Seguro han escuchado en las últimas semanas en medios y redes sociales hablar de la vaquita marina, un hermoso mamífero que habita exclusivamente en aguas territoriales mexicanas del Mar de Cortés y cuya fama reciente, desafortunadamente, se debe a su casi inminente extinción. La vaquita marina es el miembro más pequeño de las seis especies de marsopa y el mamífero marino más amenazado en este momento, debido a las prácticas pesqueras ilegales en esa zona, que han causado un dramático descenso en la población de la especie, de manera particular en los últimos cinco años, durante los cuales ha visto disminuir su población en casi un 90%.
Muchos expertos aseguran que ya no hay nada que hacer, y que antes de finalizar el próximo año las últimas 30 vaquitas que se estiman quedan en este momento se habrán extinguido. Supongo es la razón por la que hace unos días el actor Leonardo DiCaprio inició una campaña, junto con World Wildlife Fund, para llamar la atención del gobierno y pedir acciones más concretas para tratar de salvar a esta especie. Inclusive, recientemente el actor posteó en su twitter un mensaje dirigido al presidente Peña Nieto, urgiéndole su intervención antes de la desaparición de este hermoso animal.
Como respuesta, el presidente mencionó en su twitter ciertas acciones que están tomando a través de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), para las que el gobierno ha destinado hasta tres millones de dólares para intentar rescatar de su extinción a la vaquita, creando hábitats donde se les mantenga bajo cuidado humano y se procure su reproducción como un último intento por su preservación.
Puede ser tarde, pero no hay peor lucha que la que no se hace. Pudiéramos decir que esto se debió hacer hace ya algunos años y, seguramente, los resultados serían diferentes. Es verdad. Pero no se hizo y tal vez ya sea demasiado tarde.
Sin embargo, por un lado tenemos a un gobierno haciendo un esfuerzo para evitar llevar el estigma de que fue en este sexenio cuando se extinguió la vaquita marina, y, por otro lado, a un Partido Verde Ecologista de México (PVEM) que en lugar de sumarse a estos esfuerzos rema contra corriente pidiendo que se prohíba la reproducción de los mamíferos marinos en México, incluyendo delfines, lobos marinos y manatíes, simplemente porque piensan que políticamente esto les va a generar votos, pero sin ningún interés genuino por la preservación y el bienestar de los animales.
Es lamentable que el PVEM atestigua la extinción de una especie durante el gobierno de sus aliados del PRI, y en lugar de hacer algo por la preservación de la vaquita marina busca la extinción de los mamíferos marinos bajo cuidado humano y el cierre de los hábitats en los que se reciben y atienden los animales varados, que NO RECIBEN ATENCIÓN por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ni de la Semarnat, y por supuesto ni del PARTIDO VERDE.
Coincidentemente, hace varios días un delfín varó en costas de Isla Mujeres, muy enfermo, deshidratado y al borde de la muerte. Hasta el momento ninguno de los grupos de activistas, ni Comarino, ni Delfines en Libertad, ni Empty the Tanks, ni el Partido Verde, que tanto claman su amor por los delfines y buscan el bienestar de estos animales, han dedicado una sola hora de su tiempo al rescate y rehabilitación de este animal enfermo. Mientras tanto, los entrenadores y veterinarios, que han sido señalados por estos fariseos como los que maltratan a estos animales, son los que han dedicado horas, días y ya semanas de su tiempo al cuidado de dicho delfín, y no es el gobierno ni el Partido Verde sino Dolphin Discovery la que ha utilizado todos los recursos a su alcance para procurar el rescate y rehabilitación del delfín.
Es por eso que, de la misma manera que Leonardo DiCaprio exhortó a nuestro gobierno y a nuestro presidente a llevar a cabo las acciones necesarias para evitar la extinción de la vaquita marina, yo exhorto por este medio a todos los quintanarroenses y mexicanos que aman a los animales y a nuestro país, a realizar las acciones necesarias hasta conseguir la extinción del Partido Verde y de sus líderes, que tanto daño le hacen a Quintana Roo y a nuestro país. Finalmente, no hay peor lucha que la que no se hace. ¿No creen? Arrivederci.