“Ningún conflicto que enfrenta una población puede ser pequeño, y esto debe ser la premisa con la que se llega a gobernar…”
Por Juan Sosa
Periodista titular de Lo Tenemos Claro
Twitter: @LOTECL777
En el Quintana Roo de hoy, se vive en un contexto social donde los electores cada vez son más exigentes y las campañas políticas muchas veces no logran conectar con la voluntad popular y traducir en propuestas reales lo que la población requiere. Esto se traduce en descontento ciudadano hacia la política y los políticos: apatía, incertidumbre y desconfianza de que las cosas vayan a cambiar.
En Solidaridad, Lili Campos, presidenta municipal, le apuesta a la COMUNICACIÓN POLÍTICA que se desarrolla en sus acciones del trabajo público y que tiene una amplia difusión diaria; el resultado es un posicionamiento notable en la preferencia de la ciudadanía. Ha logrado capitalizar la necesidad de la población en torno a humanizar y ciudadanizar la política, al interior de su equipo de colaboradores. Por consecuencia, se construye un gobierno pedagógico, con las deficiencias humanas de cualquier administración pública.
No me queda la menor duda que al haber autoridades que den soluciones reales, estas serán mejor juzgadas y valoradas que aquellos que quieran sacar réditos personales. Dicho de otra manera, la población quiere gobernantes presentes, cercanos, que escuchen y que entiendan a la gente de forma real, no como proselitismo político.
Por lo cual, quiero recordar que se necesita de ciudadanos activos, que observen, analicen, exijan, cuestionen. Sin este binomio, seguiremos con gobiernos incapaces o inexpertos, superados por la realidad o desinteresados totalmente de ella. En ese marco, no importará por cuántas supuestas soluciones votemos; las cosas simplemente no van a cambiar.
Sin duda alguna, es tiempo de reflexionar sobre cómo elegimos y qué exigimos a nuestros gobernantes. Ya he reiterado en otras ocasiones la importancia de involucrarnos en la política, más allá de criticar todo aquello que no concuerda con nuestra manera de observar el mundo. No podemos seguir yendo a las urnas con la idea de que votamos en un concurso de popularidad o de cofradía: votar por quien ya conocemos o el que forma parte de nuestro partido, es irresponsable.
NOS LEEMOS EN LA PRÓXIMA…