La tormenta perfecta

por Redacción

Para los que gustamos de la lectura de revistas y noticias en el ámbito de negocios y finanzas, el inicio del 2016 no ha producido más que incertidumbre y desazón en México y el mundo.

Empecemos con la debacle del peso mexicano, que en los primeros 25 días del mes llevaba una depreciación del 6.14%, solo superado por un 6.26% de la depreciación acumulada en el mismo período por la moneda rusa, el rublo.

Continuemos con la caída de los precios del petróleo, en la que el barril del petróleo en México superó la barrera sicológica de los 20 dólares hacia abajo, por primera vez en casi 13 años, al exceder la oferta mundial que ahora suma la de Irán, aunado a la caída de la demanda de los países industrializados como China, Rusia, India y USA.

Finalmente, las bolsas de valores del mundo oriental y occidental colapsan con espectaculares pérdidas, de Shanghái a Nueva York y de París hasta Río de Janeiro por un tema de desconfianza en todo y en todos, excepto en la moneda estadounidense.

Sin considerar al mundo al borde de un colapso financiero como el vivido en el otoño de 2008, parece sin embargo que el año 2016 será de grandes retos y pronunciados vaivenes, como las más modernas montañas rusas.

La gran pregunta que nos debemos hacer es ¿Qué tanto estamos preparados para esto? y ¿Cómo impactan entonces estas circunstancias mundiales a nuestro micromundo llamado Cancún? En mi muy humilde opinión, aun y cuando Cancún ha demostrado verse favorecido y protegido ante tormentas económicas y financieras como la que estamos viviendo al inicio del 2016, no podemos considerar que el destino esté ajeno a esta tormenta perfecta.

Evidentemente, los mercados brasileño y ruso, que habían encontrado en Cancún un destino preferido para vacacionar, han caído hasta en un 70% de lo que llegaron a ser. La moneda canadiense y el euro se encuentran muy depreciados también frente al súper dólar, por lo que ambos mercados estarán deprimidos aun y cuando sus economías no lo estén, y por supuesto el mercado nacional buscará de nuevo oportunidades de esparcimiento en destinos donde el dólar no sea el referente del precio en los bienes y servicios.

¿Qué origina entonces estos vaivenes?

En este caso, la tormenta perfecta no es resultado del calentamiento global ni mucho menos, sino por un tema de CONFIANZA. La falta de confianza hace inclusive dudar en los inversionistas de las acciones de empresas sólidas como Disney a pesar de la fuerza que la acompaña o Apple, la compañía más exitosa en el mundo por su valor y sus ventas y la cual ha visto sus acciones depreciarse hasta un nueve por ciento del valor pico que llegara a tener hace unos meses. Desconfianza genera desconfianza y exceso de desconfianza genera pánico. Y exceso de pánico genera caos.

Bien, esta es mi versión y mi análisis de la situación que estamos viviendo en estos momentos, donde tenemos que trabajar mucho para recuperar la confianza de los inversionistas en México, pero en particular en este destino turístico. Hay otra versión de que la caída de los precios del petróleo en el mundo y la devaluación del peso junto con las demás monedas de los países emergentes, desde Rusia hasta Brasil, es culpa de Fonatur por la deforestación del manglar en Tajamar. Hummm, como diría mi abuela… Hijo, ves la tormenta venir y no te arrodillas. . . En fin. Déjà vu.

 

Eduardo Albor
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