A raíz del conflicto de Gaza, los Houthis de Yemen lanzan ataques a buques que navegan por el Mar Rojo y por ello los principales armadores de contenedores y petroleras cancelaron navegar por el Mar Rojo y desviaron los barcos por la ruta más larga que es bordeando África pasando por el Cabo de Buena Esperanza.
Esto parecería que es una situación que no afecta a nuestro país y menos a nuestro estado, pero, por el contrario, representa una afectación inmediata y a mediano plazo. En la parte turística, estamos sufriendo una disminución considerable de turistas de Medio Oriente; en la económica, veremos el aumento de los costos logísticos de transportación marítima, derivado precisamente por cambios de ruta. Las rutas que se usan ahora al pasar por el Cabo son más inseguras, con mucho mayor riesgo y ocupan tomar otras medidas a las navieras que tienen que usar esta ruta, lo cual afecta el precio de las mercancías de Asia y Europa y viceversa, por ende, los productos que surgen de esa combinación tendrán un precio mayor y nos impactará en unos meses en esos productos de consumo para el sector que corresponda. En materia de productos de consumo como alimentación, bebida, calzado y textil, que se ofrecen al turismo, estaremos en iguales circunstancias; pero en materia de consumo local, se verá afectado el poder adquisitivo de los quintanarroenses. En materia de productos en el área de construcción encontraremos que el valor de estos insumos provocará afectación en las prospecciones que se tenían de los desarrollos inmobiliarios; las empresas tendrán que absorber esta pérdida o impactar precios de venta en medida de lo posible.
Esto nos deja una clara idea de cómo el mundo está conectado y lo que uno puede considerar alejado ya no lo es, y tiene una injerencia directa en nuestro día a día. Cada vez vivimos situaciones más inestables en diferentes formas, desde fenómenos naturales, enfermedades pandémicas, guerras silenciosas y no silenciosas. Esto nos debe dejar como lección que debemos trabajar en fórmulas que nos permitan aminorar los efectos de estas situaciones, así como continuar trabajando en nuestro estado en consolidar la diversificación económica en materia industrial y logística. Sería una medida de vanguardia que nos beneficiaría no sólo en estabilidad económica, sino también en poder desarrollar otros sectores que ayudarían a sortear cualquier problemática de las antes mencionadas y fortalecernos regionalmente si pensamos en no solo producir para nuestro consumo, sino para el área de Centroamérica y las islas del Caribe.
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