivo de este innovador proyecto es dar felicidad a sus huéspedes, lo que no parece difícil en un lugar de ensueño como el que se planea empiece a operar en diciembre de 2018. Lo dicho, hay que renovarse.

¿Y la magia?

De última hora nos enteramos que la cuarta Feria Nacional de Pueblos Mágicos a realizarse en Monterrey fue pospuesta hasta nuevo aviso, por respeto a los afectados por el sismo del 19 de septiembre. En dicho evento se reunirían representantes de los 111 destinos que ostentan esa certificación otorgada por la Secretaría de Turismo.

Ojalá que pronto se retome este evento, en el que se discutirán temas relacionados a la preservación de los destinos con esa denominación, que es parte del proyecto que nace a partir de 2001 como una estrategia de innovación y diversificación de la oferta turística de México. Se trata de localidades con atributos simbólicos, leyendas, historias y hechos trascendentes, es decir, un lugar único que irradia magia.

En el Caribe mexicano se cuenta con tres destinos con esa denominación: Bacalar, Isla Mujeres y Tulum, en donde pese a tener el distintivo pocas cosas han cambiado. La falta de servicios es evidente y poco tienen de mágicos. Más aún, Bacalar estuvo a punto de perder dicho nombramiento al no cumplir con los requisitos que exige la Sectur, algunos tan básicos como la limpieza del lugar, seguridad y el cuidado del medio ambiente.

También se han hecho intentos por incluir a la isla de Holbox en la lista de pueblos mágicos, lo cual no prosperó, y con toda razón. Lo que antaño fue una encantadora villa de pescadores limpia y con una belleza especial, es hoy un destino saturado de turistas –más de los que puede soportar-, con calles que son una verdadera desgracia, con ‘cráteres’ por doquier y escombros de construcciones que no ayudan en nada a la imagen de ese destino caribeño, aunado a su basurero a cielo abierto y la carencia de otros servicios básicos, como drenaje y una planta de tratamiento de aguas residuales.

Esperemos que ahora sí, pero de verdad, se tomen acuerdos para mejorar los pueblos mágicos de Quintana Roo, porque indudablemente urge un cambio radical para devolver su belleza y encanto a esos destinos.

Recurso renovable

No cabe duda que es muy cierto lo que más de un economista y los que saben de esos menesteres han dicho infinidad de veces, que México debe apostarle al turismo y no al petróleo, que dicho sea de paso es un recurso que tarde o temprano se va a agotar o dejará de ser nuestro. Eso ocurrirá más pronto de lo que pensamos, aunque el gobierno federal diga lo contrario.

En cuanto al turismo como aportador de divisas, basta ver el reporte de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que da cuenta de un crecimiento de seis por ciento, en comparación con el año anterior, en el número de viajeros internacionales (598 millones) que recibieron en conjunto todos los destinos del mundo en el primer semestre de 2017, lo que convierte a ese periodo en el mejor desde 2010.

Según la OMT el crecimiento fue mayor en Oriente Medio (+9%), Europa (+8%) y África (+8%), seguidas de Asia y el Pacífico (+6%) y las Américas (+3%).

En cuanto a la zona del Caribe, la Secretaría de Turismo (Sectur) destaca que el crecimiento en comparación con el primer semestre de 2016 fue de cuatro por ciento, en donde México tuvo una buena participación con un alza de siete por ciento, consigna.

Con respecto al Caribe mexicano, en el periodo que nos ocupa tan solo el Aeropuerto Internacional de Cancún tuvo un incremento de 11.6% en el número de pasajero, sin contar con que durante la temporada de verano  recibió 2.3 millones de turistas, nacionales y extranjeros.

Aunque hubo una actualización de la Alerta de Viaje por parte de Estados Unidos, que incluyó a esta zona, según las autoridades estatales esta no afectó la afluencia. Cierto o no, la bonanza turística es un hecho en México, aunque podría perderse si no se implementan acciones contundentes para garantizar la seguridad, tanto de visitantes como de la población.

¿Hasta cuándo?

Y sigue la mata dando. Una vez más Cancún se ve envuelto en un hecho de sangre por demás doloroso y preocupante. Lo sucedido hace algunas semanas en la Gran Plaza  enciende nuevamente las alarmas, mientras que las autoridades se empeñan en minimizar los hechos en aras de no afectar la imagen del destino.

