Los grandes aprendizajes son aquellos que más nos confrontan con nosotros mismos.
Estoy convencido de que todo pasa para aprender… Es definitivo que hay aprendizajes duros o difíciles, pero en razón de ser, siempre traen consigo una enseñanza y mientras más duro y difícil sea la clase, el resultado de conocer y trascender es mucho mejor.
Transitar de una puerta que se cierra a otra que se está abriendo puede tener un alto grado de incertidumbre, pero si te aferras a tu fe y pones en tus pensamientos que todo lo que te acontece es para un mejor momento, pues te permite fluir con el universo y así es como se hace la magia…
Si Dios te está quitando algo ¡CONFÍA! Él sabe qué y quiénes ya no deben estar en tu historia y quiénes son los que ahora llegarán.
¿Qué aprendí de esta gran lección? Que tengo la gran capacidad de no subirme a un ring que no quiero, de no caer en la tentación de mi ego de enojarme y dejarme llevar por emociones negativas… De mantenerme firme en mi caballerosidad, incluso cuando se tuvieron que unir más de tres personas para querer incomodarme y denostarme.
A esas personas les deseo lo mejor y lamento que sea yo quien les haga ver sus lados más oscuros, pero no es mi responsabilidad que no sepan manejarlos y se dejen llevar por malas energías.
A quienes me abrazaron, a esos gracias… a quienes me apoyaron, ¡aquí estoy para ustedes! Y a quienes sólo observaron, pues igual un abrazo.
Lección aprendida: No puedes sembrar pepinos y pedir que salgan rosas, no puedes querer intervenir en la vida de los demás. Y sobre todo que Si es posible mantenerse firme en la caballerosidad y también se puede decidir abstenerse de hacer juicios y respetar cómo se comportan las demás personas, incluso cuando a nosotros no nos guste… Trabajemos en nosotros para trascender y seamos valientes para reconocernos.
Gracias y nos vemos para la próxima.