Chantaje al más alto nivel

por ahernandez@latitud21.com.mx
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  • Arturo Medina Galindo
  • Periodista, Director NITU.mx • arturo@nitu.mx
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El l director de Fonatur, Rogelio Jiménez Pons, cayó en la trampa de seguir el juego de quien por un capricho no quiere que se construya un hotel al lado del suyo. Me refiero al Hotel Nizuc, cuyo propietario, Antonio Cosío, es feliz con su proyecto de hotel exclusivo, que además es fantástico; ha intentado por todos los medios posibles y hasta los imposibles que se detenga la construcción del RIU en Punta Nizuc.

Lo más reciente en sus esfuerzos es aprovechar su amistad con Rogelio Jiménez Pons, para que le ayude a detener a los “depredadores”; el director de Fonatur, funcionario de tiempo completo y muy comprometido con sus encomiendas, sereno al hablar y bien preparado, lo primero que dijo es que de ninguna manera se construiría, así de entrada.

El problema es que, aunque Fonatur da mantenimiento a la Zona Hotelera y opera las plantas de tratamiento de aguas residuales, no tiene injerencia en usos de suelo y manifestaciones de impacto ambiental; aun así, se aventó a decir “no va”.

La cadena RIU ha ganado toda denuncia legal interpuesta por ambientalistas involucrados, por la sencilla razón que cumplen con la ley; y como hasta ahí va la cosa, lo siguiente fue el chantaje: si se construye, Fonatur se va de Cancún.

¿Qué le da Fonatur a Cancún? Al menos 120 millones de pesos de gasto corriente, que no son despreciables; recuerdo algún intento de quitarse el compromiso en la época de Rafael Lara, parecía un movimiento natural, como cuando un fraccionamiento se municipaliza, pero Lara Lara dijo “alto”, no podemos asumir la responsabilidad del mantenimiento porque Cancún no tiene suficientes recursos, rechazamos la entrega.

Como Jiménez Pons no quiso que pareciera personal, subió al ring al Grand Island, un proyecto sobrepasado en una zona frágil, que dos veces echaron para atrás diferentes proyectos y que de pronto fue anunciado con bombo y platillo en “La mañanera”.

Donde no cuadra el chantaje, es que asegura que no hay capacidad en las plantas de tratamiento para dar servicio a estos proyectos, y sin embargo nada menciona de otros tres en construcción, igual o más grandes que el RIU: uno a punto de abrir en Playa Langosta y otros dos en cimientos. Tampoco cuadra el hecho de que este reportero sabe de cierto, que RIU aportaría70 millones de pesos para hacer los ajustes necesarios a la planta de tratamiento para que pudiera dar servicio no sólo a RIU, sino hasta 10 veces más.

¿Qué pasó con ese acuerdo? No lo sé, ya pasaron al menos 5 años de que se ofreció y se aceptó, pero ahora son diferentes administraciones y quizá las nuevas no piensan igual, o se niegan para tener de dónde agarrarse para una negativa.

Esperemos que todo termine como debe, y que el Nizuc y el RIU puedan convivir sin problema, y que Rogelio Jiménez continúe con su muy complicada labor de aterrizar el Tren Maya. Por cierto, tiene una gran relación con la presidenta municipal, Mara Lezama, tanto que en la toma de protesta de su segundo periodo, Jiménez Pons fue quizá el funcionario que en más ocasiones fue mencionado. La realidad es que está muy cerca de Cancún; que sea por muchos años.