El caso es que la inseguridad sigue creciendo en el estado, y si bien es cierto que en este hecho no hubo turistas afectados, el pánico que se registró entre los cientos de familias que disfrutaban de una tarde de sábado nos hace levantar la voz de manera enérgica para exigir acciones que realmente garanticen la seguridad tanto de turistas como de la ciudadanía.

Hace algunos meses, Enrique de la Madrid, titular de la Secretaría de Turismo (Sectur), afirmó que ya estaba “aterrizando” un plan con varias instancias, para presentarlo a gobiernos estatales y municipales, con el fin de llegar a acuerdos que deriven en acciones concretas en materia de seguridad para destinos turísticos. En aquella ocasión aseveró que les llevaría de dos a tres semanas empezar a detonarlos. De eso hace ya más de tres meses, y seguimos esperando…

Es triste ver cómo Cancún se está convirtiendo en otro Acapulco; es triste ver cómo se le menciona ya en las alertas de viaje de más de un país y más triste es ver cómo las autoridades se empeñan en tratar de tapar el sol con un dedo al afirmar que no ha habido afectaciones hacia los turistas y que estos siguen viniendo en igual volumen, cuando tan solo American Airlines Vacations declaró que tras la actualización de la alerta, el boletaje hacia este destino bajó 25%. ¿Hasta cuándo se pondrán las pilas los tres niveles de gobierno para remediar esta situación? De seguir esta situación van a terminar matando a la gallina de los huevos de oro. Triste pero cierto.

Viaja, disfruta, respeta

por Latitud21 Redacción 2 octubre, 2017

Con este lema la Organización Mundial del Turismo (OMT) lanzó, en septiembre de este año, la campaña en medios relacionada al Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo, declarado así por la Organización de las Naciones Unidas para 2017.

La campaña, basada en información para que nosotros como turistas hagamos viajes más responsables, se centra en cinco consejos prácticos que todos debemos seguir como viajeros: 1) valorar a los anfitriones y nuestro patrimonio común; 2) proteger nuestro planeta; 3) apoyar la economía local; 4) informarse bien; 5) ser un viajero responsable.

Nada difícil, ¿cierto? Y es que, con más de mil 200 millones de viajeros internacionales a nivel global, y un estimado de entre cinco mil y seis mil  millones de viajes de personas al interior de sus propios países, es necesario hacer que nuestros turistas se conviertan en un motor de cambio.

Porque es claro que el trabajo a nivel de política pública y de destino, a nivel de leyes y programas, a nivel de empresas y organizaciones no alcanza si nuestro consumidor no es concientizado y educado acerca no solo de sus impactos sino de las inmensas posibilidades que hay de que su viaje genere beneficios al sitio que visita y, por supuesto, a la población residente.

La gran pregunta que debemos hacernos todos los integrantes de la cadena de distribución del turismo es si estamos dando pasos firmes en apostar por un turista responsable, tanto a nivel internacional como nacional y local. ¿Hacemos lo suficiente?

Desde mi punto de vista, no. Conozco muchos esfuerzos de empresas y destinos que están apostando seriamente a la sustentabilidad: mejorando sus prácticas, invirtiendo en tecnologías alternativas, generando alianzas con organizaciones y proyectos locales, protegiendo la biodiversidad, pero hay muy pocas campañas de empresas y destinos que están apostando a informar al turista y a convertirlo en un agente de cambio.

¿Se imaginan el impacto que genera en Quintana Roo la visita de 10 millones de turistas y cuatro millones de cruceristas? Seguramente sí. Ahora imaginemos todo lo que podemos hacer con estos 14 millones de visitantes que eligen nuestros destinos anualmente.

Desde hacerles saber que visitan un sitio biodiverso (que estoy seguro que pocos lo saben), incorporarlos en campañas locales de beneficio local, vincularlos para la compra de artesanías de manos mayas, involucrarlos en proyectos de reforestación tanto de selvas como de corales, hacerlos, pues, parte de los esfuerzos que llevamos a cabo todos en el destino.

Necesitamos que la promoción turística siga con su gran labor, pero también abrir una línea de comunicación de la sustentabilidad hacia nuestros turistas, como ya lo hacen empresas y destinos líderes a nivel global. Por supuesto que ha habido esfuerzos, pero hace falta una estrategia central para alinearlos.

Sigamos trabajando en ello, y en el inter hagámonos la siguiente pregunta: Nosotros, al viajar, ¿estamos siendo turistas responsables?

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