El Tianguis Turístico de México en Guadalajara sin duda fue un acierto. Hermosa y bien preparada ciudad para recibir eventos de esta magnitud, con suficiente y calificada oferta hotelera y un Centro de Convenciones, una gran expo a la altura. Honestamente creo que deberían dejar al Tianguis en Guadalajara, mientras no haya sedes con instalaciones dignas para albergarlo.
En Cancún hay conectividad de primer mundo y la mejor hotelería de México por mucho, pero no hay instalaciones adecuadas. Cuando se realizó en este centro turístico del Caribe se llevó a cabo en unas bodegas y la logística fue tan mala que daba, como decimos los mexicanos, “pena ajena”… aunque bueno, en este caso era propia.
Puebla y Mérida tienen enormes y bien equipados Centros de Convenciones y Exposiciones, pero carecen de hotelería suficiente y de transportación pública para albergar grandes eventos.
En fin, si no quisieran inventar y experimentar cada año deberían dejarlo en una sola sede con capacidad demostrada, y en este caso Guadalajara cumplió a cabalidad. De Acapulco mejor ni hablamos.
De logística y protocolo, la verdad es que ya resulta penoso estar siempre quejándonos y aparecer como que nada nos gusta, pero no puedo entender cómo se siguen cometiendo los mismos errores, y al parecer la crítica constructiva no les importa en lo más mínimo. El día inaugural del tianguis sigue siendo un desastre que cuesta muchísimo dinero a propios y extraños y resulta inevitablemente en un día perdido. No importan los mayoristas, los clientes, el tiempo de espera y las grandes inversiones en montaje, decoración y alojamientos, parece que lo único que importa es agradar al Sr. Presidente de la República, y honestamente me sigo preguntando: ¿Cuál es el propósito de ello?
El primer día del tianguis, día de negocios perdido, no es un día para el turismo ni para los negocios, es sin más “el día del presidente”… Es verdaderamente vergonzoso.
Por si fuera poco, los anuncios que se hacen tampoco están a la altura de los que México como potencia turística merece y necesita, ni tampoco del enorme gasto que los empresarios realizan para estar ahí con entusiasmo desde el primer día.
Supondría inocentemente quien esto escribe, que aprovechando que queremos mover a México y que en el Tianguis Turístico están los empresarios e inversionistas más importantes del país en la materia, se podrían anunciar iniciativas de fomento a la inversión para el negocio turístico, o el lanzamiento de proyectos de infraestructura de gran envergadura, o mejoras sustanciales en los esquemas y presupuestos de promoción institucional, que tanta falta hacen; podrían impulsarse también proyectos de mejora en los sistemas de internación al país, inversiones en Migración y Aduana o grandes adelantos en tecnología y mejora regulatoria en beneficio de la industria turística, entre muchos otros. Pero no, resulta que se anunció desafortunadamente un simple, llano y escueto programa de Turismo Social, que es lo que menos se necesita turísticamente en el país.
¿Será que el Señor Presidente no tiene asesores y todo se le ocurre a él solito? Todo hace suponer que sí…
Turismo Social o de beneficio para que todos viajen por México ya lo hacen muchas empresas con seriedad y algunas también con gran sentido de responsabilidad social.
Diversas agencias de viajes en línea y centros de reservaciones, los llamados call centers, ya cuentan con esquemas de pagos a meses sin intereses y la posibilidad de efectuar pagos en tiendas de conveniencia, entre otras bondades para hacer asequibles y accesibles los viajes a todos los públicos.
Empresas como Experiencias Xcaret atiende desde hace años a grupos de escolares de instituciones públicas y cuenta con programas educativos para todas las edades.
Magnicharter se especializa desde hace años en el turismo nacional con precios y paquetes para todos los sectores del gran público mexicano, y desde luego no se puede dejar de mencionar a las líneas aéreas de bajo costo que han proliferado y acercado los viajes a toda la gente.
En suma, la industria turística mexicana no necesita un programa de Turismo Social y mucho menos se espera que sea ese el gran anuncio, la gran apuesta del gobierno mexicano para impulsar a este sector.
Hay incontables segmentos por los cuales apostar, y muchísimas oportunidades de desarrollo para consolidar a México como una verdadera potencia turística y crecer no solo en número de llegadas sino en derrama económica y niveles de gasto de nuestros turistas.
Lo que me preocupa de estos anuncios y que comparto con mis ocho lectores, es constatar que siguen sin darse cuenta de qué se trata el turismo, la verdad no se enteran…