El sabor más natural

por ahernandez@latitud21.com.mx

El amor por la naturaleza y sus frutos se transforma en deliciosas mantequillas gracias al emprendimiento de una mujer quintanarroense que promueve un consumo que retorna a los sabores de origen

Sin la idea de generar un negocio, sino aprender las riquezas y beneficios que aportan las plantas, una joven hizo maletas en Quintana Roo y emprendió una travesía en el Amazonas peruano; esa aventura, la llevó a pasar largas temporadas durante casi una década absorbiendo todo el saber de maestros curanderos en medio de la selva. Sin embargo, ahí fue donde Carolina del Pino Yeladaqui profundizó las raíces de su amor por la naturaleza y sentó las bases de lo que hoy es un emprendimiento próspero: Natural Loving.

Ofrece mantequillas, mermeladas y conservas hechas a base de mucha tradición, no contienen químicos ni nada que altere el sabor de las frutas. Además, complementa la propuesta con pan totalmente casero.

Del corazón de la selva

Comenta que siempre estuvo atraída por los secretos de la naturaleza y el aporte a la salud y bienestar a través de plantas. 

“Me incliné a ello porque se me hace un mundo fascinante; en el Amazonas en Perú conocí a personas que curaban a través de las plantas, era como si fueras a un hospital en la selva; me maravillé al ver cómo las personas recuperaban la salud y quise aprender más”, recuerda.

Agrega que como parte de esos estudios, retiró de su alimentación ciertos alimentos, incluyendo la sal y azúcar, porque se requería reconectar con los sabores y aromas originales de las especies.

A su regreso, en México también conoció maestros que le enseñaron más de las bondades de las plantas. 

Tiempo después, durante un viaje a Canadá, una nueva oportunidad se abrió para ella. “Iba a Vancouver, pero por azares del destino terminé en Quebec, ahí conocí a una señora que hacía conservas y mantequillas, me quedé aprendiendo con ella en su pequeña granja; me enseñaron la metodología casera, antigua, nada industrial”. 

Recuerda que lo primero que le dieron para trabajar fue dos cajas de manzanas; después siguió con frutos rojos; “fueron las primeras mantequillas que elaboré y el resultado me encantó”. 

Toque mexicano

A su regreso a México, naturalmente puso en práctica todo lo aprendido, pero no sólo con manzanas y frutos rojos, también con productos de la región. “Empecé con mango, piña, guayaba, con todas las que podía, hasta seleccionar con cuáles me quedaría y darle un toque más mexicano”. 

Enamorada de los sabores y aromas que la península de Yucatán nos regala, hizo unas recetas con un toque más regional, incorporando el chile habanero, para aprovechar la producción local. 

“Ocupo piñas de Pedro Santos y chile habanero de Carrillo Puerto. Quiero darle un toque de aquí, de la región”. 

Se diferencia de otros productos porque todo es artesanal; “trato de buscar el punto justo de su madurez en el que las frutas aportan su máximo sabor delicioso y conservarlo, para elaborar todo con su misma azúcar y usar endulzante lo menos posible”. 

Variedad y distribución

Actualmente ofrece mantequillas dulces de guayaba, mango, piña, frutos rojos, blueberry y manzana; y con chile habanero tiene mango y piña.

“Les llamo mantequilla porque la consistencia no es como la mermelada, no tiene los trocitos de fruta clásicos, es muy diferente; ¡pero deliciosa!”.

Las conservas son de nopales y “perfume de habanero”, un curtido de verduras al que le coloca un chile con huequitos para que perfume las verduras, sin tener un picor intenso. 

Las vende a través de la página de Instagram y dos puntos de venta en negocios de Cancún en la avenida Huayacán. 

Además, elabora pan 100 por ciento artesanal, con harinas de almendras y calabaza italiana. “Todo lo hago por separado, personalizado, al gusto del cliente, algunos piden con Stevia, otros con fruto del monje y otros con la tradicional azúcar morena”.

El mismo proceso es con las mantequillas, “al ser personalizado es más tardado, pero lo hago con mucho cariño y pasión”, destaca.

Producción 

Todo el proceso corre a cargo de Carolina, desde la selección de las frutas, la preparación, empacado al vacío, promoción y venta. 

Las que más le piden son de blueberry y frutos rojos. Son las que más produce, cada dos semanas hace de mango y de habanero.

“Tengo la fortuna de que cada vez hay más personas que compran; a mis amigos les encanta y su promoción de boca en boca es magnífica”. 

En promedio vende 20 frascos a la semana, en presentación de 125 ml.

El costo es de 100 pesos en promedio, aunque las de frutos rojos y blueberry son de 150 pesos, pues la fruta es más cara y rinde menos.