¿Libertad o esclavitud?

por Redacción

Te levantas todos los días a la misma hora, te arreglas y sales de tu casa rumbo a la oficina. Al llegar, un habitual pitido te recibe cuando checas tu hora de entrada con tu gafete en el aparato lector de la recepción. Te sientas en tu escritorio con la primera taza de café del día en la mano y así transcurren las siguientes ocho o 10 horas de tu vida. Al finalizar la jornada laboral, el mismo pitido que te recibió te despide. 

Si eres una persona activa, tal vez te dirijas al gimnasio o compartas un café con una amiga, si no lo eres tu casa te recibirá gustosa para un pequeño rato de ocio con Netflix antes de ir a la cama. Y así, sin más te encuentras atrapado en la pesadilla de todo millennial: la gris y rutinaria vida corporativa.

Muchas personas seguramente odiarían convertirse en un Godínez y muchas otras se niegan a aceptar que ya lo son; otros espíritus ‘rebeldes’ se convertirán en un ente llamado freelancer, cuya función básicamente consiste en trabajar por cuenta propia en proyectos de su profesión para terceros, y es remunerado de acuerdo con los resultados obtenidos.

Si algo envidian los Godínez es trabajar en casa, no sufrir el tráfico mañanero, levantarse a la hora que quieran y trabajar en pijama. Parece como el paraíso laboral. En cambio, muchos freelancers ansían trabajar en un lugar fijo y tener todos los beneficios de estar en una empresa. 

Ahora hablemos de algunas ventajas y desventajas de cada situación, comenzando por el horario. Este punto es el más envidiable, ya que el freelancer tiene la libertad de trabajar a la hora que crea que es necesario, y en su cama si es posible, y los Godínez tienen un horario fijo, todos los días, para entrar, salir a comer e ir a sus hogares.

La verdad es que en este punto los Godínez salen ganando, ya que si hablamos de ingresos, por poco que ganen en una empresa saben que tienen un dinero asegurado al final de la quincena, mientras que nuestros contrincantes en esta batalla comparativa sufren por encontrar los clientes. Hay meses que les puede ir bien, pero también habrá meses que no tengan trabajo o, como ellos le llamarían, ‘’proyectos’’. 

Ahora hablemos de los viernes, el día preferido por todos los Godínez. Como ya es bien sabido, no hay nada que proporcione tal emoción de felicidad absoluta que este preciado día, pues es cuando comienzan los planes para disfrutar el respectivo descanso de fin de semana, ir a la playa, al cine, por un café y si tus ingresos te lo permiten ir a conocer un destino turístico. En cambio, con el trabajo de freelancer no sabes qué fin de semana podrás disfrutar, ya que si te encargaron un proyecto importante tendrás que  trabajar hasta el domingo muy tarde. 

Pero si ponemos en esta lista de ventajas el término break, no existe en el vocabulario de un Godínez, no hay manera alguna de que puedan salir a ver una película a las 3:00 de la tarde. Trabajando  freelance, sí, todo es cosa de organizarse. Si trabajas como godín tienes que aprovechar tu hora de comida para ir al banco, pagar algunas deudas, etc., lo cual no es nada agradable, ya que las filas a esas horas son largas en todos lados. En cambio, trabajando en casa puedes darte un break a las 11:00 de la mañana, cuando no hay tanta gente, y distribuir mejor tu tiempo. Los descansos en la oficina son cuando sales por un cafecito o para ir al Oxxo; en cambio, en casa hasta te puedes echar una siestecita siempre y cuando no tengas pendientes.

Y como último punto hablemos de otra ventaja de los freelancers sobre los Godínez, que es la de poder mandar por un tubo a sus clientes, y es que si sienten que el cliente al que le están trabajando simplemente ya no les cae o se porta muy grosero, pueden mandarlo a volar sin consideraciones, total clientes hay un montón, en cambio los Godínez no pueden reprochar, son esclavos del sistema y no tienen opinión.

Y es que todos nos ganamos la vida de una u otra manera; hay quien prefiere enlistarse en las interminables listas de Godínez y tener un horario fijo, un jefe, un sueldo constante, o bien algunos más arriesgados se vuelven freelancers. Cada modo de trabajar tiene sus pros y sus contras, es cuestión de decidir la manera que más te conviene.