La silla que enloquece

por ahernandez@latitud21.com.mx
  • Mirada empresarial
  • Inna German Gómez
  • Empresaria
  • @Innagg

Bien dijo Emiliano Zapata en 1914, cuando le ofrecieron sentarse en la supuesta silla de Porfirio Díaz, que no lo haría porque la silla estaba maldita y volvía locos a quienes se sentaban en ella.   

Existen esas sillas malditas en todos los países del mundo y han existido siempre desde que la humanidad empezó a nombrar o ‘usar’:  jefe de tribu, rey, emperador, imam, shogun, führer, presidente, general, líder revolucionario, gobernador, dictador, jeque, primer ministro o cualquier otro nombre para designar a esa única persona que ostenta el poder.

Vamos a revisar algunas figuras en la historia que han enloquecido por culpa de esa silla; iniciemos por Adolf Hitler, que llevó a todo un país a odiar a un grupo religioso minoritario y empezó una cruenta guerra por ganar más territorio; no quiso parar, hasta que fue demasiado tarde, dejando una Alemania dividida y disminuida. 

Imaginen a un joven Joseph Stalin diciendo que como dictador provocaría una hambruna que mató principalmente a la gente trabajadora a la cual defendía tanto, o que él mismo ordenará la muerte o encarcelamiento de 700,000 personas por ser enemigos de la clase trabajadora, todo por permanecer en esa silla. Estoy segura de que les hubiera aventado el libro de Marx a la cabeza y les llamaría dementes. 

No imagino a un Fidel Castro en sus tiempos de revolucionario soñar con una Cuba destruida, sin progreso. Pero en su afán de mantenerse en esa silla, y obvio sus metas, encontró un culpable y perdió la brújula. 

¿Qué me dicen de Evo Morales?, gran activista, en su primer año como presidente logró elevar a Bolivia, demostró que varias de sus ideas económicas podrían funcionar, pero luego sólo pensó en cómo quedarse en la silla. Hasta tuvo que huir de su país, al que tanto decía amar. 

O un Hugo Chávez que su amor por la silla lo llevó a perder a tantos ciudadanos, emigrando de un país sin recursos y con múltiples carencias. 

Pero seguimos teniendo tantos casos de esta locura, para aquellos que duden de su existencia: Francisco Franco, que duró 40 años en el poder, y eso que estaba en contra de las monarquías vitalicias. Benito Mussolini, 23 años de proclamarse el Duce y entre sus planes convertirse en emperador, aduciendo que los romanos eran los herederos del mundo. Augusto Pinochet, chileno, 20 años en el poder, 200,000 mil ejecutados. Hosni Mubarak, en Egipto, 30 años en la silla. Mao Tse-Tung, el gran dictador chino, una de sus frases favoritas fue “Tenemos el deber de ser responsables ante el pueblo”, y sin embargo su responsabilidad fue de 70 millones de muertes, entre las hambrunas y las persecuciones políticas.

Terminando este recorrido, podremos decir que Zapata tenía razón al visualizar el PODER ejemplificado en una silla, como el precursor de la locura. 

Ahora, lo que siempre seguirá siendo un misterio para mí, es por qué UNA persona, obviamente con su grupo de apoyo, controló tantos años a cientos de ciudadanos. ¿Cómo UNA persona llevó a toda una nación a guerras, hambre, control y decadencia?. No sé… ¿O será que la locura es colectiva?  

Inna German Gómez
  • Mirada empresarial
  • Empresaria
  • @Innagg